“[Carrie] lanzó una mirada bovina en derredor suyo” (p.14) (Metáfora)
“A los dieciséis años, la huidiza marca de la persona que ha sido hondamente herida ya aparecía claramente en sus ojos” (p.14), dice también el narrador para señalar el sentido de esta expresión. La metáfora de la mirada de oveja de Carrie, además de generar la idea de sumisión e incomprensión del entorno, muy propia del uso del adjetivo "bovino" para denotarla, puede pensarse también como la figura cristiana del cordero sacrificial. Carrie está allí para ser sacrificada por sus compañeros y su madre.
“Mirar a Chris era como ver a través de una puerta entreabierta el lugar donde Carrie se acurrucaba con las manos en la cabeza” (p.82) (Símil)
Sue se encuentra con Chris en la Kelly Fruit Company. Ella le cuenta que efectivamente la han dejado fuera del baile y no hay nada que su padre vaya a hacer al respecto. Sue ya siente que debe ponerle un límite a Chris; es la primera vez que tiene que hacer algo parecido a confrontar con alguien y esto le genera temor. Pero la imagen de Chris, como bien deja en evidencia la comparación con la imagen de una puerta entreabierta y a Carrie llorando detrás, le recuerda una y otra vez todos los sufrimientos de su compañera.
Además, esta comparación no hace sino llevarnos inmediatamente al lugar en el que Carrie es castigada en casa cada día: el armario. De este modo, podemos pensar que dentro del armario, ese pequeño infierno doméstico, también está presente en cierta forma su principal acosadora en la escuela, Chris.
“Y cuando Frieda sonrió, sintió que algo muy antiguo y enmohecido se aflojaba dentro de ella. Y con ello sintió cierto calor. Alivio. Tranquilidad” (p.144) (Metáfora)
Aquello antiguo y enmohecido funciona como metáfora de lo que representan la calidez de la amistad, el amor y el sentimiento de pertenencia para Carrie, sentimientos que afloran con la pequeña escena de complicidad que tiene, por primera vez en su vida, con una compañera de la escuela. Experimenta esto de un modo muy lejano y con excesiva distancia, pero que, a la vez, le trae tranquilidad y alivio.
“Todos esos gruesos cables se ondulaban en el aire, sacudiéndose y retorciéndose como serpientes escapadas del canasto de un faquir” (p.184) (Símil)
Los cables que Carrie libera con sus poderes se comparan con las serpientes de un faquir, liberadas. El poder mortal de los cables en contacto con el agua funciona como el veneno de las serpientes, además de que, como ellas, resultan impredecibles e implacables en su peligrosidad.
“Aparecieron como una invasión salida del cementerio situado en el recodo que formaba la intersección de Bellsqueeze Road y la ruta 6; aparecieron en camisones blancos y en batas, como si estuviesen envueltos en mortajas (...)” (p.211) (Símiles)
Los vivos son llamados a las calles por el poder telepático de Carrie. Imantados, salen de sus casas hacia la vereda, en dirección a su inevitable muerte. Por esto mismo, el narrador compara sus ropas nocturnas, batas y pijamas, con mortajas, y su caminata con la de muertos vivos que provienen de un cementerio.