La vida del Buscón es una novela de Francisco de Quevedo, compuesta alrededor de 1604, y publicada por primera vez en España en 1626, con el título Historia de la vida del Buscón, llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños. La novela es en gran parte una obra de ficción, pero contiene algunos elementos autobiográficos. Narra la historia de don Pablos, un joven de origen humilde, y sus vanos esfuerzos por alcanzar la ascensión social. Sus metas en la vida son, irónicamente, convertirse en un individuo honrado y en un verdadero caballero, pero las estrategias picarescas que despliega para tal fin son viles e inescrupulosas.
La novela -la única escrita por Quevedo- pertenece al género picaresco, inaugurado en 1554 por el libro anónimo Lazarillo de Tormes. En ella se vislumbran los rasgos fundamentales del género: la autobiografía de un hombre humilde y desafortunado, de origen vil, que se ve obligado a abandonar su hogar por la pobreza y a buscarse la vida; que recurre a mentiras y embustes, ya sea por necesidad o por su naturaleza viciosa, y que, si bien aspira constantemente a mejorar su posición social, está determinado negativamente por su origen deshonroso. A diferencia de otras novelas picarescas, que intervienen el relato de las peripecias de sus pícaros con discursos didácticos o moralistas, Quevedo se abstiene de ello, pero construye a un pícaro que, a diferencia del Lazarillo, alcanza altos grados de malicia.
La novela de Quevedo se hace eco de las ideas imperantes sobre las clases sociales de su época, y la difícil -o imposible- movilidad social en ella. Además, configura una crítica sarcástica de la sociedad española en general, denunciando la corrupción y la hipocresía que hay en ella.