La tortuga (Símbolo)
En Las uvas de la ira, la tortuga simboliza a los agricultores, que deben lidiar con las circunstancias adversas que les plantean la modernidad y la ambición de las corporaciones. Así como la tortuga avanza lentamente y con gran esfuerzo hacia la carretera, los Joad y el resto de las familias de agricultores avanzan de igual modo hacia la costa de California en busca de mejores oportunidades.
En el caso de la tortuga, la intrusión de automóviles y la construcción de carreteras -dos elementos emblemáticos de la modernidad y del poder de las corporaciones- representan una amenaza de muerte para el animal. Asimismo, podemos decir que el camión que golpea a la tortuga es, a su vez, un símbolo de los grandes negocios y el comercio emergentes, que le dan vida a esas carreteras. La familia Joad y el resto de las familias de agricultores que se dirigen hacia el oeste también experimentarán tribulaciones análogas a las de la tortuga a medida que avanzan. Y todas estas tribulaciones, en mayor o menor medida, estarán asociadas a los abusos y la ambición desmedida de las corporaciones.
Por último, hacia el final del Capítulo III, la tortuga queda boca arriba sobre su caparazón luego de ser golpeada por el camión. El hecho de que el animal, finalmente, logre salirse de esa posición incómoda y vuelva a enderezarse, representa, en cierta medida, un guiño de esperanza para los Joad y el resto de los granjeros oprimidos por el sistema: quizás ellos también podrán "dar vuelta" esa situación tan adversa que están viviendo.
La ruta 66 (Símbolo)
La ruta 66, una de las más famosas de Estados Unidos, se convierte en un camino de esperanza para los Joad y el resto de las familias que, como ellos, perdieron sus campos y sus casas. Esta ruta simboliza la ilusión de estos granjeros de encontrar un futuro mejor en California. Al mismo tiempo, también es en la ruta 66 donde los Joad establecen lazos de amistad con los Wilson. En ese sentido, la ruta también representa ese destino en común del destierro que comparten varios trabajadores agrícolas y, al mismo tiempo, la posibilidad de unir fuerzas para afrontar los muchos obstáculos del viaje.
Los tractores (Símbolo)
Los tractores son un símbolo de la modernidad, del capitalismo y del poder de las corporaciones. Como el propio narrador lo expresa, "Llega un tractor y se lleva por delante a diez familias. Ahora hay tractores por todas partes. Entran y echan a los agricultores" (59). Estas máquinas, a las que también se las define como "monstruos de nariz chata que levantaban el polvo revolviéndolo con el hocico" (90), son uno de los tantos instrumentos que posee el capitalismo para imponer condiciones y obtener su tan preciado "aumento del margen de ganancia". En ese sentido, está claro que un tractor puede sustituir el trabajo de doce o catorce familias; familias que, finalmente, se quedan sin trabajo, se endeudan con los bancos y son desalojadas. En muchos de estos desalojos, justamente, intervienen tractores, para derrumbar las casas. En relación con esto, es evidente la carga simbólica que posee el tractor en Las uvas de la ira, que, como brazo armado del capitalismo, atropella a la clase trabajadora con absoluta impunidad. Dicho esto, no son pocos los pasajes de la novela en los que Steinbeck propone descripciones negativas de los tractores, como una forma de criticar esa insensibilidad del capitalismo, que avasalla a los humildes granjeros para lograr beneficios económicos extraordinarios.
El hijo de Rose of Sharon (Símbolo)
En principio, durante buena parte de la novela, el niño que lleva en el vientre Rose of Sharon representa para ella la esperanza de un futuro mejor, el estímulo fundamental para seguir adelante a pesar de tantas adversidades. Al mismo tiempo, el niño también representa para ella la ilusión de la familia propia, junto a Connie. En cierta medida, en el hijo de Rose of Sharon quedan simbolizados el futuro y la esperanza, no solo de su madre, sino de toda la familia Joad.
Ahora bien, el hecho de que el niño nazca muerto, por supuesto, también posee una fuerte carga simbólica. El evento tiene un claro paralelismo con el viaje de los Joad a California: se han enfrentado a dificultades y dolores increíbles luchando por un futuro mejor, pero sus sacrificios no han conducido a nada. Dicho de otra forma, el hecho de que el "futuro" nazca muerto simboliza la desesperanza que experimentaban los trabajadores migrantes durante la Gran Depresión y el Dust Bowl al llegar a California y comprobar que las condiciones de trabajo eran inhumanas. Por otro lado, el parto se sucede en un contexto de lluvias e inundaciones. Aquí también podemos establecer ciertos simbolismos: el tío John coloca al niño muerto en una caja y lo envía río abajo, una alusión obvia y oscuramente irónica a Moisés. En lugar de un salvador vivo, este recipiente ofrece un presagio muerto. En ese sentido, el destino del bebé parecería ser una inversión de la imaginería bíblica.
La granja de los Joad (Símbolo)
La granja de los Joad simboliza el fuerte sentido de pertenencia que tienen los granjeros en relación con su tierra. Cuando la familia toma la decisión de ir a California en busca de un futuro mejor, el abuelo Joad se rehúsa a dejar su granja. Esta ha estado en la familia por tres generaciones, es decir, forma parte de la biografía de los Joad. Por eso, arrancar al abuelo de su tierra es también desraizarlo de una parte importante de su identidad. Sin ir más lejos, el abuelo no resiste mucho tiempo lejos de su granja y muere apenas comenzado el viaje. Asimismo, cabe señalar que la granja de los Joad, además, funciona como representación de todas esas granjas abandonadas a la fuerza y esa posterior sensación de desarraigo de los trabajadores agrícolas que, como los Joad, formaron parte del flujo migratorio hacia California durante la década del 30 en busca de oportunidades de trabajo.