La carretera describe el viaje hacia el sur que realizan un niño y su padre después de que una catástrofe sin nombre azotara al mundo. El hombre y el niño, que también permanecen sin nombre a lo largo de toda la novela, viajan por el accidentado terreno del sureste de Estados Unidos. Las condiciones a las que se enfrentan son implacables: frío extremo y lluvia constante, cadáveres putrefactos, bosques devastados por el fuego, pueblos abandonados. Ellos parecen encontrarse entre las pocas criaturas vivientes que quedan en la tierra y que no han sido conducidas al asesinato, la violación y el canibalismo.
Padre e hijo luchan por sobrevivir en el frío con escasa comida, suministros o refugio. Además, deben escapar de aquellos que podrían intentar robarles o, lo que es peor, matarlos para comer. A pesar de sus dificultades, el hombre y el chico continúan, decididos a sobrevivir, confirmándose a sí mismos que son los buenos, quienes no buscan dañar a los demás. El niño, en particular, conserva su implacable humanidad contra todo pronóstico, buscando constantemente ayudar a los restos andrajosos de personas que encuentran en el camino.
Desafortunadamente, la salud del padre empeora a medida que avanzan y, cuando llegan a la costa, está al borde de la muerte. Tose sangre y ambos se ven obligados a moverse a un ritmo cada vez más lento día a día. Finalmente, fallece en el bosque acostado junto a su hijo en medio de la noche. El chico permanece a su lado varios días después de su muerte, pero finalmente es abordado por un hombre en apariencia amable que lo invita a unirse a su grupo. El niño debe despedirse de su padre y continuar su camino con esta nueva familia.
