El narrador
El narrador de Salón de belleza es, además, su principal personaje. En su juventud emprende un viaje alejándose del seno familiar y se aloja en un hotel para hombres. Más adelante, en la ciudad, abre un salón de belleza para mujeres.
Con el correr del tiempo, muchos hombres adquieren una enfermedad indeterminada en el libro. El narrador modifica el salón de belleza y lo convierte en un "moridero". Cuida de estos varones enfermos hasta su muerte.
Tiene un gran interés por los peces. Cuida a muchas especies en peceras que instala en el moridero. Finalmente, él también contrae la enfermedad.
El enfermo con quien el narrador se involucra
Como vemos, ningún personaje tiene un nombre propio. Este enfermo es uno de los tantos que pasan por el moridero. Pero el narrador entabla con él un vínculo sexo afectivo, del cual dice arrepentirse. De este huésped contrae la enfermedad, y es el único por el cual sufre cuando muere de tuberculosis.
Clientas del salón
Antes de convertirse en moridero, el salón recibía a mujeres. Estas mujeres eran siempre viejas, "vencidas o acabadas por la vida". De alguna manera funcionan como una especie de doble de los varones que más adelante alojará el narrador en su local.
La Junta de vecinos
Los vecinos del barrio se unen para desalojar el moridero. Empiezan a organizarse y envían mensajes al narrador, le dicen que el local es un foco infeccioso e inclusive amenazan con incendiar el edificio.
Los huéspedes
Como contrapartida de las clientas del salón que antes acudían con esperanza a embellecerse, tenemos a los huéspedes. Enfermos, sin esperanza, llegan al salón o son traídos por sus familiares para ser cuidados en sus últimos días por el narrador. No poseen allí dinero, no conversan. Las descripciones de los huéspedes son escuetas y frías, contrastan con la atención detenida que el narrador pone a describir la conducta de los peces que también cuida.
