Alexéi Ivanovich es un joven maestro que cuida y educa a los hijos del general Zagorianski durante su estadía en un hotel de lujo de Ruletenburgo, una localidad alemana abocada al turismo. Todos tratan a Alexéi como a un sirviente, lo que hiere mucho su orgullo. Su único amigo es Mr. Astley, un noble inglés adinerado y extremadamente honesto. Ambos están enamorados de Polina, la hijastra del general.
La familia está a la espera de que lleguen noticias de Moscú sobre la muerte de la abuela Antonida Vasílevna Terasévich, de quien recibirían una importante herencia que los ayudaría con sus deudas. El general, un hombre simple pero de fuertes pasiones, tiene una hipoteca con un supuesto marqués de nombre De Grieux y, si no recibe herencia pronto, el francés entrará en posesión de toda su propiedad. A la expectativa de esa gran herencia, el marqués y su prima, la joven y hermosa Mademoiselle Blanche, permanecen cerca del general, quien está muy enamorado de Blanche y espera casarse con ella.
Polina y Alexéi tienen una relación particular de “esclavo” y “torturadora”, que oscila constantemente entre el amor y el odio. Ella es brusca y arrogante con él, y Alexéi, que se siente humillado por ser un hombre educado y noble pero sin dinero, se toma el atrevimiento de ser irrespetuoso con ella. El joven maestro está convencido de que solo el dinero le hará obtener el respeto de Polina y de los demás, y la única manera de conseguir dinero, desde su punto de vista, es ganando en la ruleta. Polina también necesita dinero, pero Alexéi no sabe bien por qué. Ella no cree en la seriedad de su amor, tal vez porque Alexéi es tan patético en su deseo de humillarse ante ella que todo parece una burla. Pero ella se aprovecha de ello y lo somete a sus caprichos, como cuando le ordena ofender a la esposa del barón Wurmenheim, para hacerlo quedar en ridículo.
Después de cumplir sus deseos de ofender al barón y a la baronesa, explota el escándalo. El barón le pide al general que eche al atrevido “sirviente”. Este accede y regaña a Alexéi bruscamente. Por su parte, el maestro se resiente por el hecho de que el general ha asumido responsabilidad por sus actos, cuando él es “una persona jurídicamente competente” (p.55). Aunque está en posición de desventaja al ser un simple maestro, Alexéi pretende luchar por su dignidad actuando provocativamente, lo que produce su despido. El general teme que Alexéi vaya a hablar con el barón y empeore las cosas, por lo que envía a De Grieux a hablar con él. Ante la persistencia de Alexéi en dirigirse al barón, el francés acude a la amenaza y le pasa una nota de Polina, en la que esta le pide que abandone su plan. El “esclavo” obedece, pero se siente desconcertado ante la influencia que ejerce De Grieux sobre Polina.
Mr. Astley, a quien Alexéi le cuenta lo ocurrido, le explica por qué se produjo semejante escándalo. Resulta que dos años antes, Mademoiselle Blanche pasó una temporada en Ruletenburgo. Abandonada por sus amantes y sin dinero, ella probó su suerte en la ruleta sin tener éxito. Entonces Blanche se propuso seducir al barón Wurmenheim, lo que produjo que la baronesa la denunciara con la policía para que la expulsaran del pueblo. Ahora que intenta convertirse en la esposa del general, Blanche necesita a toda costa evitar la atención del barón y de la baronesa. Por eso nadie desea que continúe el conflicto.
Al regresar al hotel, Alexéi se sorprende al encontrarse con la abuela recién llegada de Rusia. La abuela es una rica terrateniente de 75 años, una formidable dama moscovita de modales toscos que se transporta en una silla. Su llegada es un desastre para todos, en especial para el general y los franceses, que estaban a la espera de su muerte para heredar parte de su fortuna. Inmediatamente, la anciana le reprocha al general su actitud y le niega su dinero. Sobre el escándalo de Alexéi y el barón opina que el general, al no aceptar que Alexéi se batiera en duelo, no ha sabido defender la dignidad rusa. Le desagradan los franceses, alaba a Mr. Astley, y muestra preocupación por el destino de Polina y los hijos del general.
La abuela le pide a Alexéi que la lleve a la ruleta. Allí entra en frenesí apostando y ganando una cantidad enorme de dinero. El general, De Grieux y Blanche temen que la abuela pierda toda la herencia futura y le piden a Alexéi que evite que ella juegue, pero la anciana hace lo que quiere y aquella noche está de vuelta en el casino. Esta vez la extravagante moscovita pierde todo el dinero del que disponía para jugar y parte de sus reservas. Arrepentida de su frivolidad, se propone redimirse construyendo una iglesia en Moscú y ordena volver inmediatamente a Rusia. Pero veinte minutos antes de partir cambia de planes y decide jugar de vuelta para recuperar lo perdido. Aléxei se niega esta vez a acompañarla a la mesa de la ruleta. Esa noche y al día siguiente la abuela pierde casi toda su fortuna.
De Grieux se va del pueblo y Mademoiselle Blanche se aleja repentinamente del general, sin siquiera reconocerlo cuando se encuentran. Esto hace que el general, desesperado, casi pierda la cabeza. Finalmente, la abuela, a la que le quedan sus propiedades, regresa a Rusia con dinero prestado de Mr. Astley y le pide a Polina que vuelva con ella a Moscú, aunque esta le responde que por ahora no puede.
Por la noche, Aléxei encuentra a Polina en su habitación. Ella le muestra una carta de despedida de De Griuex, de quien esperaba una propuesta de casamiento, pero sin la herencia de la abuela el prudente “marqués” se desentiende de ella y de la familia. No obstante, De Grieux le devuelve al general cinco mil francos que eran de Polina. Orgullosa, Polina dice que preferiría tirarle el dinero en la cara a De Grieux, y le sugiere a Alexéi que se quede con ese monto.
Alexéi tiene una idea y se va repentinamente, en dirección a la sala de juego. La suerte le sonríe y pronto gana una enorme cantidad de dinero: 200 mil francos. Allí experimenta una sensación horrible de placer mientras siente que la victoria lo llena de dignidad. Cuando regresa a la habitación, el jugador no puede quitar sus ojos del montón de dinero y oro acumulado. Polina se siente herida por el hecho de que Alexéi, al igual que De Grieux, quiera darle dinero para comprar su amor. Tiene un ataque de nervios y termina pasando la noche con Alexéi. A la mañana siguiente, acepta los 50 mil francos ganados, solo para tirárselos en la cara a Alexéi y huir. El desinteresado Mr. Astley acoge a la alterada Polina y culpa a Alexéi por su incapacidad para amarla de verdad y por no comprender el drama interno de ella.
Aquel día, Mademoiselle Blanche seduce al adinerado Aléxei y juntos se van a París, donde Blanche despilfarra todo lo ganado. Ella decide usar lo último que queda del dinero en una boda con el general para obtener un nombre y un título. Tres semanas más tarde, sin arrepentirse del dinero gastado, Alexéi abandona a Blanche y se dirige a Homburg.
Más de un año y medio después, Alexéi deambula apostando en diferentes ciudades alemanas, sometiéndose por necesidad al servicio de lacayo y pasando un tiempo en prisión por sus deudas. Inesperadamente, se encuentra con Mr. Astley en Homburg. Él ha estado buscando a Alexéi, enviado por Polina, que vive en Suiza con los familiares de él. Alexéi se entera por el inglés que la abuela murió en Moscú, que el general está en París y, lo más importante, que Polina lo había amado. Su amigo cree que él es un hombre acabado, incapaz de resistir sus pasiones destructivas debido a su naturaleza rusa. Le da algo de dinero, pero con la certeza de que lo gastará todo en la ruleta, y se despide. Alexéi termina sus notas diciendo que jugará una vez más para obtener la plata que necesita para ir en busca de Polina.