La primera frase de la novela incluye una alusión a la obra maestra del escritor nigeriano Chinua Achebe, Things Fall Apart (en español, Todo se desmorona). Todo se desmorona, una de las primeras novelas nigerianas prominentes en inglés, narra el ascenso y la caída de un hombre igbo en una aldea acosada por misioneros europeos. En dicha novela, las tensiones ficticias entre los misioneros y el clan igbo representan el choque entre la cultura aborigen y la occidental-europea. El objetivo de los misioneros es convertir a los nigerianos al cristianismo; mientras que una parte de ellos tiene la intención de predicar su evangelio respetando las culturas indígenas, otros usan su rectitud como justificación para oprimir e incluso esclavizar a los nigerianos.
La presencia de los blancos en Nigeria tiene implicaciones políticas, económicas y religiosas de gran escala. Durante la colonización, los gobernantes igbo que no se mostraron sumisos ante los británicos fueron reemplazados por aquellos que cooperaban obedientemente. Este proceso de avasallamiento cultural continuó en la era poscolonial, en la que los que estaban en el poder recompensaban a sus aliados y oprimían a los disidentes.
El período colonial se extiende entre 1850 y 1929, año en que los movimientos nacionalistas ganan popularidad. En 1960, Nigeria se independiza de Gran Bretaña, pero esta independencia marca el comienzo de una ola de inestabilidad que culmina en una guerra civil. Los sangrientos golpes militares desplazan a quienes habían llegado al poder democráticamente, y luego los militares comienzan disputarse el país y a sucederse uno tras otro durante décadas. Las tensiones internas entre los diversos pueblos que conviven dentro de los límites políticos trazados por Gran Bretaña se hacen cada vez mayores hasta que desatan una cruenta guerra civil. Como resultado, el pueblo igbo crea su propio estado, la República de Biafra, y declara la independencia en 1967. Durante treinta meses, de 1 a 3 millones de personas mueren en la guerra civil entre nigerianos y biafranos.
En las décadas de 1970 y 1980, la política se resume a la lucha por el petróleo. El auge de la producción de petróleo marca nuevamente el comienzo de un sistema político determinado por las ganancias económicas, lo que conduce a otra ola de golpes militares y la consecuente inestabilidad y corrupción del gobierno. Por ejemplo, en 1993, el general Sani Abacha toma el poder y evita el derrocamiento sobornando a los militares. Como Big Oga, el Jefe de Estado en La flor púrpura, Abacha muere en circunstancias inusuales y se encuentran cientos de millones de dólares en cuentas secretas. Los militares finalmente devuelven el país a la democracia en 1999, aunque en general se percibe que esas elecciones no son legítimas y sus resultados están adulterados.
En La flor púrpura se ficcionalizan varias figuras políticas clave de la historia de los años 80 de Nigeria. El caso más evidente es el del personaje Ade Coker, y la propia autora reconoce que para su creación se basó en la vida y la muerte de Dele Giwa, periodista asesinado por medio de una carta bomba por oponerse al régimen de Ibrahim Babangida. Además, en la persecución que sufre Coker y en su intento constante de alzar la voz contra el gobierno pueden observarse referencias a Ken Saro-Wiwa, un poeta y autor que protestó en nombre del pueblo Ogoni contra la ruina ambiental de su hogar ancestral causada por la perforación petrolera masiva. Saro-Wiwa criticó abiertamente al gobierno y fue arrestado y ahorcado bajo el mandato de Abacha.
Otra alusión directa a un personaje de la historia de Nigeria que criticó abiertamente al colonialismo europeo y sus consecuencias nefastas en África es el artista Fela Ransome Kuti, creador del ritmo africano conocido como Afrobeat, que conjuga el jazz con ritmos igbo tradicionales. Amaka escucha a Fela Kuti, junto a otros músicos tradicionalistas que critican la mentalidad colonial y su educación y aboga por el regreso a las tradiciones igbo y a la democracia. Como la popularidad de su música era vista como una amenaza para el gobierno militar, Fela Kuti fue arrestado y torturado en muchas ocasiones.
Todos estos casos ponen de relieve la complejidad del entramado político y social que componen el trasfondo de la historia familiar de Kambili y hacen de La flor púrpura una magistral muestra del compromiso de Chimamanda con la realidad de su pueblo.