Los 14 capítulos que componen la novela alternan entre la narración de hechos y la descripción contemplativa y poética de cuestiones humanas y existenciales.
En la primera mitad encontramos la narración de la infancia de José Cemí. En la segunda parte leemos acerca de sus años como adolescente y como universitario –además de conocer, en retrospectiva, la historia de sus padres-.
A lo largo de toda la novela, asistimos al crecimiento y formación de un joven poeta. Desde niño hasta el comienzo de su adultez, José Cemí se muestra paulatinamente como alguien muy sensible y observador.
En el primer capítulo nos enteramos de que José tiene asma, y en medio de un ataque en el que apenas puede respirar, los empleados de su casa tratan de ayudarlo, sin saber exactamente cómo hacer. Baldovina se asusta, pero Truni y Zoar intentan una especie de ceremonia que parece aliviar a José, ya que luego orina y se queda dormido. Los padres del niño, el coronel José Eugenio Cemí y Rialta Olaya, están fuera de casa esa noche, puesto que han ido a la Ópera. Cuando regresan, ven que su hijo descansa tranquilo, ya sin señales del ataque de asma anterior.
En el segundo capítulo, asistimos al detalle del entorno de José Cemí: la escuela –donde José es castigado por dibujar las paredes con tiza- y el barrio –donde conocemos a Sofía, Martincillo, Luba, entre otros personajes secundarios. Asimismo, nos enteramos de que el coronel y su familia deben viajar, por su trabajo, a Jamaica y luego a México.
En los capítulos III, IV, V y VI, la narración nos conduce por la historia de las familias Olaya y Cemí –respectivamente, de la madre y del padre de José-. Alberto Olaya, tío de Rialta, es una persona bastante desafiante y cruel, y se lo conoce por ser el compañero de clase de José Eugenio. En un momento, ambas familias terminan siendo vecinas, de modo que Rialta y José Eugenio se conocen y comienzan a salir. En el sexto capítulo, hacia el final, las temporalidades vuelven a acercarse y se detalla la muerte del coronel, quien antes de morir le encarga el cuidado de su hijo José a Oppiano Licario, un hombre cubano muy particular.
En el capítulo VII, la familia de José regresa a La Habana, donde asistimos a la conducta reprochable de Alberto Olaya -luego de lo cual muere en un accidente-, así como a la vida en familia de José, ya sin su padre presente –pero todavía conectados a él de un modo espiritual-. En el capítulo VIII, conocemos la vida de José Cemí siendo un adolescente. Entabla nuevas amistades en ese tiempo, a la par que presencia la conducta algo exhibicionista de su compañero Farrulaque.
En los capítulos IX, X y XI, somos espectadores de la vida de José en la universidad, donde se dedicará a estudiar Filosofía y Letras. Con su amigo Fronesis -que estudia Derecho- tendrá múltiples conversaciones de tipo filosófico y estético. Asimismo, ambos son amigos de Foción, un personaje de orientación homosexual, que se encuentra en cierta lucha con la sociedad, y que concluye de manera algo trágica: el árbol con el que se identifica es quemado por un rayo, luego de lo cual Foción desaparece de escena y no vuelve a aparecer.
En el capítulo XII ocurre algo singular: se cuentan historias muy alejadas en cuanto al tiempo en que ocurren, y que luego se vinculan entre sí de un modo u otro. A partir de este capítulo se revela la prosa/poesía hacia la que de algún modo se dirige el protagonista en su ser poeta.
En el capítulo XIII, ocurre un extraño episodio: José viaja en autobús y se encuentra con otros cuatro personajes, los cuales luego estarán también en casa de Oppiano Licario. En esa casa ocurre un fenómeno extraño. Pareciera que Oppiano tiene cualidades sobrenaturales, ya que aparece en dos sitios del edificio casi al mismo tiempo, como si se tratase de una suerte de guía espiritual.
En el capítulo XIV y último, se narra la muerte y velatorio de Oppiano Licario, quien ha sido muy importante en la vida de José Cemí, puesto que lo ha inmerso en lo que él llama el ‘ritmo hesicástico’, según podríamos pensar, en referencia a la manera de vincular poesía y vida.