Enrique V

Enrique V Resumen y Análisis Acto V

Resumen

Coro

El coro describe el regreso victorioso de Enrique V y sus soldados a Inglaterra. Afirma que el rey se quedó allí a gusto durante un tiempo hasta que los franceses acudieron a él para firmar la paz. El público deberá imaginarse que este último acto transcurre en el país galo.

Escena I

El capitán Gower le pregunta al capitán Fluellen por qué lleva un puerro en su sombrero si ya pasó el día de San David. Fluellen le explica que lo lleva porque Pistola se burló de dicha costumbre. Está esperando que reaparezca, que se burle de nuevo y poder batirse a duelo con él. Entra Pistola y, efectivamente, se burla de Fluellen. El capitán agarra el puerro e insta al alférez a que se lo coma. Pistola se niega, entonces Fluellen lo golpea y lo obliga a comérselo. Luego, Gower amonesta a Pistola por burlarse de la tradición galesa.

El alférez queda solo en el escenario. Le dice a los espectadores que Siemprelista ha muerto del mal francés, y que él ha sido expulsado de su refugio. Decide regresar a Inglaterra y volver a ser un ladrón.

Escena II

Enrique V se reúne con Carlos VI. A cada uno lo acompaña su séquito. El duque de Borgoña compara Francia con un jardín descuidado que necesita manutención para volver a florecer. Enrique le dice que la paz llegará a Francia tan pronto como Carlos responda a las demandas que le hizo llegar días atrás en un documento. El rey francés sale junto a los miembros de ambos séquitos para revisar dicho documento.

Quedan en escena Enrique V y Catalina. El rey corteja a la princesa. Ella se siente halagada, aunque no comprende del todo el inglés del rey. Entonces, él le pide la mano en francés. Catalina le dice que ella aceptará la voluntad de su padre.

Vuelve el rey Carlos VI con los nobles franceses e ingleses. Enrique V le pide la mano de su hija. El rey francés acepta la petición y, además, concede todas las demandas que el monarca inglés le ha exigido para firmar la paz, incluso la de nombrar heredero de la corona francesa al primogénito de Enrique y Catalina.

Epílogo

El coro cuenta que el autor ha escrito la obra con pluma tosca e incapaz, confinando en poco espacio a hombres poderosos e importantes hechos históricos.

Luego afirma que, tras el pacto entre Carlos VI y Enrique V, Inglaterra vivió por un tiempo con grandiosidad. Sin embargo, bajo el reinado del rey Enrique VI, Inglaterra perdió el control sobre Francia y su grandeza volvió a disiparse.

Análisis

En el desenlace de la obra, comedia y drama se fusionan definitivamente. A simple vista, la primera escena de este quinto acto, protagonizada por Pistola, puede parecer pura comedia: hay golpes, hay juegos de lenguaje, hay vulgaridades. Y, sin embargo, en medio de estas humoradas pasan algunas cosas muy serias y otras muy tristes. Por un lado, el alférez Pistola, el bufón de la obra, sufre la pérdida de su mujer amada [1], y pierde también el lugar en el refugio donde vive. Advierte entonces que su vejez será desolada y deshonrosa, y que de allí en adelante, para sobrevivir, deberá ser un ratero mentiroso: “Me escabulliré a Inglaterra, y allí robaré escabullido, y me pondré parches en estas heridas de garrotazos, y juraré que me las hicieron en la guerra de las Galias” (p. 113).

Por otro lado, la cómica pelea entre Pistola y Fluellen, en la que el capitán galés le hace comer a la fuerza un puerro al alférez, está motivada por un asunto de suma seriedad: la falta de respeto a la tradición y la diferencia. Pistola se burla del modo en que Fluellen pronuncia el inglés y de los símbolos patrios galeses. En el reino de Enrique V, en el que la unión de las naciones británicas se erige como un pilar fundamental, este tipo de burlas son inaceptables.

Así como la primera escena parece a simple vista de comedia y se descubre luego que está atravesada por el drama, la segunda escena, en la que suceden acontecimientos propios del drama histórico, está atravesada por la comedia. En primer lugar, el hecho de que la obra termine con un arreglo matrimonial hace recordar a diferentes comedias de enredos del autor, como Sueño de una noche de verano (1595) y Mucho ruido y pocas nueces (1598), que también terminan con arreglos de bodas. Y, en segundo lugar, el cortejo de Enrique V a Catalina está lleno de humoradas, sobre todo relativas a las diferencias idiomáticas y la mala pronunciación del inglés de la princesa.

Catalina: ¿Es posible que vaya a amag al ennemi de Fgancia?

Enrique: No, no es posible que ames a un enemigo de Francia, Kate. Pero al amarme a mí, amarías a un amigo, porque amo tanto a Francia que no quiero separarme de ni una sola de sus aldeas (…).

Catalina: Eso no lo compguendo”.

(pp. 117-118)

Además de utilizar la diferencia de lengua como un recurso cómico, en esta escena Shakespeare refuerza la idea de que el idioma no tiene importancia alguna en relación con la nacionalidad. De hecho, Enrique V, en medio de su galanteo, le dice a Catalina: “La princesa es la mejor mujer inglesa” (p. 117). En la escena anterior, hemos visto que Pistola es amonestado por burlarse del modo en que Fluellen habla inglés; en esta escena, por el contrario, vemos que Catalina y Enrique V unen la corona inglesa y la francesa pese a tener serias dificultades para comunicarse. He aquí un punto fundamental: Shakespeare construye a Enrique V como un monarca universal, un rey que trasciende las fronteras de Inglaterra para unir a las naciones que, otrora, fueron sus enemigas: Escocia, Gales, Irlanda y Francia.

En el epílogo, el coro derriba por última vez la cuarta pared para disculparse por la tosquedad del dramaturgo y explicar que este se vio forzado a confinar en poco espacio a muchos hombres poderosos y varias partes importantes de la historia inglesa. Luego, como si fuera una especie de coda, les cuenta a los espectadores lo que sucedió durante los años que transcurrieron inmediatamente después de los hechos que se representaron en la obra: la unión entre Catalina y Enrique V trajo tiempos grandiosos para Inglaterra, nació Enrique VI y debió ser coronado cuando aún estaba en pañales, y, finalmente, afirma que bajo su reinado hubo tantos gobernantes que Inglaterra terminó sucumbiendo ante Francia y perdiendo lo que Enrique V había conseguido. Así termina la famosa Tetralogía Lancaster. Cabe destacar que en su otra tetralogía histórica, que el autor escribió previamente (aunque narra acontecimientos posteriores), Shakespeare dedica tres obras a narrar, de hecho, el tumultuoso y endeble reinado de Enrique VI.

[1] Según Pistola, Siemprelista muere del “mal francés”. Con ese nombre se llamaba a la sífilis. Esta enfermedad de transmisión sexual era muy común en las prostitutas de la época como Siemprelista. Por otro lado, se puede pensar en un juego de palabras relacionado con el hecho de que ella haya muerto mientras Pistola se encontraba batallando contra los franceses.

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