Primero sueño

Primero sueño Citas y Análisis

"Piramidal, funesta, de la tierra

nacida sombra, al cielo encaminaba

de vanos obeliscos punta altiva,

escalar pretendiendo las estrellas"

Yo lírico (vv. 1-4)

Esta cita corresponde a los primeros cuatro versos de Primero Sueño. En ellos puede leerse la creación de la atmósfera nocturna que marca toda la primera parte del poema. El término "piramidal", en posición evidenciada por aparecer al inicio, da comienzo a la obra. Su significado se relaciona con la forma que un cuerpo esférico (la Tierra) proyecta hacia arriba cuando una fuente de luz (el Sol) está por debajo (es decir, durante la noche, según ideas científicas de la época de Sor Juana). Esa sombra proyectada por la Tierra sería un cono, pero la poeta usa la referencia a las pirámides, de similar forma geométrica, para ganar en belleza y ornamentación.

De esta manera, la cita expresa de modo poético una verdad de base científica en aquel momento histórico. Sor Juana, erudita y siempre apasionada por el saber, con frecuencia exhibe sus conocimientos sobre diversos temas; en este caso, los relacionados al cielo, la astronomía y la cosmografía. Por otra parte, la figura de la pirámide -repetida varias veces durante el poema- funciona como símbolo de la relación jerárquica entre Dios (la Causa Primera), la naturaleza y los hombres.

Finalmente, la cita expresa la complejidad sintáctica de toda la silva, ya que sus componentes están ordenados de un modo que, en principio, resulta poco natural al hablante de español. El hipérbaton propone un orden poético que, reorganizado, expresa la noción de que "la sombra piramidal de la tierra pretende escalar hacia las estrellas". Es decir, que la oscuridad avanza y cubre todo el cielo.

A su vez, algunos términos destacados en estos versos iniciales corresponden al campo semántico general del poema, como la propia sombra y las estrellas. En ese sentido, también se introducen desde el principio figuras geométricas triangulares o cónicas que representan la jerarquía del Universo. Pueden encontrarse varios ejemplos de estas figuras a lo largo del poema.

"... la diosa

que tres veces hermosa

con tres hermosos rostros ser ostenta"

Yo lírico (vv. 13-15)

Estos versos constituyen una alusión metafórica a la luna y sus fases. Según la cosmología ptolemaica que sirve como fuente científica para Sor Juana, la primera esfera de la luna es aquella que rodea la tierra. La expresión "tres veces hermosa" se remite a construcciones típicas de la literatura en latín y se refiere, en este caso, a los rostros o fases de la luna: creciente, plenilunio y menguante.

Cabe destacar que la imagen de la luna y su resaltada hermosura al comienzo del poema invitan a leer la escena nocturna como bella, calma y serena. Este es un ingrediente fundamental para la creación de la atmósfera propicia. La noche es deseable porque permite la llegada del sueño y el alma del yo lírico puede ascender en búsqueda del conocimiento.

Por otra parte, más adelante en el poema, la luna sirve para señalar los límites de la Tierra y el Cielo: el yo lírico se refiere a las cosas "sublunares", por un lado, y a las "supralunares", por el otro. Las primeras son las cosas terrestres, humanas, y las segundas son las relacionadas con los planetas y con la divinidad.

Finalmente, cabe destacar que esta alusión ubicada al comienzo del poema es la primera de muchas expresiones relacionadas al número 3. La luna, el mundo, el cuerpo humano y todo lo que existe aparecen segmentados en tres partes. De hecho, incluso el poema ha sido dividido por los especialistas en tres partes: "El dormir", "El viaje" y "El despertar".

"juzgándose casi dividida

de aquella que impedida

siempre la tiene, corporal cadena,

que grosera embaraza y torpe impide

el vuelo intelectual con que ya mide

la cuantidad inmensa de la esfera"

Yo lírico (vv. 298-302)

La concepción del cuerpo como prisión de la mente se manifiesta en esta cita. En estos versos, el cuerpo ya reposa, ya se ha dormido y no genera más obstrucciones a la mente. Ya no molesta con sus pasiones, sus sentidos y sus necesidades básicas. Entonces, el alma se considera separada, dividida, libre del cuerpo (llamado "cadena corporal") y eso le permite remontar el vuelo intelectual que tanto anhela. La razón se libera de las prisiones corporales.

En ese vuelo intelectual, leemos en la cita, el alma toma dimensión de la inmensidad del universo aquí denominado "la esfera". La poeta recurre a formas geométricas esféricas y circulares en varias instancias del poema. Son figuras relacionadas con los planetas y todos los cuerpos celestiales y simbolizan, desde pensamientos muy antiguos, lo perfecto, lo infinito y lo eterno. Estas características son las que el alma del yo lírico reconoce como propias de Dios y de todo lo que existe al alcanzar las alturas en su búsqueda del conocimiento.

"que como sube en piramidal punta

al cielo la ambiciosa llama ardiente,

así la humana mente

su figura trasunta,

y a la Causa Primera siempre aspira,

céntrico punto donde recta tira

la línea, si no ya circunferencia

que contiene, infinita, toda esencia"

Yo lírico (vv. 404-411)

En esta cita volvemos a encontrar referencias a las formas piramidales que simbolizan el orden del mundo y colocan a Dios como la Causa Primera y a la Naturaleza como la Causa Segunda. El símil con las pirámides ilustra el orden de las cosas: Dios se encuentra en el ápice de la pirámide; por debajo, la Naturaleza y los Hombres. La mente humana se dirige a la divinidad, esa es su esencia, su propósito natural. La búsqueda de todo conocimiento es la búsqueda de Dios.

Estos versos coinciden con los paradigmas de pensamiento que formaron las ideas de la época y las de Sor Juana. A su vez, se relacionan con otras dimensiones de Primero Sueño. Una vez más encontramos figuras circulares para representar la perfección y la infinitud de Dios: "circunferencia / que contiene, infinita, toda esencia" (vv. 410-411). También, percibimos que el viaje hacia el conocimiento es de elevación o ascenso porque se trata, en última instancia, de la procura de la divinidad, que habita en los cielos.

"En cuya casi elevación inmensa,

gozosa más suspensa,

suspensa pero ufana, la suprema

de lo sublunar reina soberana,

la vista perspicaz, libre de antojos,

de sus intelectuales bellos ojos,

sin que distancia tema

ni de obstáculo opaco se recele

de que interpuesto algún objeto cele,

libre tendió por todo lo criado:

cuyo inmenso agregado

cúmulo incomprehensible,

aunque a la vista quiso manifiesto

dar señas de posible,

a la comprehensión no, que, entorpecida

con la sobra de objetos, y excedida

de la grandeza de ellos su potencia,

retrocedió cobarde"

Yo lírico (vv. 435-453)

En esta cita se expresan dos cuestiones principales del poema de Sor Juana. Por un lado, es fundamental destacar la función de lo visual: las imágenes visuales, la cromática y las expresiones relacionadas con los verbos "ver" y "mirar". El cuerpo está en reposo, los sentidos duermen con él. Pero el alma percibe todo lo que encuentra a través de la vista. Entonces, “la vista perspicaz, libre de antojos, / de sus intelectuales bellos ojos” es la mayor autoridad en el mundo terrestre, es la “reina soberana de lo sublunar”. La visión es el sentido privilegiado para conocer.

Ahora bien, aunque la vista intenta percibirlo todo, el entendimiento se encandila, se satura y encuentra su límite. El cúmulo de todas las cosas es inmenso y por lo tanto, incomprensible. La vista intenta dar señales sobre ese cúmulo, pero la comprensión se encuentra entorpecida por la “sobra de objetos”. El entendimiento se ha liberado de la prisión del cuerpo, pero ahora debe retroceder ante el exceso, ante la infinitud de los objetos, de la naturaleza y de la divinidad. El alma tantea y registra los límites del alcance del intelecto humano.

"Mas como al que ha usurpado

diuturna obscuridad, de los objetos

visibles los colores,

si súbitos le asaltan resplandores,

con la sobra de luz queda más ciego

que el exceso contrarios hace efectos

en la torpe potencia, que la lumbre

del sol admitir luego no puede por la falta de costumbre"

Yo lírico (vv. 495-503)

Estos versos alojan una potente comparación que expresa la gran verdad del poema. Se compara el estado del alma encandilada al tratar de verlo todo -y no conseguirlo- con el estado de los ojos cuando miran directamente al sol. El exceso de luz les impide ver.

La vista vuelve a ofrecerse como el sentido privilegiado para buscar los conocimientos. Sin embargo, al intentar mirarlo todo, el entendimiento se satura. El exceso produce el efecto contrario al deseado: el alma realiza su viaje de ascenso hacia Dios y el saber, pero estos son infinitos y la tarea, imposible.

"(O el castigo jamás se publicara

por que nunca el delito se intentara;

político silencio antes rompiera

los autos del proceso

- circunspecto estadista -;

o en fingida ignorancia simulara

o con secreta pena castigara

el insolente exceso,

sin que a popular vista

el ejemplar nocivo propusiera:

que del mayor delito la malicia

peligra en la noticia,

contagio dilatado transcendiendo;

porque singular culpa solo siento,

dejara más remota a lo ignorado

su ejecución, que no a lo escarmentado.)"

Yo lírico (vv. 811-826)

Esta cita enmarcada entre paréntesis es una de las reflexiones que el yo lírico ofrece en medio de su viaje. Se trata de una reflexión política en la que puede leerse la posición de la autora, Sor Juana Inés de la Cruz. De esa manera, esta cita indica una proximidad entre la subjetividad del yo lírico y el de la poeta.

Los versos citados proponen la inconveniencia de mostrar al pueblo los castigos aplicados a los delincuentes para no exhibir ejemplos de mal comportamiento. Estos ejemplos podrían influenciar al pueblo y llevarlo a cometer delitos. El aspecto positivo de este pensamiento de la monja es su defensa de la bondad y su rechazo de la malicia como motor de las acciones del hombre.

Ahora bien, en estas palabras Sor Juana también deja entrever su posición aristocrática para pensar los temas políticos. Propone ocultarle información al pueblo y da por supuesto que este es demasiado frágil y vulnerable ante la maldad. Mira al pueblo desde una posición de elite, como “desde arriba”. Esto no es extraño, considerando su biografía y su cercanía a la corte.

Si bien este podría parecer un pasaje poco relevante del poema, porque se desvía del tema principal, es necesario destacarlo. Es una digresión marcada entre paréntesis, como si fuera un comentario al pasar. Pero en estos versos la monja se arriesga a opinar sobre una cuestión política y jurídica de peso (¿cómo lidiar con quienes faltan a la ley?). Se trata de una muestra del coraje y la excepcionalidad de Sor Juana, que, siendo mujer, religiosa y criolla se atreve a opinar de todos los temas, incluso los más relegados a los hombres en aquella época. Es preciso recordar que una mujer no puede ser autoridad política o jurídica ni estudiar en profundidad filosofía del derecho en el período en que vive Juana.

Más adelante, profundizamos esta cuestión relacionada con el planteo de Josefina Ludmer respecto de las "tretas del débil". Usar paréntesis y presentarlo como un comentario al pasar son recursos de la monja para expresarse en temas que "no le corresponden" por ser mujer, religiosa y criolla americana.

"y, la falta sintiendo de alimento

los miembros extenuados,

del descanso cansados,

ni del todo despiertos ni dormidos,

muestras de apetecer el movimiento

con tardos esperezos

ya daban, extendiendo

los nervios, poco a poco, entumecidos,

y los cansados huesos

aun sin entero arbitrio de su dueño

volviendo al otro lado

a cobrar empezaron los sentidos,

dulcemente impedidos

del natural beleño,

su operación, los ojos entreabriendo.

Y del cerebro, ya desocupado,

las fantasmas huyeron"

Yo lírico (vv. 853-869)

Esta cita describe el lento y gradual despertar del cuerpo del yo lírico. El fin de la noche coincide con el fin del descanso para este organismo. El estómago ya ha procesado y distribuido los nutrientes y ahora el cuerpo necesita alimentarse de nuevo. Además, se siente satisfecho; ha descansado lo suficiente.

El despertar es, de todas maneras, lento, paulatino, gradual, como lo fue el ascenso del alma. Los movimientos se producen de a poco y por partes. Del mismo modo, los sentidos vuelven a cobrar sus funciones. Entonces, del cerebro despierto se van las fantasías (aquí llamadas "fantasmas"), es decir que termina el sueño, termina el viaje que el alma realizó en búsqueda del conocimiento.

El contraste entre cuerpo y mente una vez más se hace expreso con fuerza en este pasaje. Se resalta cómo el cerebro queda sin ocupación, sin tareas durante la vigila. En otras palabras, el poema refuerza su idea básica de que el reposo corporal, también pensado como pequeña muerte, permite a la mente expandirse, conocer, reflexionar y aprender más y mejor.

El despertar y el amanecer, el inicio y el final de Primero Sueño, se producen siguiendo un mismo orden pero en sentido inverso. Al comienzo, anochece y luego el cuerpo se duerme. Al final, el cuerpo se despierta y luego amanece. Esta inversión se produce mediante el uso de antítesis y contrastes.

"Llegó, en efecto, el sol cerrando el giro

que esculpió de oro sobre azul zafiro"

Yo lírico (vv. 943-944)

En esta cita puede percibirse la cromática (es decir, la distribución de colores) básica de Primero Sueño: el contraste de azules y dorados. Este contraste puede pensarse en relación al contrapunto de día y noche -o de vigilia y sueño- que organiza todo el poema. También puede encontrarse en pinturas barrocas, donde se juega con las intervenciones de la luz en espacios oscuros.

Las imágenes visuales relacionadas con los tonos azules se distribuyen a lo largo de todo el poema y se expresan con distintos matices como el cerúleo, el celeste y el zafiro. Lo mismo ocurre con los dorados, vinculados a la luz solar y sus rayos. Todas las referencias al cielo juegan, a su vez, con este contraste. Los cielos son típicamente celestes y azules y los astros brillan en destellos y rayos luminosos, dorados.

A partir de estos versos, que marcan la plena llegada del día y nos aproximan a la clausura del poema, la luz comienza a devolver los colores a todas las cosas visibles en el plano terrestre. Todo lo que dormía se despierta y gana nuevamente su color. En ese sentido, es vital volver a destacar que la visión es el sentido privilegiado por el yo lírico para percibir su entorno. Incluso cuando el cuerpo duerme, el alma en su viaje de ascenso "ve", "mira" y "observa" todas las cosas de la tierra y del universo.

"el mundo iluminado, y yo despierta"

Yo lírico (v. 975)

Esta cita corresponde al último verso del poema. Se trata de uno de los fragmentos más destacados y estudiados de la obra. Cierra la poesía sintetizando de manera bella y magistral la coincidencia del despertar con el amanecer. El cuerpo, el día y el universo entero mantienen el mismo ritmo a lo largo de todo el poema.

Una de las marcas más relevantes de este verso es el hecho de que hace explícito el pronombre de primera persona "yo" con el que identificamos a la voz poética. Este es el único momento en que el "yo" se manifiesta. La palabra final, "despierta", además, aparece en femenino, y permite traer a la lectura muchas reflexiones en torno a la pregunta de quién es el yo lírico de este poema. Una respuesta posible es que ese yo lírico tiene muchas características en común con la subjetividad de la poeta.

En otros pasajes de la obra se leen reflexiones y conocimientos característicos del pensamiento de Sor Juana y de su época. Los especialistas identifican paradigmas científicos que influyen en la cosmovisión integrada en esta poética, por ejemplo con respecto al funcionamiento del cuerpo humano. También demuestran que Sor Juana conocía y defendía esas verdades de la ciencia. En este verso final, además, encontramos la coincidencia en género femenino, que permite asociar al yo lírico con una subjetividad femenina.

Tal como se ha mencionado, la autora desafía las costumbres de la época al opinar sobre temas muy diversos adjudicados únicamente a los hombres y al dedicarse a las tareas intelectuales. Es posible leer Primero Sueño como la afirmación de que cualquier sujeto, cualquier alma, cualquier intelecto puede emprender el viaje de ascenso en búsqueda del conocimiento. Si el yo lírico corresponde con una subjetividad femenina (y esta, a su vez, se identifica con la de la autora), entonces las mujeres, las monjas, las criollas americanas tienen el derecho y la naturaleza indicados para las tareas intelectuales. Esta idea resuena en los planteos que hace la autora en su Respuesta a Sor Filotea, otro de los textos en los que percibimos fuertemente su subjetividad.

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