Cómo ser antirracista

Cómo ser antirracista Ironía

Kendi se identifica irónicamente como criminal para expresar su inocencia y denunciar a los verdaderos criminales de la sociedad estadounidense: los racistas (Ironía verbal)

En su recorrido personal y en el despliegue de sus reflexiones teóricas, el autor aborda muchas veces los estereotipos que relacionan a las personas negras -en especial a los varones jóvenes- con la violencia, el peligro, el uso de drogas, la delincuencia y la criminalidad. Al hacerlo, desmonta esos prejuicios racistas y demuestra cómo se crean, para qué sirven y a quiénes les resultan convenientes. Además, muestra que las ideas racistas se internalizan en su mente y él mismo llega a tenerle miedo al cuerpo negro porque quiere alejarse de la violencia. En esa línea, afirma “Es un crimen racial ser tú mismo si no eres blanco en Estados Unidos. Es un crimen racial ser tú mismo o empoderarte si no eres blanco. Supongo que me convertí en un criminal a los siete años” (57). Esta última frase está cargada de ironía, ya que el autor no se recuerda a sí mismo como criminal, sino todo lo contrario. La ironía sirve para denunciar el poder racista que criminaliza las vidas, identidades y cuerpos de las personas negras.

Con ironía, Kendi señala que la evidencia científica en contra de la raza como una categoría genética o biológica válida no debería ser un impedimento para seguir sosteniéndola (Ironía verbal)

Tras dejar bien en claro que no existen diferencias genéticas, biológicas o científicas de ningún tipo entre las personas racializadas y las que no -lo que implica, en efecto, que no existen las razas humanas-, el autor expone a una serie de figuras y teorías que se esfuerzan por justificar lo contrario. Algunas de estas teorías son contemporáneas, como la que relaciona una mayor tasa de hipertensión entre las personas negras con el pasado esclavista, que fue formulada en los años noventa. En esa línea, para ridiculizar y desmantelar ese tipo de estudios, el autor afirma irónicamente: “¿Quién necesita pruebas científicas cuando se puede imaginar una distinción racial biológica leyendo ficción? ¿Leyendo la Biblia?” (71).

Kendi sostiene que debemos temerle a las personas racializadas solo para para exponer quiénes son los verdaderos criminales: los empresarios y políticos blancos que matan al pueblo (Ironía verbal)

En uno de los pasajes más asertivos y políticamente osados del libro, el autor afirma irónicamente: “No debemos temer a los hombres trajeados con políticas que matan. No debemos temer a los hombres blancos buenos con fusiles AR-15. No, tenemos que temer al cuerpo latinoamericano desarmado y agotado. Hay que temer al cuerpo árabe que se arrodilla ante Alá. Hay que temer a ese cuerpo negro infernal” (103-104). De esta manera, invierte la idea racista que manejan muchas personas, sobre todo blancas, que se sienten amenazadas por los latinoamericanos, los musulmanes y los negros en Estados Unidos. Esto se debe a que la ironía expone a los blancos racistas poderosos como los principales criminales peligrosos que provocan y reproducen la violencia en el país.

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