Paradiso Símbolos, Alegoría y Motivos

Paradiso Símbolos, Alegoría y Motivos

Asma de José Cemí como símbolo de su sensibilidad

En su fuero interno, José Cemí sabe muy bien qué aire es nocivo y qué aire es sano. Como símbolo, también, de un contacto problemático entre sujeto y mundo, desarrolla una enfermedad que impide ingresar y expulsar el aire necesario para respirar con normalidad. Esta enfermedad merma cuando él comienza a adquirir herramientas para lidiar con los sucesos externos.

Escritura en la pared del campamento como símbolo del anhelo de comunicación de José Cemí

José Cemí es un chico bastante retraído, enfermo de asma, que debe cuidarse enormemente de su entorno, pues es muy sensible en el sentido emocional de su percepción. En este símbolo encontramos una referencia a la dificultad que Cemí posee para comunicarse con los demás, y al mismo tiempo la necesidad que siente de comenzar a hacerlo.

La muerte como motivo

La muerte atraviesa las páginas de toda la novela. Incluso, también, la amenaza de la muerte. Al comienzo del primer capítulo, José Cemí, el muchacho protagonista de la historia, tiene un ataque de asma del que no queda del todo claro que vaya a salvarse. Asimismo, siendo él todavía muy chico, muere su padre, que es Coronel. Luego, hacia el final de la novela, muere Licario, quien se había dedicado, en cierta medida, a guiarlo y acompañarlo, por pedido del Coronel en su lecho de muerte.

Destrucción del árbol del capítulo XI como símbolo de la incapacidad de Foción para amar sin luchar

Foción es un personaje cuya orientación homosexual, en un mundo discriminatorio y homofóbico, lo lleva a estar siempre en tensión con los demás, a la defensiva y sin poder disfrutar. El árbol en el que se cifraba el amor de Foción por otros hombres -y que a su vez podía oficiar como símbolo del falo-, es destruido por un rayo, lo cual señala fatalmente la ausencia de espacio y respeto social para que Foción realmente pudiera ser tal como era.

Vínculo entre Licario y Cemí como alegoría del acto de convertirse en poeta

La figura misma de Oppiano Licario, con sus elementos místicos y misteriosos, oficia como alegoría del ser poeta en general. Por un lado, guía verbalmente a José Cemí en el camino de una poesía que se entregue a lo que él llama ‘ritmo hesicástico’, en referencia a una manera de escribir vinculada con la meditación y el equilibrio anímico. Por otro lado, él mismo, con sus prácticas cotidianas, cercanas a la posesión de poderes sobrenaturales, nos remiten a la percepción poética del mundo, que no siempre es realista o llana, sino antes bien sobrecargada -como la prosa del propio Lezama Lima- con abundancia de figuras retóricas, metáforas y simbolismos.

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