Publicada en 1939, la novela Las uvas de la ira, de John Steinbeck, obtiene una aceptación inmediata, tanto por parte de la crítica como del público. Ambientada durante la Gran Depresión y el Dust Bowl (un periodo de sequías persistentes en Estados Unidos durante la década del 30, que está catalogado como uno de los peores desastres ecológicos del siglo XX), esta novela realista estadounidense documenta aquellos tiempos difíciles y también explora su era a través de las experiencias de una familia en particular: los Joad.
Steinbeck se centra en la opresión de los arrendatarios pobres por parte de la agricultura industrializada: describe las dificultades que estos agricultores experimentan a manos de terratenientes insensibles, ricos y codiciosos. Sin embargo, Las uvas de la ira es también una historia del hombre contra la Naturaleza, ya que las familias representadas en su narración se han visto obligadas a huir de las malas condiciones agrícolas que afligen a las grandes llanuras. En busca de nuevas y mejores tierras, después de haber sido expulsados por las corporaciones agrícolas, los granjeros reúnen a sus familias, juntan sus pertenencias en autos apenas funcionales y se dirigen hacia California. Desafortunadamente, no les espera una vida mejor allí, y no hacen más que continuar luchando contra los intereses corporativos.
Al momento de su publicación, la novela de Steinbeck expuso las dificultades que enfrentaba esta población sin tierra y defendió de manera persuasiva la necesidad de organizar las fuerzas laborales. Cuando se estaba preparando para publicar el libro, Steinbeck dijo: "Quiero poner una etiqueta de vergüenza a los bastardos codiciosos que son responsables de esto [la Gran Depresión y sus efectos]". Después de la publicación, le dijo a un reportero: "He hecho todo lo posible para destrozar los nervios de un lector". Debido a su apoyo incondicional a la clase obrera, Steinbeck se ganó los elogios y la admiración de este segmento de la sociedad. Aclamada por la crítica, la novela en sí misma ganó el Premio Nacional del Libro y el Premio Pulitzer de ficción el año inmediatamente posterior a su publicación, 1940. El éxito de Las uvas de la ira igualó los elogios de la crítica, y Hollywood produjo una adaptación cinematográfica en 1940.
Las uvas de la ira continúa influyendo en los lectores e inspirando debates entre los estudiantes, aunque la historia que aborda haya quedado muy lejos en el pasado. Todavía es una de las novelas más leídas tanto en la escuela secundaria como en las aulas universitarias de los Estados Unidos. La obra incluso ha seguido impulsando más investigaciones: recientemente, el Instituto Steinbeck encargó a investigadores que rastrearan el camino de los Joad. Informaron que poco ha cambiado: un viajero que sale de Oklahoma y se dirige a California se encuentra con amplias extensiones y un terreno difícil, muy parecido al paisaje que encontraron los personajes de la familia que protagoniza el texto. En más de un sentido, así, Las uvas de la ira es atemporal.
