El país de las mujeres

El país de las mujeres Resumen y Análisis Los conspiradores - Viviana

Resumen

Los conspiradores

Leticia y Emiliano Montero conversan mientras miran noticias televisivas sobre las manifestaciones contra el gobierno. Él asegura que, en cuestión de días, el gobierno deberá ceder ante la presión de los hombres. Ella cree que es necesario sumar manifestantes mujeres para que la protesta sea realmente poderosa. Luego, vuelve a preguntarle a su marido sobre el armado del atentado. Él dice que solo ha tenido una participación irrelevante, y que sabe que hay un acuerdo con el hombre contratado para disparar contra la presidenta: si llegaran a detenerlo, Emiliano y sus socios deben mantener y vigilar a la esposa; el matón no quiere que la mujer "le ponga los cuernos" (217).

Transcripción íntegra de la tercera entrevista al señor José de la Aritmética

Una vez más, aparece la transcripción de una conversación entre José de la Aritmética y Eva Salvatierra a modo de material histórico. La presidenta interina cree que hay conexiones entre Dionisio; el esposo de Ernestina, amiga de la hija de José, y el atentado contra Viviana. Dionisio ha sido interrogado, pero no han obtenido ningún dato claro: se hace el loco y dice que ve a la Virgen María. José se compromete a tratar de que Ernestina cuente qué sabe.

Noticia de primera plana en el diario El Comercio

A modo de documento histórico, se incluye una noticia publicada el día 20 noviembre, de autoría de la periodista Pilar Moreno. El texto reporta la salida de manifestantes mujeres de todas las clases sociales a las calles de Faguas para exigir que se llame a elecciones, puesto que creen que el nombramiento de Eva como presidenta interina es ilegal. Las simpatizantes del PIE también salen a las calles, observan a las opositoras y les arrojan flores, ondeando las banderas del partido para expresar que no tienen conflictos con otras mujeres. Martina Meléndez, Ministra de las Libertades Irrestrictas, garantiza el derecho de todas las personas a la protesta. La noticia anticipa que al día siguiente se harán dos actividades de apoyo al gobierno.

Relato de Juana de Arco

Este capítulo está narrado en primera persona por Juana de Arco. La chica reconoce que, desde el atentado, está cuidando a Viviana con la misma paciencia con que limó durante meses los barrotes del lugar donde la tenían encerrada sus violadores. Recuerda que Viviana la ha rescatado y que, por eso, le debe lealtad total. En eso piensa cuando, de repente, la presidenta abre los ojos. Primero, Juana de Arco se queda congelada, y luego se va moviendo muy despacito hasta acercarse a ella y decirle "Vivi" (223). Viviana la mira, luego sonríe y le dice "hola" (224). La chica la besa y le pregunta si puede reconocerla, y la presidenta le responde que sí, que sabe perfectamente quién es. Emocionada, Juana de Arco se pone a llorar y llama a Celeste, Emir, Martina, Rebeca, Eva e Ifigenia. Rápidamente, la sala se llena de médicos.

Dionisio y el complot

José de la Aritmética sale del despacho de Eva tras la entrevista y va a buscar a Ernestina. La conoce hace mucho y la quiere como a una hija. José nunca ha confiado en Dionisio, y sabe que él la ha golpeado, incluso durante los embarazos. Al principio, cuando conversan, Ernestina tiene mucho miedo y no quiere contar nada de lo que sabe, pero, con paciencia, José la convence de que nadie sabrá que ha hablado, que ella y sus hijos estarán seguros. Entonces Ernestina se anima y le cuenta que el ex magistrado Jiménez y otros hombres poderosos contrataron a Dionisio para matar a la presidenta.

Justicia

Apenas termina de conversar con Ernestina, José se dirige a la casa de Eva Salvatierra y le cuenta todo. Eva decide montar un operativo de inmediato. Le dice a José que se resguarde allí en la casa mientras tanto, y le promete un trabajo en el gobierno. Él se alegra y piensa, con ilusión, que le gustaría ser detective.

Con miedo de cerrar los ojos

Viviana gana conciencia y, poco a poco, va percibiendo su entorno. Entonces ve la cara de Juana de Arco y la reconoce de inmediato. Luego la llevan en camilla a otras partes del hospital, donde le hacen estudios. Se siente muy cansada, pero no quiere quedarse dormida; tiene miedo de cerrar los ojos y volver al galerón. Martina, que la está acompañando, le cuenta novedades sobre el país, y le dice que Eva se está haciendo cargo de la presidencia. Viviana no resiste más el cansancio y se queda dormida.

La renuncia

Viviana sale del coma y, pocos días después, decide renunciar a la presidencia de Faguas, lo cual es totalmente inesperado para todo el mundo. Siente que no está en plenas condiciones de ejercer ese cargo. En su cuerpo todavía lleva algunas marcas de lo ocurrido: tiene el pelo rapado (porque le han hecho cirugías en el cerebro) y renguea. Se dispone a dar una conferencia de prensa al día siguiente para comunicar su renuncia. Está segura de que pueden llamar a elecciones, y que el PIE volverá a ganarlas. José de la Aritmética mira con satisfacción las noticias que reportan cómo han detenido al ex magistrado Jiménez, pero queda impresionado al ver a Viviana dando su discurso de renuncia. Sin embargo, esa tarde, una gran multitud se reúne en el Palacio Presidencial para rechazar la salida de Viviana, que, por aclamación popular, decide, finalmente, mantenerse en su cargo.

Viviana

Este capítulo final está narrado en primera persona por Viviana Sansón. La protagonista cuenta que tiene una bala en el cráneo que la acompañará para siempre. También relata que su recuperación ha sido lenta, y que está aprendiendo mucho de su pasado gracias a las memorias. Si bien admite que algunas de sus medidas, como crear un gobierno exclusivamente de mujeres, pueden ser vistas como extremas, no se arrepiente de ellas. Cree que Faguas, siendo un país pequeño, ha funcionado como laboratorio, pero también asegura que hay otras formas de construir la igualdad de género. Concluye asegurando que la sociedad de su país, sin ser perfecta, ahora es más saludable, más justa, más feliz.

Análisis

Un personaje crucial a lo largo de toda la novela es Leticia Montero, esposa de Emiliano. Se trata de una mujer inteligente que suele estar por detrás de las acciones de su marido. Aunque él tiene una carrera política partidaria y ha ejercido funciones en el Estado, es ella la que realmente tiene habilidades intelectuales para la política. En estos capítulos finales, Leticia demuestra su agudeza al afirmar la necesidad de que las mujeres de la oposición también salgan a manifestarse contra el gobierno. Esto es muy interesante, puesto que, a pesar de tener una visión completamente opuesta a la política de las eróticas, Leticia reconoce el valor de las mujeres como humanos plenos, con participación en la esfera pública. Tal como ella misma afirma, "Es que si no, no va a funcionar. Hay que sacar a la calle a las amigas de las mujeres de la oposición que están en la Asamblea; que las vean, que las oigan" (216). Así, incluso para la oposición es innegable la relevancia de la representación femenina de la ciudadanía.

En varios aspectos, estos capítulos finales dan continuidad y cierre a líneas trazadas a lo largo de toda la novela. En primer lugar, a medida que Viviana parece recuperarse, también avanza la investigación para descubrir quién está detrás del atentado. En sintonía con lo planteado desde el principio, es gracias a José de la Aritmética que se devela el enigma. Él aprovecha datos del campo popular, de la vida de los ciudadanos más pobres y ajenos al poder para hacerlo. Aquí se consuma la transformación de José de informante a detective y, de hecho, cuando Eva le ofrece un trabajo en el gobierno, él sueña con ser investigador. En segundo lugar, siguen potenciándose los contrastes y las tensiones de la opinión pública: se organizan, en simultáneo, marchas de apoyo y de rechazo al gobierno. Este aumento de la conflictividad hace que los opositores al gobierno se sientan confiados. Por ejemplo, Emiliano Montero asegura que, en pocos días, las eróticas deberán retirarse del poder.

Sin embargo, como puede verse hacia el final, el pueblo decide sostener masivamente a Viviana en la presidencia. Su renuncia puede interpretarse como un signo de modestia y de responsabilidad. Al mismo tiempo, es un gesto que la aleja del autoritarismo. Si bien, por momentos, se ha visto tentada a actuar de manera casi dictatorial, lo cierto es que respeta plenamente la voluntad popular y cree que Faguas merece gobernantes capaces, fuerte y plenos. Lo cierto es que, tras la conferencia de prensa en la que comunica su decisión de renunciar, "Esa misma tarde, como si un invisible flautista de Hamelin hubiese sonado su encantada melodía, mujeres, hombres, jóvenes, viejos, empezaron a caminar hacia la Presidencial. En silencio, miles y miles de personas se aglomeraron bajo el balcón del despacho oval. No llevaban mantas ni pancartas. No gritaban consignas, simplemente llegaban y se quedaban de pie" (239). Este pacífico mensaje de apoyo la convence de mantenerse en el cargo. Viviana vuelve a la presidencia "por aclamación popular" (239). Una vez más, la novela apuesta a la construcción democrática del poder, destacando la importancia de la participación ciudadana en las decisiones gubernamentales.

Por otra parte, a la luz de los capítulos finales de El país de las mujeres, vuelve a cobrar relevancia el nombre de la protagonista: Viviana, en efecto, demuestra tener una vitalidad excepcional. Incluso con una bala en el cráneo recupera de manera total tanto sus facultades físicas como intelectuales. Además, esta recuperación remite a la historia bíblica de Sansón: de acuerdo con la mitología, por indicación de un ángel, Sansón no debe cortarse el cabello porque, de lo contrario, perdería toda su fuerza. En la novela de Belli, el pelo de la protagonista es rapado para operarla y se mantiene corto mientras ella está hospitalizada, inconciente. Sin embargo, cuando sale del coma, su pelo comienza a crecer de nuevo; en su cabeza vuelven a asomarse los rizos que la caracterizan, y la protagonista se revitaliza.

Finalmente, es preciso destacar dos capítulos: "Relato de Juana de Arco" y "Viviana". Ambos se distinguen del resto porque están narrados en primera persona. Si bien es indudable que la protagonista de la novela es Viviana, este dato nos permite afirmar que Juana de Arco ocupa un lugar totalmente central en la obra, ya que es el único personaje, además de la protagonista, que cuenta con un capítulo entero donde expresarse usando su propia voz, sin mediación del narrador. A su vez, es Juana de Arco quien está presente cuando Viviana sale del coma, y es con ella que establece la primera interacción. Esto demuestra que la chica tiene una posición destacada en la narración, y que entre ambas existe una forma especial de solidaridad, sororidad y compañerismo: así como Viviana la ha rescatado del cautiverio y la explotación sexual, ahora es Juana de Arco quien la acompaña en el primer momento de su recuperación. En cierta medida, se salvan mutuamente.

Considerando que Juana de Arco ficcionaliza un caso real de violencia sexual, el de Zoilamérica Narváez, tal como explica Luciana de Mello, aquí se potencia el diálogo que Gioconda Belli establece entre literatura y política. Su novela es presentada como una herramienta de crítica y transformación social. En sintonía, cabe recordar que Faguas funciona como alegoría de Nicaragua (y de los países latinoamericanos en general), de manera tal que las propuestas políticas presentadas dentro de la ficción pretenden dar solución a problemáticas serias y sistemáticas de la región.

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