Resumen
Escena I
Lorenzo y Jessica, todavía en Belmont, se sientan afuera y disfrutan de una hermosa noche que parangona a las grandes noches que deben haber vivido amantes como Troilo y Crésida, Dido y Eneas o Píramo y Tisbe. Luego extienden la analogía a su propia historia de amor, hasta que son interrumpidos por Stefano, quien les informa que Porcia regresa a casa con Nerissa. Momentos después llega Lancelot y le informa a Lorenzo que Bassanio también regresará por la mañana. Tanto Lorenzo como Jessica regresan a la casa. Poco tiempo después, Porcia y Nerissa, ya en sus vestiduras femeninas, entran al edificio. Lorenzo reconoce la voz de Porcia y la saluda. Ella ordena a los sirvientes que actúen como si nunca se hubiera ido, y les pide a Lorenzo y Jessica que hagan lo mismo. Poco después llegan Bassanio, Graciano y Antonio.
Nerissa exige que Graziano le muestre el anillo que le regaló al supuesto secretario de Porcia en Venecia. Cuando él le responde que no está en su poder, la pareja empieza a discutir. Graciano defiende lo que hizo como un acto de bondad hacia Antonio. Porcia los escucha y finge descubrir lo que pasó. Luego exige que Bassanio le muestre su anillo, lo que este, por supuesto, no puede hacer. Porcia y Nerissa luego reprenden a sus maridos por regalar los anillos, e incluso les dicen que preferirían acostarse con el jurista y su secretario en lugar de con sus infieles maridos.
Antonio intercede a favor de Bassanio y Graziano, y jura que ninguno de ellos volverá a regalar algo que pertenece a sus esposas. Porcia le agradece y le pide que le dé a Bassanio otro anillo para que se lo quede. Bassanio mira el anillo y lo reconoce como el mismo anillo él le había entregado al jurista. Porcia explica entonces que el jurista regresó a Belmont, se acostó con ella y luego le regaló el anillo. Pero luego cuenta la verdad. Además, tiene buenas noticias para Antonio: una carta reciente indica que tres de sus barcos llegaron a puerto sanos y salvos, por lo que su fortuna está salvada. Nerissa luego le entrega a Lorenzo la escritura en la que Shylock promete legalmente entregarle todo su patrimonio tras su muerte. La obra termina con Graciano prometiendo mantener a salvo el anillo de Nerissa para siempre.
Análisis
Uno de los momentos más ridículos de este acto involucra a Lorenzo y Jessica, quienes comparan su relación con otras tres historias de amor famosas por haber fracasado. Como modelos de pareja, invocan a Troilo y Crésida, Píramo y Tisbe, y Dido y Eneas. Resulta muy irónico que la pareja recién constituida se vea reflejada en otras que resultaron desastrosas. Por ejemplo, Tisbe y Píramo se suicidan, y Dido también se quita la vida cuando Eneas la deja para cumplir su destino y fundar Roma. Estas alusiones recuerdan la facilidad con la que Jessica entregó el cofre de su padre en los actos anteriores: su amor nunca se sometió a ningún tipo de prueba, ni con el cofre ni con los anillos, que aparentemente Jessica cambia por un mono, según los informes de Tubal a Shylock en el Acto III. Así, en cierto sentido, Shakespeare parece anunciar mediante estas comparaciones que la pareja no está preparada para enfrentar la vida, y que su amor está condenado al fracaso, mientras que el de Bassanio y Porcia ya ha superado pruebas suficientes para demostrar su solidez.
Gran parte de esta escena involucra a Porcia y Nerissa enseñando a sus maridos el valor del matrimonio. Los regalos de los anillos sirven para representar la virginidad y la santa promesa del matrimonio. Por eso, que Bassanio y Graziano los regalen es una violación de su contrato matrimonial, una señal de que aman a Antonio más que a sus esposas. Dado que esto no se puede permitir, Porcia usa el truco del anillo para obligar a Bassanio a renunciar a Antonio y a comprometerse únicamente con ella. Por eso exclama: “Ya que tiene la joya que yo tanto amaba, / y que juraste conservar por amor a mí, / seré tan liberal como tú; no le negaré / nada que sea mío, ni mi cuerpo, / ni la cama de mi marido. Cuando venga / lo conoceré, que no te quepa duda” (p. 181). En este pasaje, el verbo conocer está utilizado en su acepción de reconocer, y en el significado, que se le otorgaba en la Biblia, de acostarse con alguien. Porcia es clara al indicarle a Bassanio que el anillo se lo había entregado solo a él, y que regalarlo es una forma de violar su confianza y traicionar la relación. Finalmente, cuando Porcia revela que ella se había hecho pasar por jurista, Bassanio comprende que todo el problema del anillo ha sido una lección, y que bien merecida la tiene.
El hermanamiento y la oposición de Antonio y Shylock se comentó anteriormente en el análisis. Algo análogo existe entre Belmont y Venecia: Belmont representa la música y el ocio, mientras que Venecia se asocia al dinero y las leyes. Sin embargo, Belmont se sostiene sobre el dinero de Venecia; depende del oro y la herencia. Esto se ve más claramente cuando se le entrega a Lorenzo la escritura de Shylock, que es similar a la forma en que Porcia obtiene, en Belmont, su riqueza del testamento de un padre muerto. Aún más, el lujo de Belmont no se considera necesariamente positivo: Venecia produce comerciantes como Antonio, mientras que Belmont produce a gente como Lorenzo, que no es mucho más que un mendigo perezoso.
Las tres parejas de enamorados representan el final cómico de la obra. Pero lo que debería ser un final feliz es mancillado en cierta forma por Antonio y Shylock. Ambos hombres siguen siendo extranjeros al final de la obra, solos y alejados del feliz lujo de Belmont. Ambos forasteros también han sido castrados metafóricamente: Shylock, a través de la pérdida de su dinero y de su hija; Antonio, al perder a Bassanio ante Porcia. El nivel más bajo de la derrota de Antonio se evidencia cuando Porcia le entrega su dinero y barcos en los momentos finales, indicándole con ese gesto que debe regresar a Venecia y olvidarse de Bassanio.