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Muchos críticos a lo largo del tiempo se han preguntado si El mercader de Venecia es una obra antisemita. ¿Qué lecturas pueden hacerse al respecto?
Una interpretación literal de la obra pone en evidencia el antisemitismo de El mercader de Venecia. Shakespeare representa a Shylock como un villano cómico cargado de odio hacia los cristianos y absolutamente despiadado que quiere vengarse de Antonio, un personaje que representa al cristiano piadoso. Sin embargo, existe un juego irónico en la representación que Shakespeare hace también de los cristianos, que aparecen como sujetos hipócritas y contradictorios que se burlan del judío y lo tratan con violencia a pesar de que este no les ha hecho nada a ellos. Así, la obra parece poner en perspectiva dos formas de comportamiento y la hipocresía inherente a todo ser humano, profese la religión que profese.
Por otra parte, el texto impreso de la obra de teatro no da indicaciones de cómo deben ser representados los personajes ni construida la puesta en escena, por lo que, como algunos críticos señalan, el carácter anti o filosemita tiene que ver más con la puesta en escena que con la obra en sí misma. Esto puede comprobarse cuando se analizan las puestas en escena a lo largo del tiempo: la representación de Shylock ha variado desde el villano cómico hasta el héroe trágico. Por eso, más que hablar de un antisemitismo inherente a Shakespeare y a su obra, parece más pertinente analizar cómo las sociedades la han puesto en escena en diferentes épocas históricas.
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En El mercader de Venecia, Shakespeare utiliza la imagen de la oveja de forma recurrente. ¿Qué representa?
La imagen de las ovejas y los carneros son utilizadas en relación con el dinero y la cría o la reproducción. Las imágenes figuradas en torno a las ovejas acompañan a Shylock, quien habla de reproducir sus riquezas como quien cría animales. Esto se comprueba en la Escena III del Acto I, cuando Shylock recurre al pasaje bíblico sobre Jacob y las ovejas para defenderse del ataque de Antonio. Mientras que Shylock puede hacer que su dinero se reproduzca como ovejas mediante el cobro de intereses, la imagen de la oveja se asocia de otro modo a Bassanio cuando este se compara con Jasón en busca del vellocino de oro. Jasón y la búsqueda del vellocino de oro representan a quienes lo arriesgan todo para ganarlo todo.
Finalmente, el mismo Antonio usa la imagen del carnero castrado para hablar de sí mismo: él está soltero y sus negocios están al borde de la ruina, por lo que la castración es un símbolo de su falta de descendencia y, a la vez, de su insolvencia económica.
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¿Cómo es la relación entre Antonio y Bassanio? ¿Qué rasgos de su personalidad son revelados por su amistad?
Al inicio de la obra, Antonio está triste y melancólico, pero no duda en manifestar su amistad y su amor por Bassanio, y en asegurarle que le prestará el dinero que su amigo le pide, aunque para ello tenga que acudir a un préstamo. En esta escena se revela también que Bassanio es un caballero veneciano poco preocupado por el dinero que está dispuesto a arriesgarse para cortejar a Porcia, una rica heredera de Belmont. El apoyo incondicional de Antonio a Bassanio, así como también su tristeza al inicio de la obra (que podría atribuirse a que Bassanio está interesado en casarse con Porcia), hacen pensar que existe una relación homoerótica entre ambos personajes.
Al final de la obra, el deseo de Antonio no es quedarse con su vida sino que Bassanio pueda llegar a tiempo a Venecia para poder verlo una vez más antes de morir, lo que apoyaría la tesis de la relación homosexual. Durante el juicio, la relación entre Antonio y Bassanio pasa a primer plano, y el mercader puede verse literalmente como un amante de Bassanio dispuesto a morir por él (p. 153). Esto genera un conflicto subyacente entre Porcia y Antonio, que ella está dispuesta a poner a prueba exigiendo que Bassanio le dé su anillo al jurista Baltasar. El hecho de que su amado se separe del anillo por el bien de Antonio (tal como hará Graciano con el suyo) puede interpretarse como que Bassanio elige a Antonio antes que a Porcia. Sin embargo, esta inclinación a favor de Antonio se corrige en el acto siguiente, cuando Porcia reprenda a Bassanio por amar a un hombre más de lo que la ama a ella.
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¿En qué sentidos se oponen y se parecen los personajes de Shylock y Antonio?
Antonio aparece como una imagen especular opuesta a la de Shylock en lo que respecta a cómo construyen su relación con el dinero y con la familia. Antonio comienza la obra sin poder hacer que su dinero se reproduzca porque no se aboca a ello y presta su dinero sin tomar recaudos. Además, no tiene esposa ni hijos y, por lo tanto, se perfila como un personaje impotente. Antonio revela en el cuarto acto qué tipo de persona representa: "Soy el viejo carnero enfermo del rebaño" (p. 154). El verso original indica que Antonio es un “tainted wether”, literalmente, carnero castrado, enfermo o manchado. Esto indica directamente que Antonio no puede reproducirse y, en un sentido menos explícito, también puede pensarse que Antonio hace alusión, al presentarse como castrado, a la pérdida de los favores sexuales de Bassanio.
Shylock comienza la obra en el extremo opuesto de Antonio: es capaz de hacer que su dinero se multiplique por medio de la usura y que su familia se reproduzca a través de Jessica. Pero al final de la obra Shylock ha perdido a su hija y debe convertirse al cristianismo para salvar sus bienes, con lo que termina pareciéndose a su antagonista. En esencia, el Shylock destrozado al final de la obra es muy similar al melancólico Antonio del principio.
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¿Qué relaciones se establecen en la obra entre la religión y el dinero? ¿Qué perspectivas se desarrollan al respecto?
Cuando Bassanio y Antonio visitan a Shylock para pedirle un préstamo emerge el problema del tratamiento del dinero según cada religión. Los cristianos son retratados como dadores desinteresados de todo lo que tienen y están en contra de la usura, pues sostienen que el dinero no debe utilizarse para engendrar más dinero. Esta es una de las razones por la que Antonio presta su dinero desinteresadamente a Bassanio, y por la que ambos desprecian a los judíos.
Shylock, por su parte, defiende su interés e indica que para su pueblo no está mal generar ganancias por medio de la usura. Desde su perspectiva, no está mal tomar ventaja de una situación para obtener un rédito personal. A esto Antonio responde negativamente y manifiesta la visión cristiana sobre la usura, según la cual no está bien que el hombre explote al prójimo para multiplicar sus ganancias.