Matadero cinco

Matadero cinco Resumen y Análisis Capítulos 1-2

Resumen

Capítulo 1

“Todo esto sucedió, más o menos” (p.9). Así comienza Matadero cinco, en un primer capítulo que se asemeja más bien a un prólogo, con un narrador que introduce su relato advirtiendo que todo esto tiene fundamento en sus experiencias personales vividas en la ciudad de Dresde en los bombardeos que destruyeron la ciudad en 1945. Durante todo este tiempo, veintitrés años desde el fin de la guerra, el narrador ha estado intentando escribir esta historia sin éxito.

Luego de la guerra el narrador vuelve, se casa, tiene hijos. Estudia Antropología en la Universidad de Chicago. Algunas noches se emborracha e intenta ubicar a viejos amigos de la guerra. Fue así como hace algunos años logró dar con Bernard O’Hare, un viejo compañero con quien estuvo en Dresde. Le pregunta ahora si le ayudaría a recordar algunos eventos de esos años para escribir su novela. Bernard no se muestra muy entusiasmado con la idea, mucho menos cuando el narrador le habla sobre lo que cree será el clímax del relato: la ejecución de Edgar Derby, un compañero que había robado una tetera de las ruinas de la ciudad.

Uno de los tantos intentos por componer el relato del bombardeo fue un esquema que hace tiempo el narrador dibujó en rollos de papel tapiz con crayones. Los colores representaban diferentes personas; las líneas se cruzaban cuando las personas se encontraban y terminaban cuando morían. El esquema terminaba con el intercambio de prisioneros que habían sido liberados por rusos y estadounidenses. El relato no se veía lineal; no lo es. Ahí reside la dificultad de componerlo.

Un par de semanas después de contactar a Bernard O’Hare, el narrador va a su casa. Lo recibe el ex compañero de guerra junto a su mujer, Mary, y sus dos hijos pequeños. El narrador nota que Mary no se encuentra cómoda. Parece enojada, impaciente. Finalmente, Mary confronta a los dos hombres, y les dice que durante la guerra solo eran unos niños. El narrador comprende que es la guerra lo que la angustia, que teme a los relatos que en el cine promueven las guerras y que finalmente estas son llevadas a cabo por niños como sus hijos, que están jugando inocentemente arriba. La mira y le promete que su novela jamás podrá ser representada por John Wayne o Frank Sinatra, y que se llamará La cruzada de los inocentes. A partir de ese momento, Mary y el narrador se hacen amigos, y a ella está dedicada esta novela.

Esa misma noche, Bernard y él buscan en la biblioteca información sobre la verdadera cruzada de los niños, una guerra sórdida que no termina de confirmarse históricamente pero que involucra, en el 1200, a miles de niños que peregrinan al sur de Italia engañados por dos monjes y luego son vendidos como esclavos en el norte de África.

En 1967, el narrador y Bernard regresan a Dresde por primera vez. Antes del viaje, demorado en Boston, el narrador siente que alguien jugó con los relojes, eléctricos y de pulsera. Con cada tic tac parece como si pasaran años. Pero uno nada puede hacer. Debe creer, como todo mortal, en los relojes, se dice.

Este libro es un fracaso, sentencia. La gente no debe mirar hacia atrás y el narrador se propone, luego de esto, no hacerlo más. Acto seguido nos da la primera línea, que da inicio al segundo capítulo.

“Oíd:

Billy Pilgrim ha volado fuera del tiempo” (p.27).

Capítulo 2

“Oíd:

Billy Pilgrim ha volado fuera del tiempo” (p.28).

Billy Pilgrim vive con temor, porque no puede controlar sus viajes en el tiempo. Viaja, al azar, a cualquier momento de su historia. Hijo de un barbero, nace en 1922, en Nueva York. Alto, delgado, de aspecto gracioso, Billy es requerido para hacer el servicio militar durante la segunda Guerra Mundial. En la guerra es tomado prisionero por los alemanes. En su retorno a Estados Unidos se casa con la hija del fundador de la escuela de Óptica en la que estudiaba y sufre una leve depresión. Abre un negocio en Ilium, Nueva York, y le va muy bien, tanto que se hace rico. Tiene dos hijos, uno de los cuales presta servicio en Vietnam. Su esposa muere de un envenenamiento accidental de monóxido de carbono. “Así fue” (p.30), nos dice el narrador luego de hacer este racconto de los hechos más importantes de la vida de Billy Pilgrim luego de la guerra.

Tras un accidente de aviación en el que él es el único sobreviviente, Billy Pilgrim viaja sorpresivamente un día a Nueva York y acude a un programa de radio nocturno en el que cuenta cómo vive fuera del tiempo y cómo en 1967 fue secuestrado por un platillo volador. El platillo, explica, vino del planeta Tralfamadore, y en ese planeta lo exhibieron desnudo junto a una estrella de cine terrestre llamada Montana Wildhack. Como los tralfamadorianos lo condujeron “a través de la urdimbre del pueblo” (p.30), Billy pudo estar durante años en Tralfamadore y a la vez no ausentarse de la Tierra.

Billy escribe luego una carta al News reader explicando cómo son físicamente los tralfamadorianos, y en una segunda carta se explaya algo más sobre estos seres y su concepción de la muerte en relación a esta posibilidad de viajar en el tiempo. Mientras tanto, la hija de Billy se preocupa por él. Teme encontrar algún día a su padre muerto en la casa, ya que este nunca contesta el teléfono o el timbre de la puerta.

En septiembre de 1944 Billy viaja por primera vez en el tiempo. Mucho antes de su viaje a Tralfamadore. Sucede durante el apogeo de la Segunda Guerra Mundial, cuando, luego de su entrenamiento en Carolina del Norte, es enviado a Europa. Billy sobrevive a la batalla de Bulge pero, perdido y aturdido, sin casco ni botas de combate, se aleja de los nuevos frentes alemanes. Vaga junto con otros tres soldados, no tan aturdidos como él. Uno de los jóvenes, Roland Weary, le salva la vida cuando desde lejos les disparan, y algunas veces más, cuando Billy se dispone a acostarse en la nieve y quedarse allí. Lo insulta, pero Billy ya solo quiere que lo dejen solo.

Weary es machista y agresivo; torpe, había disparado incorrectamente su cañón y, por las marcas, había revelado la posición de su tripulación. Todos murieron menos él. A pesar de esto, cree que es un gran soldado. Se llama a sí mismo y a los dos soldados con quienes vaga “los Tres Mosqueteros”. Le cuenta a Billy que su padre colecciona dispositivos de tortura. Lleva con él un cuchillo de trinchera y una foto pornográfica de una mujer con un caballo, célebre por ser de las primeras fotos pornográficas conocidas y por la cual estuvo preso seis meses André Le Fèvre, un ayudante de Daguerre, el primero en usar la palabra “fotografía” para designar su descubrimiento.

Billy se siente distante y se separa del grupo. Sentado contra un árbol con los ojos cerrados comienza por primera vez a retroceder en el tiempo, hasta el momento antes de nacer. Luego vuelve a la vida y se ve de jovencito, junto a su padre, en la piscina del YMCA de Ilium, donde su padre le iba a enseñar a nadar. Desde allí viaja por el tiempo hasta el futuro, 1965, donde tiene cuarenta y un años y está yendo a visitar a su madre a un asilo de ancianos. Luego se traslada a 1958 y asiste al banquete en honor de un equipo de la Pequeña Liga de la cual forma parte su hijo Robert. Parpadea y se encuentra en 1961, totalmente borracho en plena celebración de Año Nuevo, en una fiesta donde todos los asistentes son ópticos. Engaña a su mujer por primera vez.

Alguien intenta despertar a Billy. Es Weary, que lo tiene agarrado por las solapas de la chaqueta. Nuevamente está en 1944, en la guerra. Los perros ladran a lo lejos. Weary logra levantar a Billy y alcanzan a los otros dos exploradores, más rápidos, más ágiles. Los dos soldados rompen el corazón de Weary, diciéndole que a partir de ahora él y Billy están solos. Deben marcharse; los dos jóvenes están débiles y los retrasan. Los dejan en el lecho del riachuelo.

Billy vuelve a viajar en el tiempo. Es 1957 y recibe una ovación del público del Club de los Leones, un club al que parece asistir en el futuro, y da un discurso. Weary vuelve a despertarlo, lleno de ira. Lo golpea, lo desnuda. Cuando tiene a Billy tirado en el suelo, con la columna vertebral al descubierto, a merced de sus botas, cinco soldados alemanes los detienen, llenos de curiosidad: no saben por qué un soldado americano está a punto de asesinar a un compañero y, sobre todo, no saben por qué la víctima se ríe.

Análisis

Matadero cinco es una novela que combina la ciencia-ficción, el género bélico autobiográfico y la ficción histórica. Se dice de ella que es una novela posmoderna. La literatura posmodernista, desarrollada a mediados del siglo XX, se caracteriza entre otras cosas por la dificultad a la hora de clasificar sus obras genéricamente, y también por cierto carácter que llamaremos “fragmentario”. También, es una literatura cargada de un escepticismo fuerte hacia la noción de progreso social y la moral objetiva, y de un tono irónico característico.

Al igual que en la novela “tralfamadoriana” (nuestro protagonista viajará a otro planeta llamado Tralfamadore y allí conocerá cómo funcionan las novelas en un planeta donde el tiempo no es lineal), en Matadero cinco “no hay principio, no hay mitad, no hay terminación, no hay “suspense”, no hay moral, no hay causas, no hay efectos” (p.84). La fragmentación, en el caso de esta novela, tiene que ver con el tiempo. Billy Pilgrim, protagonista, viajará a lo largo de todo el texto en el tiempo, hacia adelante o hacia atrás, sin un orden aparente y sin una jerarquía de eventos clara. Toda la historia acaba de ser resumida en este primer capítulo; podemos adelantar que Matadero cinco es una novela "sin clímax".

Otro elemento de la novela posmoderna que podemos encontrar aquí es la reflexión metaficcional, es decir, la reflexión sobre el propio relato y la literatura misma dentro del texto, o la explicitación de los recursos que se emplean para componer una historia. Podemos decir que uno de los temas principales en Matadero cinco es el relato de guerra, que abre la pregunta de cómo se representa una guerra, desde dónde, en qué tiempos, quién la narra, qué pasa con la ficción y el realismo. Todo eso está contenido en esta historia, tanto en boca del narrador como en boca de otros personajes que analizan estos asuntos en la guerra y posguerra.

Lo mismo sucede con el hecho de que el narrador en primera persona del Capítulo 1 dice ser Kurt Vonnegut. Es importante distinguir, a partir de ahora, entre Kurt Vonnegut autor y Kurt Vonnegut narrador-personaje; es a este último a quien nos referiremos como "Kurt" a lo largo del análisis. En este capítulo, junto con el último enmarca el relato, tiene mayor protagonismo la primera persona. Veremos que, en el resto del relato, que sigue la vida de Billy Pilgrim, la voz del narrador es de una tercera persona. Cada tanto, sin embargo, irrumpe nuevamente esta primera, como recordatorio de que quien narra es Kurt y que estuvo en Dresde también.

En este primer capítulo Kurt visita a los O’Hare. Tiene, con Mary O’Hare, un diálogo que ilustra esta reflexión sobre el relato bélico en relación a la representación. Mary tiene mala predisposición para con Kurt: “era la guerra lo que la ponía fuera de sí. No quería que sus hijos ni los hijos de nadie murieran en la guerra. Y creía que las guerras eran promovidas y alentadas, en parte, por los libros y el cine” (p.21). Mary dice que a la guerra no van los hombres como Frank Sinatra o John Wayne, que la guerra es llevada a cabo por niños.

A través de la figura de Mary, el narrador establece ciertos parámetros para el relato que va a componer de Dresde: en este capítulo Kurt le promete a Mary (y, de algún modo, le advierte al lector) que no habrá en su texto roles para un Wayne o un Sinatra, y que dejará claro que la guerra es hecha por niños. Llamará a su libro La cruzada de los inocentes. De este modo deja asentado que se trata de una novela anti-bélica. Es importante destacar que, para cuando Vonnegut escribe Matadero cinco, la guerra de Vietnam no ha terminado, y es una guerra a la que el autor se opone abiertamente. (Ver sección "'Matadero cinco' y la guerra de Vietnam").

Matadero cinco es una novela bélica sin escenas de batalla, sin héroes ni villanos. Además, es una novela de ciencia ficción, a la vez que un texto que explora el estrés post traumático de los combatientes a través de recursos como el absurdo. La línea inicial nos da la pauta de lo difícil que puede ser contar una experiencia tan violenta: “Todo esto sucedió, más o menos” (p.9), es la línea inicial del texto. El relato de guerra es subjetivo, pero no por eso menos verdadero: veremos cómo la aparición de Tralfamadore, un planeta con seres que desconocen el libre albedrío, funciona para Billy como un modo de lidiar con la culpa propia del trauma de la guerra. Es decir, a pesar de la ciencia ficción o el humor absurdo, todo en Matadero cinco está ahí en función de una militancia anti-bélica que rompe la visión romántica de la guerra y pone el foco en los efectos de la misma en la subjetividad humana. El humor, el absurdo, los saltos temporales que no se corresponden con ningún patrón, tienen un objetivo. Kurt le explica a su editor, en el primer capítulo: “si este libro es tan corto, confuso y discutible, es porque no hay nada inteligente que decir sobre una matanza. Después de una carnicería sólo queda gente muerta que nada dice ni nada desea; todo queda silencioso para siempre. Solamente los pájaros cantan” (p.24).

Como vimos, Kurt le dice a Mary en este capítulo que llamará a su novela La cruzada de los inocentes. La cruzada de los inocentes “había empezado en 1213, cuando dos monjes tuvieron la idea de reclutar ejércitos de niños en Francia y Alemania, para venderlos como esclavos en el norte de África. Se presentaron treinta mil niños voluntarios, creyendo que irían a Palestina” (p.22). Bernard O’Hare y Kurt leen un libro de historia de Mackay en la casa de Bernard. Estos niños, abandonados y sin trabajo, fueron embarcados en Marbella y luego, la mayoría de ellos, vendidos. Kurt se queda a dormir en casa de los O’Hare, y lee otros textos, esta vez sobre Dresde y sobre cómo la ciudad fue sitiada por prusianos en 1760 y destruida.

Uno de los temas más importantes en Matadero cinco sobre el cual ahondaremos en los siguientes capítulos es el tiempo. Vale en esta primera aproximación notar que en el Capítulo 1 Kurt nos sugiere que el tiempo es una convención social: “uno no podía hacer nada. Como cualquier terrestre vulgar, debía creer en los relojes y en los calendarios” (p.27). Este comentario nos predispone para el relato que comienza en el Capítulo 2: la vida de Billy Pilgrim, veterano de guerra como Kurt, sobreviviente del bombardeo de Dresde como él.

“Oíd: Billy Pilgrim ha volado fuera del tiempo…” (pp.27-28). Así termina el Capítulo 1, dando pie a la historia de Billy. El segundo capítulo comienza con la misma frase, como si se tratara de un Había una vez..., lo que ofrece otro juego metatextual característico, como describíamos más arriba, de la novela posmoderna. En este segundo capítulo, el narrador va dejando lugar a la historia de Billy, la primera persona se debilita y se transforma en una tercera apenas interrumpida a lo largo del texto por la primera.

Además, la idea es contundente: Billy ha volado fuera del tiempo. Los viajes en el tiempo se instalan desde el primer párrafo de este segundo capítulo: “[Billy] ha entrado por una puerta en 1955 y ha salido por ella en 1941. Ha vuelto a traspasar esa puerta y se ha encontrado en 1963. Ha visto su nacimiento y su muerte muchas veces, según dice, y viaja al azar hacia cualquier momento de su vida. Eso dice” (p.28). Sabemos, a partir de estas palabras, que Billy viaja en el tiempo sin control alguno, presa del azar; nunca sabe qué momento de su vida le va a tocar representar al momento siguiente.

El recurso narrativo de los saltos temporales abruptos nos da la sensación de una inestabilidad lógica en la novela. Esa inestabilidad se corresponde con la inestabilidad emocional de Billy en y después de la guerra. Nuestra experiencia como lectores se emparenta con la experiencia de Billy al tratar sin mucho éxito de darle sentido a su vida y sus experiencias. De este modo, trastocando los eventos al punto de volver indiscernible la concatenación de sucesos, el narrador se escapa de las relaciones de causa y efecto, de suspenso o clímax.

Como relato bélico, Matadero cinco cuestiona la posibilidad de la dignidad humana en un siglo marcado por masacres sin precedentes como el bombardeo a Dresde. Ya desde su experiencia inicial en la guerra, a Billy se lo priva de su dignidad: no tiene la vestimenta adecuada; incluso puede decirse que su vestimenta es algo absurda. Por el contrario, Roland Weary, el joven al cual Billy se suma, junto con otros dos soldados errantes, tiene todo el equipamiento bélico necesario para sobrevivir. Weary cree que actúa con dignidad y salva a Billy a regañadientes de la muerte más de una vez, pero solo para alimentar su propio delirio de heroísmo.

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