La vida y la obra de Gioconda Belli establecen ligaciones profundas con la agitada política nicaragüense. Es por ello que, para comprender en profundidad tanto la figura de la autora como su obra literaria, es preciso conocer algunos elementos fundamentales de la historia de este país centroamericano a lo largo de los siglos XX y XXI.
Durante las primeras tres décadas del siglo XX, Nicaragua sufre una profunda inestabilidad política y constantes intervenciones militares comandadas por los Estados Unidos. En ese período, se destaca la figura de Augusto César Sandino, uno de los grandes líderes revolucionarios de la historia latinoamericana. Sandino lidera la resistencia nacionalista nicaragüense contra el imperialismo estadounidense, y logra con éxito que las tropas norteamericanas abandonen el país implementando la guerra de guerrillas. Es importante destacar que durante la década del veinte, Sandino pasa un tiempo en el exilio en México, donde se forma junto a grupos sindicalistas, anarquistas, comunistas y antiimperialistas.
A comienzos de los años treinta, se funda la Guardia Nacional de Nicaragua, una fuerza armada y de seguridad destinada a mantener la seguridad nacional ante las posibles intervenciones estadounidenses y el orden público al interior de la sociedad nicaragüense. Al mando de esta fuerza queda Anastasio Somoza García, quien, tiempo después, en 1934, traiciona a Sandino y dispone su asesinato por órdenes de la Embajada de Estados Unidos. Luego, en 1936, Somoza lidera un golpe de Estado que desplaza del poder al presidente de turno, Juan Bautista Sacasa.
Desde ese momento, y hasta 1979, Nicaragua vive bajo una dictadura, llamada dictadura somocista, puesto que se mantienen en el poder una sucesión de dictadores pertenecientes a la familia Somoza. El último de ellos en gobernar el país es Anastacio Somoza Debayle, hijo menor de Anastacio Somoza García. Es durante su mandato que Gioconda Belli se mete de lleno en la política, con el objetivo de luchar contra el autoritarismo.
De esa manera, la poeta se enlista en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), organización político-militar revolucionaria fundada en 1961 por Carlos Fonseca Amador, Santos López, Tomás Borge, Silvio Mayorga y Germán Pomares Ordóñez. El nombre del frente rinde homenaje a Augusto César Sandino, y la organización recupera su espíritu nacionalista y antiimperialista. El FSLN se relaciona directamente con los movimientos de liberación nacional que protagonizan la escena política africana en los años sesenta y setenta, así como con la Revolución Cubana y otras organizaciones y gobiernos marxistas-leninistas dentro del marco de la Guerra Fría. En 1979, después de años de lucha, el FSLN consolida su revolución y derroca la dictadura liderada por Anastacio Somoza Debayle.
Desde ese momento, el FSLN asume directamente el gobierno nicaragüense hasta que, algunos años más tarde, se llevan a cabo elecciones nacionales, y, convertido el frente en partido político, las gana. Entonces asume la presidencia Daniel Ortega, el candidato sandinista y líder del partido desde 1991. Sin embargo, de inmediato reaparecen los conflictos armados con Estados Unidos y Nicaragua entra nuevamente en un período de gran inestabilidad.
Muchos años más tarde, en 2006, Ortega vuelve a ganar las elecciones presidenciales, y se mantiene en el cargo hasta la actualidad, adoptando características y métodos cada vez más dictatoriales. Gioconda Belli ha denunciado sistemáticamente el autoritarismo de gobierno orteguista, ha sostenido que el Partido Sandinista traiciona los valores revolucionarios que la convocaron a ella y a tantos otros a luchar en sus filas contra la dictadura somocista, y también, como se detalla en El país de las mujeres, ha apoyado denuncias contra Ortega por abuso sexual de menores.
Por todo ello, la escritora ha sido acusada de "traición a la patria" y ha sido despojada de la nacionalidad nicaragüense en 2023.