Carrie

Carrie Símbolos, Alegoría y Motivos

El color rojo (Símbolo)

“Debí haberme imaginado que sería rojo” (p.128), le dice Mrs. White a Carrie con respecto al vestido de la fiesta. El rojo simboliza algo que en el sentido común ya está más que instalado; se trata de la lujuria, lo diabólico y lo pecaminoso. El círculo en que la encierra su madre es rojo. La sangre de la primera menstruación de Carrie con que comienza la novela es, por supuesto, roja, al igual que la que corre por los muslos de Sue Snell al cerrar la última escena de la narración dominante. Sobre Carrie caen dos baldes de sangre de cerdo, y este es el evento que perpetra la masacre en su ciudad.

Pero, así como el rojo es el color del pecado, también simboliza, en primer lugar, la emancipación de Carrie, ya que a través de su primera menstruación y el vestido de terciopelo que ella misma se cose, se rebela y decide por sí misma ir al baile con Tommy, vestirse como lo desea e interactuar y ser reconocida en la fiesta. También, en otro sentido, el rojo puede simbolizar su poder: a través de la sangre menstrual ha recordado su fuerza telequinética, y bañada en sangre es que enfoca toda su ira hacia la venganza más implacable.

La venganza (Motivo)

La venganza es el motivo por antonomasia del que hace uso King para tejer la trama de Carrie. A través de los duros padecimientos de la joven, tanto en la escuela como en su casa, arrastra al lector hacia un deseo de contrarrestar toda esa violencia recibida. En este caso, Carrie no urde un plan deliberado para tomar revancha contra sus compañeros, sus docentes y su madre, sino que, más bien, se trata de una venganza no premeditada, fruto de la explosión de su ira, a la cual es arrastrada por la broma pesada que le juegan en la fiesta. Esto, en cierta forma, funciona como una suerte de atenuante para con la figura de Carrie. El texto deja entrever las condiciones que la llevaron a destruir todo a su alrededor de forma tal que el desenlace aparenta ser inevitable.

El paso a la adultez (Motivo)

El paso a la adultez es un motivo harto explorado en la literatura mundial, y muy utilizado por King en sus relatos. Se trata del momento en que las personas participan, por un lado, de un mundo infantil, donde todavía sus gestos, sentimientos y razonamientos no están del todo organizados en una identidad evidente, sino que se encuentran en plena conformación y transformación. Por otra parte, también participan del mundo adulto, por lo que sus decisiones y acciones tienen consecuencias, muchas veces, más graves de lo que pueden manejar. El personaje de Sue Snell hace hincapié en la novela en la edad que tenían cuando sucedió lo que sucedió: “Cuando han muerto doscientas personas y se ha destruido una ciudad, resulta fácil olvidar una cosa: sólo éramos unos adolescentes, unos chicos que tratábamos de hacer las cosas lo mejor que podíamos…” (p.90).

La fiesta de primavera (Símbolo)

La fiesta de egresados simboliza este paso a la adultez que King toma como motivo. Se trata de una celebración en la cual los jóvenes abandonan simbólicamente la preparatoria para lanzarse al mundo. Decimos simbólicamente porque, aunque todos celebren, no significa que hayan culminado exitosamente sus estudios, sino, más bien, que han cerrado una etapa. En esta fiesta, entonces, se condensa el sentido de transicionar de una era (la adolescencia) a otra (la adultez).

El círculo (Símbolo)

Cada vez que el círculo se hace presente, viene a simbolizar la represión que rodea a Carrie, casi como una realidad material infranqueable. Desde el primer día de clases, en el primario, a Carrie el “círculo que la rodeaba era como la sangre: podías limpiarla una y otra vez y estaría siempre allí, indeleble, sucia” (p.31). Este mismo círculo de sangre la rodeará en las duchas en la preparatoria, cuando tenga su primera menstruación y sea burlada hasta que se quiebre emocionalmente. Si bien “la única posibilidad de salvación estaba dentro del círculo rojo” (p.31), según su madre, Carrie desea franquearlo.