Matadero cinco

Matadero cinco Temas

El tiempo

El tiempo es uno de los grandes temas de Matadero cinco. En primer lugar, se nos presenta la concepción tralfamadoriana del tiempo, bajo la cual este no es lineal, sino que todos los sucesos que componen una vida están yuxtapuestos, es decir, son simultáneos.

Los tralfamadorianos pueden viajar en el tiempo deliberadamente, por lo cual eligen siempre atravesar lo bello, lo bueno, lo agradable. Billy, por su parte, tiene, como terrícola, una comprensión parcial de este modo de ver el tiempo, y, además, viaja a través de él pero no puede decidir a donde va: “[Billy] ha entrado por una puerta en 1955 y ha salido por ella en 1941. Ha vuelto a traspasar esa puerta y se ha encontrado en 1963. Ha visto su nacimiento y su muerte muchas veces, según dice, y viaja al azar hacia cualquier momento de su vida. Eso dice” (p.28).

La novela tralfamadoriana es una yuxtaposición de mensajes, como los telegramas terrícolas, que entre todos componen, leídos simultáneamente, ya que el tiempo no es lineal, una hermosa imagen. Matadero cinco es una suerte de novela terrícola escrita al estilo tralfamadoriano. Es decir, no solo el tiempo es uno de los temas principales que abordan tanto terrícolas como tralfamadorianos en la novela sino que, a su vez, la novela misma está escrita de modo tal que el tiempo de la narración tampoco es lineal.

La guerra

La Segunda Guerra Mundial, por supuesto, es tema en Matadero cinco, ya que es donde transcurre la mayor parte de la acción y es puesta en debate más de una vez. Pensemos que el bombardeo a la ciudad de Dresde, que impulsó el fin de la guerra, es lo que dispara la narración de la novela. A su vez, el texto se publica durante la guerra de Vietnam, que también es mencionada varias veces en el texto.

La Segunda Guerra Mundial, a diferencia de la guerra de Vietnam, tiene mucha más aceptación en la sociedad estadounidense de los años sesenta. La impopularidad de la guerra de Vietnam se debe a que no es claro para los estadounidenses el motivo que lleva a la participación norteamericana. En cambio, la apreciación que hay sobre la Segunda Guerra es diferente: los soldados americanos que fueron a Europa son héroes, y son representados en la cultura como tales. Sin embargo, la guerra en Matadero cinco es una sola y es siempre absurda.

Es por esto que en la novela no solo se abordan las consecuencias desgarradoras de la guerra (la muerte, el trauma) sino su sinsentido, incluso por momentos desde el humor. Ridiculizar la guerra es, en el caso de Matadero cinco, un gesto político.

El estrés postraumático

Lo que años después se llamaría estrés postraumático o trauma de la guerra es nombrado muchas veces en Matadero cinco como, lisa y llanamente, “locura”. Billy Pilgrim es tratado como un loco, aniñado e incapaz de valerse por sí mismo, sobre todo por su hija.

Billy muestra muchas señales de desesperanza, propios de la guerra y del trauma de lo vivido en ella, que lo convierten en un sujeto frágil y tenso. Se puede establecer un paralelismo entre la falta de control de Billy sobre su cuerpo, su aspecto y su atención dispersa con la falta de control que tiene sobre los viajes en el tiempo por los que se ve arrastrado constantemente. Además, llora con frecuencia y se siente abrumado e impotente. Padece graves trastornos del sueño: se duerme involuntariamente pero, luego de la guerra, sufre de insomnio.

Para los tralfamadorianos, Billy está lejos de ser un loco. Es un terrícola que comprende y aprende sobre la concepción tralfamadoriana del tiempo y que viaja, como ellos, a través de él. La locura de Billy no es abordada como lo que realmente es, estrés postraumático por lo vivido en Dresde, porque eso requeriría que su esposa, su hija y la sociedad norteamericana entera comprendieran que la guerra no es lo que creen y, sobre todo, lo que venden en las representaciones culturales que se consumen.

En medio de la guerra de Vietnam, Vonnegut intenta en Matadero cinco hacer foco en el lado crudo de la guerra y sus efectos sobre la psiquis de los soldados, jóvenes inexpertos a los que Mary O’Hare llama “niños” y que, al volver a su país, son tildados de “locos”.

Libre albedrío vs. determinismo

El libre albedrío aparece como un concepto puesto en tensión, ya que en Matadero cinco los tralfamadorianos, provenientes del planeta Tralfamadore, le comentan a Billy que no existe cosa tal como la libre elección, que el destino está sellado y que el tiempo no existe tal cual se lo conoce en la Tierra: todo está sucediendo simultáneamente. Por ende, todo es inevitable.

Esta concepción de las cosas le otorga a Billy la tranquilidad que necesita para sobrellevar los horrores de la guerra. La culpa que siente como sobreviviente, o la que siente por no haber hecho tal o cual cosa en el transcurso de la guerra, se lava bajo esta nueva idea de que nada diferente podría haber sucedido.

Este modo de ver el mundo conlleva un peligro: al eliminar las relaciones de causa y consecuencia, ya que todos los eventos se yuxtaponen pues no existe el tiempo lineal, no hay culpables de la guerra, no hay inocentes, ninguna muerte es más grave que otra, ni tampoco evitable. Además, los tralfamadorianos instan a Billy a no pensar en los momentos tristes y solo habitar los bellos. Billy en principio no puede elegir a qué momento de su vida dirigirse, pero los tralfamadorianos sí, y evaden los momentos negativos. Esto último resulta particular, ya que tensa el concepto de libre albedrío: los tralfamadorianos no pueden elegir qué pasará, pero sí pueden elegir en qué momentos de la vida quedarse y cuáles eludir.

Este entramado complejo de reflexiones que cuestionan o ponen en tensión la noción de libre albedrío es un modo particular de retratar el modo en que Billy niega el costado cruento de la guerra.

La dignidad humana

En un siglo marcado por la guerra y las masacres sin precedentes, Matadero cinco cuestiona la posibilidad de la dignidad humana. Con mucha facilidad, en la guerra, los hombres pueden quitarle la dignidad a otros. Los norteamericanos son enviados a la guerra mal vestidos, sin el equipamiento correcto; mueren de frío y gangrena. Los judíos solo son mencionados porque con la grasa de sus cadáveres se han hecho velas y jabones.

La guerra aniquila la dignidad de los hombres. Matadero cinco ahonda en este asunto y cuestiona, de hecho, la concepción mundana de la dignidad, porque cree que esta concepción es la que motiva las representaciones heroicas y las narrativas épicas de las guerras.

Hay un fuerte énfasis en señalar que lo absurdo de la vestimenta o el comportamiento de Billy no lo convierten en menos soldado que el resto de los soldados que están prisioneros allí. No es menos sobreviviente de la masacre de Dresde. Sin embargo, al volver de la guerra, inclusive su hija olvida este factor y trata a Billy como a un niño:

-¡Oh, Dios mío! Si te dejáramos solo aquí te morirías de frío, y de hambre.

Y siguió la retahíla. A ella le resultaba muy excitante poderle destrozar la dignidad en nombre del amor (p.119).

La representación

Cómo representar es una pregunta que aparece varias veces a lo largo del texto. Puede decirse que todo Matadero cinco ensaya en sí misma y en boca de sus personajes modos de resolver ese interrogante: cómo representar los horrores de Dresde. Esta pregunta no solo se la hace el narrador, sino que también es para Billy un asunto que conversa con Rosewater, su compañero de cuarto en el hospital psiquiátrico luego de la guerra.

Por otra parte, Mary O'Hare se encarga, en el primer capítulo, de dejar en claro cómo se representa la guerra en Estados Unidos: se trata de un relato épico, sobrestetizado, llevado a la pantalla e interpretado por actores como Frank Sinatra y John Wayne. Según Mary, este tipo de relato motiva la participación en la guerra de los jóvenes y hace apología de la violencia. Es decir, se narra una mentira, ya que a la guerra no van los héroes cinematográficos al estilo John Wayne, sino que van jovencitos inocentes. Vonnegut, por su parte, le responde que él jamás hará algo así con la novela que planea escribir; que su novela de guerra dejará en claro que son niños quienes pelean, y por eso la llamará La cruzada de los inocentes. Cómo se representa un evento es, entonces, el punto a debatir: no se trata solamente de que el narrador haya estado allí, como parece al principio de la novela, y pueda reponer los hechos ocurridos en Dresde, sino cómo lo hace. Cómo narra el bombardeo.

Más adelante, Billy Pilgrim y Rosewater debaten, también, sobre el papel de la ciencia ficción en todo este asunto: "Los dos intentaban rehacerse a sí mismos y rehacer el universo entero. Y por eso la ciencia ficción constituía una tan gran ayuda para ellos" (p.94), dice el narrador. Ambos ex-combatientes encuentran en ese género, y en los relatos de Kilgore Trout en particular, un modo de abordar lo vivido.

Matadero cinco deja asentado que no hay un solo modo de representar la guerra, es decir, aquel modo realista-épico que denuncia Mary en el primer capítulo no es la única manera de abordar el bombardeo, ni siquiera es la mejor, sino que es posible contar una masacre como la de Dresde y los traumas de guerra desde otras estructuras narrativas superadoras. Matadero cinco propone otro modo de representar una guerra que, a través de la estructura narrativa de la ciencia ficción y sus motivos, construye una verdad mucho más sólida que la épica bélica que critica.

La muerte

La expresión "así fue" se convierte casi en un estribillo en Matadero cinco. A cada mención de la muerte, ya sea asociada al catastrófico bombardeo a Dresde, a los jabones y velas hechos con grasa de prisioneros asesinados o al accidente de la esposa de Billy, le sigue esta contundente muletilla: “así fue”. Esta frase nos recuerda el misterio y la inevitabilidad de la muerte, según la filosofía tralfamadoriana adoptada por Billy.

Billy acepta la idea de que la muerte es un momento más en la yuxtaposición de eventos que es la vida de una persona. Por ende, un cadáver es sencillamente una persona que está en mal estado en ese momento en particular, pero que puede viajar a otro momento y ya: “Cuando oigo decir que alguien ha muerto, me encojo de hombros, simplemente, y digo lo que los tralfamadorianos dicen acerca de las personas muertas, esto es: «Así son las cosas»” (p.31).

A lo largo de Matadero cinco, la muerte se describe más como una experiencia inevitable que como el final de la vida. Billy espera de este modo su propia muerte como un evento más dentro del entramado de eventos que componen su vida y que no necesariamente se ordenan linealmente, como se cree en la Tierra. De este modo, si es pensado en la misma línea que el tema anterior, Billy puede sobrellevar todo lo visto en Dresde y creer que toda la gente a la que ha visto morir ha vivido la muerte solo como una experiencia más, y está en algún lugar sana y salva.

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