Capítulo XXII
Resumen
Los Joad llegan al campamento del gobierno, donde se sorprenden al descubrir que hay baños, duchas y agua corriente. El vigilante del campamento explica algunas de las otras características atractivas: hay un comité central elegido por los residentes del campamento que mantiene el orden y establece las reglas, y el campamento incluso organiza noches de baile. A la mañana siguiente, dos residentes del campamento (Timothy y Wilkie Wallace) le dan el desayuno a Tom y le cuentan sobre una oportunidad de trabajo.
Cuando los hombres llegan a los campos donde van a trabajar, el señor Thomas, el contratista, les dice que está reduciendo los salarios de treinta a veinticinco centavos por hora. No es su elección, sino una decisión dictada por la Asociación de Agricultores, que es propiedad del Banco del Oeste. El señor Thomas también les muestra un periódico, que tiene una historia sobre una banda de ciudadanos que incendiaron un campamento de ocupantes ilegales, enfurecidos por una supuesta agitación comunista; advierte a Tom y a los otros trabajadores sobre el baile en el campamento del gobierno el sábado por la noche. Según el señor Thomas, se organizará una pelea en el campamento para que los sheriffs puedan entrar. A la Asociación de Agricultores no le gustan los campamentos del gobierno porque la gente en ellos se acostumbra a que la traten con humanidad y, por lo tanto, es más difícil de manejar. Tom y los Wallace prometen asegurarse de que no haya una pelea.
Mientras los hombres trabajan, Wilkie le dice a Tom que las quejas sobre agitadores son falsas. Según los propietarios ricos, cualquier persona que quiera treinta centavos la hora en lugar de veinticinco es un rojo. De vuelta en el campamento, Ruthie y Winfield están explorando las instalaciones y están fascinados con los baños; sin embargo, se asustan por el sonido del desagüe. Madre Joad hace que el resto de la familia se limpie antes de que el Comité de las señoras venga a visitarla. Jim Rawley, el administrador del campamento, también se presenta a los Joad y les cuenta algunas de las características adicionales del campamento. Rose of Sharon va a bañarse y se entera de que una enfermera visita el campamento todas las semanas y puede ayudarla a dar a luz cuando llegue el momento. Madre comenta que ya no se siente avergonzada, como cuando la policía acosaba constantemente a la familia.
Sin embargo, todavía hay fuentes de discordia en el campamento. Lisbeth Sandry, una fanática religiosa, habla con Rose of Sharon sobre el presunto pecado que ocurre durante los bailes: "En este campamento pasan cosas de escándalo (...). Todos los sábados por la noche hay baile y no creas que es sólo baile de figuras. Algunos bailan agarrados. ¡Yo les he visto!" (431). La mujer también menciona el caso de una madre que perdió a su hijo. Rose of Sharon se asusta al escuchar esto, temiendo perder a su propio hijo. Por otro lado, Jessie Bullitt, directora del Comité de las señoras, le da a Ma Joad un recorrido por el campamento y le explica algunos de los problemas. Jessie discute con Ella Summers, la anterior jefa del Comité.
En otra parte, Padre consuela al tío John, que todavía quiere irse y sigue convencido de que será el responsable de todos los males de la familia. Madre Joad confronta a Lisbeth Sandry por asustar a Rose of Sharon y por predicar que toda acción es pecaminosa. A pesar de algunos de los acontecimientos positivos, Madre se deprime por todas sus pérdidas (la abuela, el abuelo, Noah y Connie), ya que ahora tiene tiempo libre para pensar en esas cosas.
Análisis
El campamento del gobierno demuestra una interrupción brusca de las constantes enfermedades y dificultades que han plagado a la familia Joad a lo largo de la novela. En este sitio, la gente es educada y respetuosa con los Joad. Madre Joad incluso se sorprende al escuchar que Jim Rawley la llama "señora". Los pocos problemas en Weedpatch, como el robo de un papel higiénico, se manejan de manera justa y organizada. El campamento representa una sociedad comunal en la que todos tienen la misma participación y la misma voz. Si bien no es un lugar perfecto, como lo demuestra el proselitismo no deseado de Lisbeth Sandry, el campamento del gobierno es una comunidad cómoda donde los Joad pueden vivir de manera respetable.
El grado de comodidad que brinda Weedpatch se refleja en el regreso a un ritmo normal que se produce entre los Joad. Ruthie y Winfield pueden volver a jugar como niños pequeños. El tío John se instala en una rutina bastante manejable de depresión. La impresionable Rose of Sharon comienza a preocuparse por su hijo; sin Connie, ya no sueña con una vida de clase media, sino que se enfoca en el destino inmediato de su primogénito, que pronto nacerá. Madre Joad incluso se da cuenta del gran vértigo que fue el viaje a California. Por primera vez, puede comprender las pérdidas que ha sufrido la familia y llorar las dos muertes y las dos deserciones. Antes de llegar al campamento, su única preocupación era necesariamente su propia supervivencia; el atractivo más importante que descubre Madre Joad en el campamento es la introspección.
El grado de pobreza al que han sido sometidos los Joad y otros trabajadores migrantes se destaca aún más por el asombro que muestran los personajes cuando ven las sencillas comodidades del campamento. Ruthie y Winfield nunca antes habían usado baños, mientras que Jessie Bullitt le dice a Madre Joad que algunos residentes del campamento tienen problemas para utilizar algunos de los electrodomésticos del campamento.
Una vez más, la élite bancaria causa dificultades innecesarias a los trabajadores migrantes. La Asociación de Agricultores que controlan los bancos dicta que se reduzcan los salarios. Queda claro que la Asociación de Agricultores es responsable de la mayor parte de las penurias y la opresión que sufren los trabajadores. Esta organización controla a los sheriffs estatales, que intimidan a los campesinos migrantes. La Asociación de Agricultores se opone a que se trate con justicia a los trabajadores migrantes, porque si los trabajadores esperan ser tratados bien, exigirán un mejor trabajo y mejores condiciones de vida. Los enemigos de los trabajadores, incluso, planean tácticas clandestinas para subvertir los campamentos del gobierno, porque cuando los trabajadores están seguros en estos campamentos, se vuelven más difíciles de controlar. Este capítulo expone explícitamente el plan formado por las autoridades: para sabotear el campamento del gobierno, instigarán una pelea que permitirá a los sheriffs irrumpir en Weedpatch.
Capítulo XXIII
Resumen
Los trabajadores migrantes buscan diversión donde sea que la encuentren, ya sea en chistes o historias divertidas. Cuentan historias de heroísmo en la domesticación de la tierra y el trato con los indios, o relatan la historia de un hombre rico que se hizo pasar por pobre y se enamoró de una mujer rica que, curiosamente, también se hacía pasar por pobre. Los trabajadores encuentran placer en tocar la armónica, la guitarra o el violín, y en emborracharse.
Análisis
Este capítulo describe algunos de los detalles de la vida simple de un trabajador migrante. Estos trabajadores buscan diversión porque necesitan un respiro de sus penurias. Algunas de estas diversiones no son precisamente inocentes: la borrachera es común porque suaviza la soledad y el dolor. Básicamente, sirve como una forma de suicidio temporal, adormeciendo a un hombre en un estupor ebrio y, luego, confinándolo al sueño. Steinbeck incluso escribe que "La muerte era un amigo y el sueño el hermano de la muerte" (454). Si bien no se aplica solo al tío John, esta descripción de la embriaguez parece encajar con la depresión del personaje y da alguna explicación de su comportamiento en los capítulos anteriores.
Por otro lado, aquí también vuelve a ponerse de relieve ese sentido de comunidad que va creciendo en los trabajadores. Ellos no solo comparten las mismas necesidades y las mismas penurias, sino también la forma de distenderse de esos problemas. Se ríen y se emborrachan juntos de la misma forma que tendrán que luchar juntos para contrarrestar las terribles consecuencias que el poder de las corporaciones sentencia sobre ellos.
Capítulo XXIV
Resumen
Los rumores de que la policía va a interrumpir el baile llegan al campamento. Según Ezra Houston, presidente del Comité Central, esta es una táctica frecuente que utiliza la policía. Houston le dice a Willie Eaton, el jefe del Comité de Entretenimiento, que, si debe golpear a un oficial, debe hacerlo de una manera que no le haga salir sangre. Los miembros del campamento dicen que los californianos los odian porque los inmigrantes podrían obtener alivio sin pagar impuestos sobre la renta, pero los propios inmigrantes rápidamente refutan esta idea, alegando que pagan un impuesto sobre las ventas y un impuesto sobre el tabaco.
En el baile, Willie Eaton se acerca a Tom y le dice dónde vigilar a los intrusos. Tom, de hecho, los localiza, aunque no puede evitar que ellos comiencen una pelea; la policía entra en el campamento inmediatamente. Houston discute con la policía sobre los intrusos y les pregunta quién les pagó, pero los oficiales se limitan a decir que tienen que ganar dinero de alguna manera. Una vez resuelto el problema, el baile continúa sin más altercados.
Análisis
Este capítulo continúa ilustrando cómo funciona la sociedad dentro de Weedpatch, mostrando cómo la información pasa de los líderes electos a los residentes del campamento, y cómo los residentes mantienen el orden. La interacción entre los residentes es justa y sistemática; la jerarquía que ha surgido entre los distintos jefes de comités y los vecinos con menos responsabilidades es una basada en el respeto mutuo. Los líderes del comité no dan órdenes; a lo sumo, ofrecen consejos a los residentes menos influyentes.
El funcionamiento ordenado de la sociedad de Weedpatch se refleja en la forma en que los residentes reaccionan ante los intrusos durante el baile. No hay un estallido de violencia, como Steinbeck había presagiado anteriormente. En cambio, los miembros del comité manejan la situación con serenidad, calmando el alboroto y negándose a permitir que los sheriffs y los intrusos en el baile inciten a un motín violento.
La justificación que dan los intrusos para su comportamiento es una que Steinbeck ha rechazado con frecuencia como justificación para la acción. Estos oficiales de policía afirman que aceptaron los sobornos para iniciar el motín simplemente para poder mantenerse: "Bueno, maldita sea, uno tiene que comer" (474). El autor cataloga este motivo basado en el interés propio como insostenible, ya sea que lo utilice un conductor de tractor o el propietario de una pequeña empresa. Las preocupaciones individualistas se caracterizan como egoístas y perjudiciales para el bien público, en claro contraste con el comportamiento colectivo desinteresado. Los intrusos son el ejemplo más extremo de esta actitud egoísta.
Asimismo, aquí también podemos observar esa lógica de "pobres contra pobres" que Steinbeck pone de relieve a lo largo de toda la novela. Los oficiales no pertenecen a una clase social pudiente; por el contrario, se ven obligados a hacer casi cualquier cosa que les dictan sus superiores para poder "comer". Varias de estas directivas atentan directamente contra los trabajadores migrantes. En ese sentido, es interesante remarcar que la realidad de los oficiales está mucho más próxima a la de los trabajadores que a la de aquellos poderosos que les dan las directivas. Las consecuencias de la Gran Depresión y el Dust Bowl produjeron un desequilibrio tan fuerte en la sociedad estadounidense que muchas personas, con tal de desprenderse mínimamente de ese estado de pobreza extrema, aceptaban ser cómplices de los abusos del sistema capitalista, perdiendo cualquier forma de empatía hacia sus semejantes.
Capítulo XXV
Resumen
La primavera es hermosa en California, porque el cultivo de los árboles en los huertos es responsabilidad de hombres que saben lo que hacen, que experimentan con las semillas y los cultivos para hacerlos resistentes a los insectos y las enfermedades. Sin embargo, los frutos se pudren. Las uvas podridas todavía se usan para hacer vino, incluso si están contaminadas con moho y ácido fórmico. La razón es que ese vino es lo suficientemente bueno para los pobres. La descomposición de la fruta se extiende por todo el Estado. Se hace evidente que los hombres que han creado los nuevos frutos no pueden crear un sistema mediante el cual toda la gente acceda a ellos. Como argumenta el narrador de Steinbeck, hay aquí un crimen que va más allá de la denuncia, un dolor que el llanto no puede simbolizar. Los niños deben morir de pelagra porque el negocio de la naranja no puede ser menos rentable.
Análisis
En este capítulo, Steinbeck extiende su metáfora de maduración y decadencia entre la clase empresarial de la élite. Los propietarios adinerados han derrochado grandes sumas de dinero para asegurarse que los frutos cultivados en sus granjas estén maduros y saludables, impermeables a las enfermedades. Sin embargo, tales tácticas son la fuente de la eventual podredumbre. El problema es que ahora que tienen mayor cantidad y calidad de fruta, han decidido aumentar los precios, pero la clase trabajadora no tiene dinero para comprarla, por lo que gran parte de esta fruta se echa a perder. En ese sentido, estos propietarios han diseñado su propia perdición, aunque, claro está, hay víctimas más importantes en esta tragedia. Los niños mueren de enfermedades porque sus padres no pueden pagar la fruta. Los jóvenes son las víctimas más directas de este margen de ganancia que obsesiona al sistema capitalista.
Capítulo XXVI
Una noche, Madre Joad observa a Winfield mientras duerme; se retuerce y parece descolorido. En el mes que llevan los Joad en Weedpatch, Tom ha tenido solo cinco días de trabajo y el resto de los hombres no ha tenido ninguno. Madre se preocupa porque Rose of Sharon está cerca de dar a luz a su bebé. A pesar de estos problemas, Madre reprende al resto de los Joad por desanimarse. Ella les dice que en tales circunstancias no tienen derecho, pero Padre Joad teme que tengan que dejar Weedpatch. Cuando Tom menciona el trabajo en Marysville, Madre decide que irán allí porque, a pesar del agradable alojamiento en Weedpatch, los Joad no tienen oportunidades sustanciales de ganar dinero.
Por lo tanto, los Joad planean ir al norte, donde el algodón pronto estará listo para la cosecha. Consciente del papel determinante de Madre Joad dentro de la familia, Padre comenta que las mujeres parecen tener el control. Madre escucha esto y le dice que ella está haciendo su trabajo como esposa, pero que él ciertamente no está haciendo su trabajo como esposo. Los miembros más jóvenes de la familia también reflexionan sobre sus relaciones: Rose of Sharon se queja de que si Connie no se hubiera ido, los Joad ya tendrían una casa. Al se separa de una chica rubia con la que ha estado saliendo; ella rechaza sus promesas de que eventualmente se casarán (él le promete que regresará pronto, pero la niña no le cree). Padre comenta que solo se da cuenta de que apesta ahora que se baña regularmente. Antes de que los Joad se vayan, Willie dice que los sheriffs no molestan a los residentes de Weedpatch porque ellos están unidos, y que un sindicato puede ser la solución a los problemas de los trabajadores.
Luego, el auto de los Joad sufre una avería, ya que Al ha dejado que se agote la batería, pero el mismo Al soluciona el problema y los Joad continúan su camino. Sin embargo, Al sigue irritable; dice que pronto se irá solo para formar una familia. En la carretera, al coche se le pincha una rueda. Mientras Tom la arregla, un hombre de negocios se detiene en su auto y le ofrece a la familia un trabajo en la recolección de duraznos, cuarenta millas al norte. Los Joad llegan al rancho de Pixley, donde van a recoger duraznos por cinco centavos la caja; incluso las mujeres y los niños pueden hacer el trabajo. Ruthie y Winfield se preocupan por el hecho de que, quizás, se establecerán en el área e irán a la escuela en California, ya que asumen que todos los mirarán negativamente y los llamarán "okies".
En la tienda de comestibles cercana, propiedad de Hooper Ranch, Madre descubre que los precios son mucho más altos de lo que serían en la tienda de la ciudad. El hombre que atiende allí le presta a Madre diez centavos de azúcar. Ella le dice que solo los pobres están dispuestos a ayudar. Esa noche, Tom sale a caminar, pero un oficial le ordena que regrese a la cabaña en el rancho. El sheriff afirma que si Tom está solo, los rojos lo alcanzarán. Mientras continúa su caminata, Tom encuentra a Casy, quien ha sido liberado de la cárcel y ahora está con un grupo de hombres en huelga. Casy afirma que las personas que luchan por la justicia siempre enfrentan oposición, citando a Lincoln y Washington, así como a los mártires de la Revolución Francesa. Casy, Tom y el resto de los huelguistas se enfrentan a la policía. Un hombre bajo y pesado con un mango de pico golpea a Casy en la cabeza. Tom pelea con el hombre y finalmente le arranca el garrote y lo golpea con él, matándolo.
Tom huye inmediatamente de la escena, arrastrándose por un arroyo para regresar a la cabaña de la familia. No puede dormir esa noche y por la mañana le dice a Madre Joad que debe esconderse, ya que lo vieron en la revuelta. Por otro lado, le advierte a su familia que, si bien ahora están recibiendo cinco centavos por caja recolectada, si levantan la huelga, pasarán a obtener solo la mitad. Cuando Tom le dice a Madre que se irá esa noche, ella le dice que ya no son una familia. Desde su punto de vista, a Al no le importa nada más que las niñas, el tío John solo se arrastra, Padre ha perdido su lugar como cabeza de familia, y los niños se están volviendo rebeldes. Rose of Sharon luego le grita a Tom por asesinar al hombre, ya que cree que su pecado condenará a su bebé. En otro golpe más para los Joad, después de un día de trabajo, Winfield se enferma gravemente por comer duraznos. El tío John le dice a Tom que cuando la policía lo atrape, habrá un linchamiento. Tom insiste en que debe irse, pero Madre propone que se vayan como una familia. Los Joad se aseguran de esconder a Tom cuando se van, tomando las carreteras secundarias para evitar que los detecte la policía.
Análisis
La cómoda situación que los Joad encuentran en Weedpatch inevitablemente debe llegar a su fin, ya que ellos se dan cuenta de que no pueden encontrar trabajo en esa área. Luego, deben conformarse con un alojamiento en Hooper Ranch, donde no tienen ni las comodidades del campamento del gobierno ni el sentido de una comunidad fuerte. La salida de la sociedad unificada del campamento del gobierno se refleja en la ruptura de la familia Joad. Incluso Madre Joad se da cuenta de que la familia se está desmoronando, a pesar de sus mejores esfuerzos para mantener a todos juntos. Al se preocupa poco por los demás e indica que está listo para irse. Padre Joad ha perdido su condición de cabeza de familia; cede el control total a Madre, la única lo suficientemente fuerte como para mantener a la familia en una sola pieza. Padre Joad incluso hace un comentario significativo sobre los roles de género, lamentando el hecho de que ya no dirige la familia, aunque Madre deja en claro que los roles han cambiado solo porque él ya no cumple sus deberes como esposo y padre. Dado que Madre es la única Joad que cumple con sus obligaciones con el resto de la familia, sirviendo como cuidadora y referencia moral, obtiene el derecho a tomar decisiones por el resto de los miembros. Esta es la mayor pérdida que sufre Padre; ya no tiene derecho a decidir el destino de la familia y debe aceptar que se ha convertido en subordinado de su esposa.
Sin embargo, ni siquiera Madre Joad es lo suficientemente fuerte como para evitar la desintegración gradual de la familia Joad. Al parece estar listo para abandonar a los Joad; está más preocupado por encontrar una chica y un salario estable trabajando en automóviles que por ayudar a su familia a mantenerse. En sus sueños de un empleo exitoso y estable, se parece al insensible Connie. Rose of Sharon, a su vez, desciende a una histeria religiosa paranoica. Teme por la seguridad de su hijo y tiene delirios de que los asesinatos que ha cometido su hermano marcarán permanentemente al niño con el pecado. Es posible rastrear sus ideas hasta la influencia anterior de Lisbeth Sandry, la fanática religiosa que advirtió a Rose of Sharon contra el pecado. Incluso los dos niños más pequeños comienzan a sufrir notablemente: Winfield se enferma por las privaciones que sufre la familia.
Las condiciones en Hooper Ranch son peores que las del campamento del gobierno, pero no tan malas como podrían ser. Los Joad tienen un techo sobre sus cabezas y reciben salarios suficientes. Sin embargo, la tienda, propiedad del rancho, aumenta artificialmente los precios de los artículos, ya que los trabajadores solo pueden comprar comestibles en la tienda cercana , y los salarios son altos inicialmente debido a una huelga. Madre Joad hace una observación muy significativa en la tienda de comestibles: solo los pobres ayudan a los pobres; el empleado de la tienda de comestibles la ayuda, pero los dueños de la tienda explotan a los trabajadores fijando precios inflados.
La huelga es el catalizador de otra tragedia para la familia Joad. Poco después de que Tom encuentra a los trabajadores en huelga, se reencuentra con Jim Casy, quien ha sido liberado de la cárcel y ha encontrado un nuevo propósito como activista laboral. Su celo religioso perdido se ha transformado en activismo de la clase trabajadora, cargado por sus experiencias en la cárcel y sus viajes dentro de California. Casy es un cruzado por la causa de los trabajadores; la indecisión sobre su papel como predicador al principio de la novela ha sido reemplazada por una feroz convicción sobre la justicia de los derechos laborales. Hay fuertes matices políticos en las escenas finales con Casy, quien compara la causa del trabajo con las misiones de Lincoln, Washington y los patriotas de la Revolución Francesa. Steinbeck deja en claro que los activistas laborales se enfrentan a una derrota segura, pero que eventualmente serán reivindicados. Casy, quien sacrificó su libertad por Tom anteriormente en la novela, hace un sacrificio final en este capítulo, víctima de un brutal asesinato a manos de la policía. Casy ahora es un mártir, tanto para la familia Joad como para toda la clase que ellos representan.
El efecto de esto es que Tom ahora debe abandonar el rancho Hooper para escapar de la captura de la policía. Aunque desea ir solo, Madre Joad, una vez más, no deja que la familia se fragmente. Ella elige arriesgar la seguridad de toda la familia para preservar la frágil unidad que les queda. Por otro lado, más allá de que comienza a vislumbrarse una mayor capacidad de acción por parte de los trabajadores, basada en ese sentido de comunidad que se ha arraigado con fuerza en ellos, también es cierto que la falta de resultados hace que dentro de las familias migrantes vuelva a ponerse de relieve un profundo sentimiento de desesperanza. En ese sentido, aunque Madre Joad todavía se obstina en mantener a su familia unida pase lo que pase, ya comienza a entender que su deseo se vuelve cada vez más difícil de sostener. Sin ir más lejos, apenas unos capítulos más adelante, dejará que Tom se aleje, entendiendo que las crudas circunstancias del viaje a California han desmembrado a la familia.