Viviana Sansón, presidenta de Faguas, se encuentra pronunciando un discurso público frente al Palacio Presidencial para celebrar por primera vez el Día de la Igualdad en Todo Sentido. Es el segundo año del mandato de su partido, el Partido de la Izquierda Erótica (PIE), que ha introducido profundos cambios en la política y la sociedad del país. El más significativo de ellos ha sido la conformación de un gobierno ginocrático, es decir, compuesto exclusivamente por mujeres. Cuando el discurso termina, la presidenta es ovacionada y se da inicio a un espectáculo de fuegos artificiales. De pronto, un hombre de gorra color azul le dispara dos veces y Viviana pierde el conocimiento.
A partir de este acontecimiento inicial, la novela se despliega en dos dimensiones. Una de ellas reconstruye el pasado reciente de Faguas y de los personajes principales a través de la conciencia de Viviana. La otra relata el presente del país mientras ella se encuentra hospitalizada, recorriendo las realidades de sus seres queridos, de personajes populares y de miembros de la oposición al gobierno.
Entonces, por un lado, se narra el fluir de la conciencia de Viviana, que, internada y en estado de coma, se ve a sí misma en un galerón repleto de objetos que ha perdido durante su vida. Al entrar en contacto con estos elementos, ella se transporta y revive diversas memorias de su pasado, tanto político como personal. Por ejemplo, encuentra un pedazo de lava solidificada que la lleva a recordar la explosión del volcán Mitre. Este desastre natural ocurre poco tiempo antes de las elecciones presidenciales, y su consecuencia más significativa es que el humo liberado reduce sustancialmente los niveles de testosterona de los hombres de Faguas, lo cual es aprovechado por las mujeres del PIE para conquistar el poder. Además, objetos como un reloj despertador y una taza de café permiten relatar el pasado laboral de Viviana como periodista. Gracias a otros, como unas gafas de sol, un anillo y un suéter de niña, se recomponen los vínculos familiares de Viviana. Prácticamente en todas sus memorias se hace referencia a sus amigas, confundadoras del PIE y ministras principales de su gobierno: Martina Meléndez, Eva Salvatierra, Ifigenia Porta y Rebeca de los Ríos.
Por el otro lado, se relatan las acciones y las emociones de los personajes más cercanos a la presidenta mientras ella se encuentra internada. Tanto sus amigas como su familia y otros integrantes del gobierno y del pueblo intentan averiguar quién está detrás del atentado, al tiempo que esperan su recuperación y lidian con las dificultades de mantener el funcionamiento del país sin su presidenta. Entre los personajes del pueblo se destaca José de la Aritmética, un vendedor ambulante que no tiene un vínculo personal con Viviana, pero la asiste apenas recibe los balazos en la plaza. A través de José, la novela presenta las opiniones populares sobre el gobierno y el modo de vida de las clases sociales más bajas. A su vez, mediante las figuras de Leticia y Emiliano Montero, se explican los mecanismos criminales de un partido opositor que conspira para atentar contra la vida de Viviana y el gobierno del PIE.
Entre esos capítulos que presentan una narración ficcional típica se intercalan textos breves que reproducen materiales históricos, como transcripciones de conversaciones entre la Ministra Eva Salvatierra y José de la Aritmética, artículos periodísticos y documentos oficiales del gobierno de Faguas. Estos documentos son también puramente ficcionales; no responden a hechos históricos que hayan tenido lugar fuera del mundo literario de Belli.
Hacia el final de la novela, Viviana Sansón sale del estado de coma y, poco a poco, se recupera por completo. Si bien pretende renunciar a la presidencia porque cree que no está en condiciones de conducir el país, tanto sus seres queridos como el pueblo en general le demuestran un apoyo tan sólido y fuerte que decide continuar su mandato.
