La casa de Laud's Head (Símbolo)
La casa de Laud's Head funciona como un símbolo de dos caras. Para los Pommeroy, la casa simboliza la unión familiar. Ha sido construida por el padre de la familia, y todos los hermanos y la madre colaboran económicamente para su mantenimiento. Además, tal como sucede en el cuento, los Pommeroy suelen utilizar ese lugar para reunirse.
Para Lawrence, sin embargo, la casa tiene una significación diferente. Laud's Head es un símbolo de la incapacidad de la familia para vivir en el presente. La construcción añeja, hecha con materiales antiguos, demuestra que los Pommeroy viven refugiados en el pasado y son incapaces de enfrentar las vicisitudes actuales. Además, en Laud's Head, los Pommeroy viven de manera licenciosa. Beben, juegan y nadan en lugar de enfrentar lo que Lawrence considera la vida real.
Las vestimentas de novia y jugador de fútbol americano (Símbolos)
Las vestimentas escogidas por el narrador y su esposa para ir al baile también son símbolos de dos caras. Para el narrador y Helen, vestirse de jugador de fútbol americano y de novia, respectivamente, simbolizan su pertenencia a un pasado en común, que sigue vivo en el presente y es constitutivo de lo que son.
Tal como sucede con la casa de Laud's Head, Lawrence considera que esas vestimentas simbolizan la incapacidad de su hermano y de Helen de vivir en el presente, y su constante necesidad de refugiarse en el pasado.
La violencia (Motivo)
La violencia es un motivo que aparece dos veces en "Adiós, hermano mío". Al principio del cuento, el narrador recuerda que veinte años atrás golpeó a Lawrence con una piedra. Este recuerdo funcionará también como un presagio, pues el cuento llegará a su clímax cuando el narrador vuelva a golpear a Lawrence, esta vez con una rama. En ambas ocasiones, Lawrence delata a su hermano con sus padres (en la primera ocasión, con el padre; en la segunda, con la madre). De manera sutil, Cheever instala la violencia en el relato, sugiriendo que los problemas de los Pommeroy van mucho más allá de lo que puede verse en esos pocos días de vacaciones que la familia pasa reunida en Laud's Head.
El alcohol (Motivo)
El alcohol es sin dudas uno de los motivos más recurrentes en la obra de Cheever, y "Adiós, hermano mío" no es una excepción.
Durante todo el relato, los Pommeroy se la pasan bebiendo. La madre, incluso, se emborracha con ginebra para poder tolerar a Lawrence. Desde la perspectiva del narrador (y, por extensión, del resto de la familia, excepto el hermano menor), el alcohol no tiene carga negativa alguna. Beber es parte de lo que la familia hace en sus vacaciones para distenderse. Por supuesto, para Lawrence esto no es así. El hermano menor de la familia considera que el alcohol es una grave adicción, y que el hecho de que todos se la pasen bebiendo es un síntoma de su incapacidad para afrontar la vida.