Genero
Obra dramática. Tragedia en cinco actos.
Configuración y Contexto
La obra está situada en Verona, Italia, en el contexto de una rivalidad entre dos importantes familias de la ciudad. Aunque no hay específicas marcas temporales, se supone contemporánea a su puesta en escena, a finales del S. XVI
Narrador y Punto de Vista
Al tratarse de una obra de teatro, no hay un narrador. Sin embargo, cabe destacar la presencia de un Coro que introduce la historia y comenta los primeros sucesos, posicionándose como conocedor de todo lo sucedido, en carácter, si se quiere, de testigo.
Tono y Estado de Ánimo
Tratándose de una tragedia, predomina un tono grave y oscuro. Sin embargo, junto a la muerte predomina el tema del amor, por lo que los contrastes entre escenas de dicha y de dolor y entre imágenes plagadas de luz y otras hundidas en la oscuridad son constantes. Aún más, 'Romeo y Julieta' es una obra híbrida que, aunque puede ser categorizada sin duda como una tragedia, presenta numerosos elementos y personajes propios de la comedia.
Protagonista y Antagonista
Los protagonistas son Romeo Montesco y Julieta Capuleto. Los antagonistas son los padres de ellos o, en un plano más abstracto, la rivalidad entre ellos.
Conflicto Principal
El principal conflicto en la obra es aquel que se da entre el amor de los protagonistas y la rivalidad de sus familias, que imposibilita el desarrollo de ese amor en el plano social.
Climax
El clímax se da hacia el final del Acto III. Como tenemos dos protagonistas, podemos decir que el clímax es doble: por un lado, el destierro de Romeo y, por el otro, el rechazo de Julieta hacia su casamiento con Paris y el consecuente enfrentamiento con sus padres.
Presagio
La obra está plagada de anticipaciones y presagios por parte de los personajes, lo que es coherente con una tragedia de destino, que supone una fortuna ya escrita. Como ejemplo, podemos citar a Romeo en la cuarta Escena del primer Acto:
"(...) presiento
Que algún efecto dependiente de los astros
Comience cruelmente a urdir su fatalidad
Con los festejos de esta noche, y ponga fin
A una despreciada vida, que mi pecho encierra,
Haciéndome pagar con la vil pena de una muerte prematura" (p.30)
Atenuación
Un ejemplo significativo de atenuación en la obra se da cuando Mercucio es herido de muerte por Teobaldo y, cuando Benvolio le pregunta si está herido, responde: “Sí, sí, un rasguño, pero, por la Virgen, que un rasguño basta” (Acto III, Escena I, p.72).
Alusiones
En la obra hay numerosas alusiones. Se repiten, sobre todo en boca de los amantes, las alusiones al mito de Cupido, mientras que otras referencias a la mitología grecorromana incluyen a Diana, diosa virgen de la caza asociada a la Luna; a la ninfa Eco; a Jove o Júpiter. Todas estas alusiones aparecen en los discursos amorosos de Romeo y Julieta.
Es interesante la alusión de Mercucio a la reina Mab, que proviene, ya no de la cultura grecolatina sino del folklore pagano inglés. Mercucio utiliza esta referencia para burlarse de la importancia que Romeo le da a sus propios sueños.
Imágenes
Paradoja
Esperando noticias de la Nodriza, y ante las excusas de esta para dilatar la entrega de la información esperada, Julieta le marca una divertida paradoja: “¿Cómo puedes quedarte sin aliento / Si tienes aliento para decirme que estás sin aliento?” (Acto II, Escena V, p.65).
Paralelismo
Julieta es quien más utiliza los paralelismos, sobre todo asociados al contraste y/o al doble sentido. Así, por ejemplo, cuando se entera de que Romeo mató a Teobaldo, clama:
"¡Bello tirano, angelical demonio!
¡Cuervo con plumas de torcaza, cordero con voracidad de lobo!
¡Despreciada realidad de divinísima apariencia!
¡(...) Un santo maldito, un villano honorable!".
En un sentido más amplio, puede apreciarse cómo el conflicto entre Montesco y Capuleto tiene su paralelo en la generación más joven (Mercucio, Benvolio y Romeo, por un lado, y Teobaldo por el otro) y también entre los criados de ambas casas, como se manifiesta ya en la apertura de la obra.
Metonimia y Sinecdoque
Un ejemplo de sinécdoque se da cuando Mercucio, luego de que Romeo, burlándose de la Nodriza y de su paje, anuncie que se avecinan dos veleros. “Dos, dos: una camisa y una blusa”, se ríe Mercucio (Acto II, Escena IV, p.59).
Personificación
La Muerte es constantemente personificada en la obra, y aparece frecuentemente caracterizada como amante de Julieta. Esta figura se vuelve especialmente recurrente hacia el final de la obra, sobre todo en boca de Capuleto y Paris.
Sin embargo, otros elementos aparecen personificados. Por ejemplo, Julieta personifica la Noche ("Venid, gentil Noche (...), p.78), la Fortuna ("¡Ay, Fortuna, Fortuna, los hombres dicen que eres voluble!", p.94) y hasta las cuerdas que Romeo usaría para subir a su habitación y consumar su matrimonio: “(...) Pobre escala, has sido engañada, / Igual que yo, pues Romeo ha sido exiliado" (p.82).