Resumen
Emir mirando a Viviana
Emir llega a Faguas para ver a Viviana tras el atentado. Se conmueve al notar la enorme cantidad de flores, velas y mensajes que el pueblo le deja, deseando su recuperación. Cuando Emir entra en la habitación, Celeste y Juana de Arco están allí, pero se retiran enseguida para dejarlos solos. Al verla, Emir se siente aliviado, porque, a pesar de todo, luce vital. Luego se acercan dos médicos, que le explican el estado de Viviana. El caso es inusual. Aunque ha recibido dos balazos, hay esperanzas de que se recupere por completo. Sin embargo, por el momento, no ha salido del coma, por lo que su pronóstico es una incógnita. Solo se puede esperar. Emir se sorprende porque la bala que ha impactado en el cráneo de Viviana no será sustraída: sacarla implicaría un gran riesgo, pero es posible mantenerla dentro de su cabeza, porque no ha tocado ninguna parte fundamental del cerebro.
Transcripción íntegra de la segunda entrevista al señor José de la Aritmética
Eva Salvatierra conversa una vez más con José, que se dispone a compartir información recogida en las calles que puede ser relevante para descubrir quién está detrás del atentado a la presidenta. Las opiniones del pueblo son muy diversas: hay quienes desean que Viviana se recupere, y quienes creen que se merece el ataque. José se va por las ramas y también comenta sus ideas sobre otras medidas del gobierno. Por ejemplo, no está de acuerdo con el modo de exponer a los violadores y tatuarles la cara, aunque no sabe explicar muy bien por qué. Luego, gracias a la insistencia de Eva, José va al grano y le cuenta que tiene información útil. Ernestina, amiga de su hija Azucena, sabe algo relacionado con el atentado a la presidenta, pero no se anima a contarlo. José sospecha que tiene que ver con su marido, Dionisio, que es un hombre muy violento, que la ha golpeado mucho, y que ahora forma parte de una secta.
Memorando
Como material histórico, se reproduce un memorando, una comunicación oficial de la Secretaría de la Asamblea Nacional dirigida al Consejo Político del PIE, es decir, a Eva, Rebeca, Martina, Ifigenia. El texto informa que, ante la ausencia de Viviana y la falta de vicepresidenta, la Asamblea convoca a las eróticas y a los demás partidos políticos a una sesión extraordinaria para discutir una Reforma Parcial de la Constitución que permita resolver el vacío de poder que atraviesa el país.
¿El limbo?
Viviana se pregunta si está sola en el galerón. De vez en cuando escucha voces. Está muy oscuro allí, y considera que ese lugar puede ser el limbo, o incluso el infierno. Pero rápidamente descarta esas opciones. No cree haber sido una gran pecadora, si bien recuerda haber pasado por una "época promiscua" (196), y otras cosas de las que se arrepiente. Reconoce que su motivación para fundar el PIE ha sido altruista, generosa, comprometida. Entonces pasa la mano sobre el collar que usó al dar su primer discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas y recorre esa memoria. En aquella oportunidad, aprovechó para defender su proyecto político de diversos ataques de la oposición. Defendió el intercambio temporario de funciones sociales para desarmar la división sexual del trabajo. Las mujeres presentes la ovacionaron.
El reemplazo
Viviana sigue en coma. Emir y Juana de Arco se turnan para acompañarla, y a veces también la visita Celeste. La población no deja de ofrendarle flores en la puerta del hospital. Mientras tanto, se lleva a cabo la sesión extraordinaria en la Asamblea para decidir qué hacer ante la peculiar situación de tener una presidenta que no puede considerarse ni viva ni muerta. Muchas veces, Martina se acerca a Viviana y le cuenta las novedades. Está convencida de que eso es fundamental para que salga del coma. Así, le comenta que, en conjunto y armonía, han decidido que Eva actúe como presidenta interina.
Blog del impertinente
Se recupera, como material histórico, un artículo publicado en el diario El Comercio, escrito por un hombre de Faguas que critica fuertemente al gobierno del PIE. En esta oportunidad, en particular, se opone a la elección de Eva Salvatierra como presidenta interina, ya que considera que se trata de una violación a la Constitución Además, el hombre sostiene que los métodos de Eva para castigar a los violadores son "bárbaros e inhumanos" (205), y la llama "dama de hierro" (206), comparándola con Margaret Thatcher. La entrada termina pidiendo que se llame a elecciones.
¡Que las mujeres buelvan a sus casas!
José de la Aritmética, como todas las mañanas, pasa por la entrada del hospital donde está internada Viviana. Las enfermeras salen en sus ratos libres, le compran un raspado y conversan con él. Así, se va enterando de novedades sobre la presidenta. Además, sabe que a la oposición no le gusta la elección de Eva como presidenta interina, pero cree que la rabia que le tienen es solo una excusa para eliminar el gobierno de las mujeres. Ese día, la enfermera de cuidados intensivos con la que suele charlar no sale a la calle. De pronto, un chico le entrega un volante con un mensaje que convoca a los hombres de Faguas a manifestarse contra el gobierno ese día a las seis de la tarde. José se dispone a acercarse a la protesta para ver qué ocurre.
Flotaciones
Viviana comienza a flotar entre las repisas del galerón. El espacio ahora le resulta menos oscuro, y parece hacerse más pequeño. Algunos objetos flotan con ella y, mirándolos, recuerda escenas de su campaña presidencial. Luego, se recuesta, siente frío, abre los ojos y ve el rostro de Sebastián. De pronto, la puerta del galerón se acerca rápidamente y ella la atraviesa.
La revuelta
Eva se encuentra leyendo en el despacho presidencial cuando escucha ruidos de vidrios rotos. Un grupo de hombres se manifiesta afuera del Palacio Presidencial y arroja piedras contra el edificio. Dos policías entran en la oficina e intentan sacarla de allí, pero Eva se niega a retirarse y les recuerda que las ventanas de ese despacho están blindadas. Entonces llama a la jefa de policía y ordena que se repriman las manifestaciones violentas usando mangueras, pistolas taser y gases lacrimógenos si es necesario. Cuando las policías reducen a los manifestantes haciendo uso de la fuerza, estos las insultan con términos machistas, como "brujas" y "putas" (214). Más tarde, Rebeca, Martina, Ifigenia y Eva conversan sobre la situación porque siguen desplegándose múltiples manifestaciones en todo el país. Rebeca les pregunta a sus compañeras qué hacer al respecto, y Martina les recuerda que ellas no deben hacer nada; que en el país debe garantizarse la libertad de expresión, y que las fuerzas de seguridad solo pueden actuar si los manifestantes atacan la propiedad pública o privada. Al día siguiente, tiene lugar la protesta de un grupo de hombres que se hacen llamar Machos Erectos Irredentos y, desde entonces, las manifestaciones para pedir elecciones son diarias.
Análisis
En esta serie de capítulos, José de la Aritmética vuelve a revelarse como una figura central de la novela. Él tiene acceso a información de la calle y de los barrios que resulta fundamental para el gobierno del PIE. Poco a poco, José pasa de ser un informante a convertirse en una suerte de detective: identifica datos relevantes y, en diálogo con Eva, va creando una hipótesis para resolver el enigma del atentado contra la presidenta. Es fundamental observar que esta línea de la investigación integra a personajes que, en principio, parecerían insignificantes. Ernestina y Dionisio son dos personas ajenas a la política oficial. De todas maneras, a través de las conexiones sugeridas por la perspicacia de José, la novela vuelve a resaltar el estrecho vínculo entre lo personal y lo político. La violencia que ejerce Dionisio en el ámbito familiar se traduce luego en violencia política de alto calibre: así como golpea a su esposa, llega a atentar contra la vida de la presidenta.
Además, José condensa y difunde las voces de pueblo, hace resonar los debates de la opinión pública. La novela resalta la importancia de la ciudadanía como actor social dentro del sistema democrático. En ese sentido, se presenta una sociedad tensionada entre dos grandes posturas: aquellos que apoyan al gobierno del PIE y los que pretenden ponerle fin. Comenta José en la segunda entrevista que mantiene con Eva Salvatierra: "Pues mire las opiniones van desde que la Presidenta se la buscó hasta que si no sería que el magistrado Jiménez la mandó a matar para vengarse..." (190). Esto genera una serie de contrastes en el espacio público. Por ejemplo, alrededor del hospital donde está internada Viviana abundan las flores, las velas, las pancartas con mensajes de apoyo y otras ofrendas que el pueblo -y en particular, las mujeres del pueblo- le dejan, deseando su recuperación: "El mar de flores sobre la calle del hospital no se marchitaba. Las flores frescas en humildes cubetas de plástico se renovaban sin fin" (199). Pero en las calles también comienzan a gestarse manifestaciones contra el gobierno que asumen un tenor muy violento, como la protesta que tiene lugar ante el Palacio Presidencial una vez que Eva asume la presidencia interina. Si bien, tanto entre quienes apoyan al gobierno como entre quienes lo rechazan, hay personajes femeninos y masculinos, las mujeres de Faguas tienden a defenderlo, mientras que los hombres tienden a atacarlo.
El entretejido de actores sociales que pretenden desestabilizar al gobierno es especialmente interesante. En primer lugar, se destacan Leticia y Emiliano, dos figuras poderosas que pertenecen a la esfera política hace mucho tiempo y complotan contra el PIE y la vida de Viviana. En segundo lugar, se hacen presentes voces difundidas a través de la prensa, como el "Blog del Impertinente". Este sujeto habla en nombre de los hombres de Faguas con un tono agresivo, descalificando a las eróticas e incitando el odio y la violencia: "Los hombres de Faguas ya estamos cansados de estas amazonas trasnochadas que han intentado convertir a nuestro país en una guardería infantil y convertirnos a nosotros en dóciles servidores de sus necesidades" (206). En tercer lugar, aparecen hombres anónimos de diversos sectores sociales que salen a las calles para manifestarse en contra del gobierno. En este punto, cabe destacar una nota cómica propuesta en la novela: los volantes que se reparten para convocar a la protesta dicen "¡Que las mujeres buelvan a sus casas!" (207), es decir, están escritos con una falta de ortografía ("volver" se escribe con v). Este pequeño detalle ridiculiza a esos hombres que atacan al gobierno, estableciendo una relación directa entre la violencia política y la ignorancia o la falta de educación.
La secuencia de críticas y acciones opositoras al gobierno también permite problematizar, una vez más, los límites de la democracia. Ante la falta de presidenta y el vacío legal que enfrenta el país, las eróticas corren el riesgo de asumir posiciones autoritarias. Por ejemplo, cuando se desata la revuelta, Rebeca se pregunta qué hacer para evitar las protestas en su contra. Sin embargo, Martina se encarga de garantizar las libertades de la ciudadanía y declara con firmeza que las manifestaciones pacíficas no pueden ser reprimidas. A su vez, se producen debates en torno a la validez constitucional de la elección de Eva como presidenta interina: a partir del gobierno del PIE, las leyes de Faguas no contemplan cómo actuar ante la particular situación de Viviana (que no está ni viva ni muerta), y, por eso, la Asamblea debe reformar de urgencia la Constitución para que el país no se mantenga acéfalo. Muchos creen que esta decisión va en contra de lo establecido por la Constitución y, por lo tanto, consideran que es autoritaria o dictatorial.
En particular, la elección de Eva como presidenta interina indigna a una parte de la población. Esto se debe, entre otras cuestiones, a las medidas que Eva lleva a cabo como Ministra de Defensa. Entre ellas se destaca el tratamiento dado a los violadores. Además de estar detenidos en prisión, todos los jueves son llevados a espacios públicos, enjaulados, para que se sientan humillados en público. Además, por iniciativa de Eva llevan un tatuaje en forma de "v" en el rostro. Criticando este tipo de decisiones, el "Blog del Impertinente" califica a Eva de medieval y la compara con Margaret Thatcher, Primera Ministra británica conocida como la "dama de hierro". Estos métodos resultan crueles también para algunos simpatizantes del gobierno. Por ejemplo, José de la Aritmética considera que es una política equivocada. Eva, por su parte, sostiene que se trata de un uso focalizado y útil de la violencia: para ella, el método garantiza que en la generación siguiente ya no haya casos de violencia sexual o de género. De esta manera, la novela ofrece un debate en torno al punitivismo, es decir, al uso de penas legales muy fuertes y rígidas, y nos permite reflexionar sobre la dimensión ética y la eventual eficacia de este tipo de acciones.
Por último, en el plano onírico de la narración, la conciencia de Viviana comienza a experimentar cambios y movimientos. Ya en la sección anterior, al final del capítulo titulado "Celeste", ha cobrado conciencia por un instante al oir la voz de su hija. Ahora, por momentos, va reconectándose con el mundo que la rodea y, al mismo tiempo, el interior del galerón comienza a cambiar: el espacio ahora le resulta menos oscuro y parece hacerse más pequeño. En determinado momento, ella comienza a flotar entre las repisas del galerón, y algunos objetos flotan junto a ella. Estos pasajes crean la sensación de que algo importante está por ocurrir: todo parece indicar que Viviana va a despertar o va a morir. De hecho, en las líneas finales del capítulo "Flotaciones", se relata que ella visualiza la puerta del galerón, que esta se acerca a ella a toda velocidad y, finalmente, Viviana la atraviesa.