República

República Símbolos, Alegoría y Motivos

La Tierra como madre (Motivo)

En el final del Libro III, Sócrates relata una historia fenicia que sirve para explicar la organización de la sociedad y las relaciones más adecuadas y armónicas entre los individuos. El relato afirma que las personas, sin saberlo, se gestan debajo de la tierra, donde son moldeados y criados, y que cuando ya están perfectamente acabadas, la tierra, "que era su madre" (414a, p. 310), los da a luz de manera tal que pasan a vivir sobre la superficie. La narración tiene como objetivo postular que todos los hombres son hermanos entre sí y retoma un motivo recurrente en relatos antiguos de diversas culturas: el de la Tierra como madre. Ello permite afirmar que los hombres deben amar, cuidar y defender su territorio.

Los metales (Símbolo)

La misma historia fenicia que tiene en su centro el motivo de la Tierra como madre explica la división de la ciudad en clases sociales organizadas de manera jerárquica. Todos los hombres son hermanos, "pero cuando la divinidad modeló a cuantos de vosotros tienen capacidad para gobernar, les mezcló oro en el momento de su creación, por lo cual son los más valiosos; y a cuantos son auxiliares, plata, y hierro y bronce a los agricultores y a los demás artesanos" (415a, p. 311). De este modo, cada metal simboliza a uno de los tres sectores de la polis: el oro representa a los gobernantes (es decir, a los filósofos), la plata representa a los guardianes, el hierro y el bronce representan a la clase trabajadora.

Es importante señalar que Sócrates menciona este relato como ejemplo de mito (mentira) que los gobernantes están autorizados a narrar para explicarle a la ciudad cuál es el modo correcto de organizarse. Como se ha mencionado, los especialistas aseguran que el simbolismo de los metales tiene una función didáctica muy importante: explicar la naturaleza de los hombres de cada clase es complejo –de hecho, Platón dedica casi toda la obra a ese tema–, pero representarla a través de los metales es sencillo, y cualquiera puede entender la jerarquía: todo el mundo concuerda en que el oro es más valioso y noble que los demás metales.

La caverna (Alegoría)

La alegoría de la caverna es uno de los pasajes más relevantes y más estudiados de esta obra y de la filosofía platónica en su conjunto. El Libro VII la presenta en sus primeras líneas. Sócrates propone imaginar a un grupo de prisioneros encerrados desde pequeños en una caverna subterránea con una gran abertura por donde entra luz exterior. Por estar encadenados, solo pueden dirigir la mirada a una pared donde se proyectan sombras de lo que ocurre arriba, fuera de la cueva, y creen que esas sombras son la realidad. Un día, uno de los prisioneros es liberado, sale al exterior y va conociendo, gracias a la luz solar, todo lo que no podía ver dentro de la caverna. En determinado momento vuelve a descender y les cuenta a sus compañeros las verdades que ahora conoce. Ellos lo tratan de loco y rechazan sus planteos.

Inmediatamente después de presentar la alegoría, Sócrates la explica: los guardianes –y más específicamente, los gobernantes– tienen las condiciones necesarias para salir de la caverna, acompañados por su proceso educativo. Eso los llevará a alcanzar los conocimientos abstractos, las ideas puras, que son lo bueno y lo verdadero. Luego, deben, por compromiso moral y ciudadano, volver a la caverna y dirigir a los prisioneros, que viven en la ignorancia.

La alegoría de la caverna sirve para explicar dos temas cruciales de la República. Por un lado, ilustra la Teoría de las Ideas, es decir, el modo en que los humanos pueden acceder al conocimiento. Por el otro, es una defensa de la figura del filósofo-rey como aquel que tiene las mejores condiciones para gobernar. Cabe recordar que los filósofos no reinarán por placer ni por deseos de poder, sino por compromiso. De este modo, la alegoría ejemplifica el entretejido de filosofía, conocimiento y poder político postulado por Platón.

El sol (Símbolo)

A partir de la alegoría de la caverna, el sol funciona como símbolo que Sócrates aprovecha en varias oportunidades para explicar el acceso al conocimiento. El sol forma parte de una cadena semántica junto a la luz, lo visible y la visión. La luz del sol hace que las cosas del mundo sean visibles para los ojos, lo cual representa el modo en que la "luz" del Bien –idea suprema en la teoría de Platón– permite conocer los conceptos abstractos, la verdad. Gracias a ello es posible, entre otros conceptos, conocer el de justicia.

El eterno retorno (Motivo)

El motivo del eterno retorno se presenta en el Libro X, al final de la obra, y su funcionamiento se ejemplifica en detalle dentro del marco de la historia de Er. El protagonista es un hombre que resucita doce días después de morir en batalla y narra lo que ocurre con el alma cuando se separa del cuerpo. De ese modo, Sócrates usa el relato como argumento para sostener la inmortalidad del alma, por un lado, y el contraste de esta con el cuerpo, por el otro. Las almas no solo no mueren, sino que además regresan a la tierra, ya que las personas que han tenido comportamientos virtuosos en vida son premiadas por los dioses: pueden elegir un nuevo cuerpo (humano o animal) para volver al mundo de los mortales.

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