Altavoz o Narrador, y Punto de Vista
El poema tiene un yo lírico o voz poética en tercera persona. Es omnisciente, pero al principio el punto de vista es más general y amplio (como en la descripción del desierto), y a medida que va avanzando la acción se focaliza en los personajes y su interioridad.
Forma y Medidor
El poema está organizado en nueve partes y un epílogo. Echeverría varía los metros en cada parte y utiliza con preferencia los que eran característicos de la poesía popular. En la composición predominan el octosílabo y el hexasílabo, organizados en sextina, décima y romance.
Metáforas y Símiles
"...El Desierto
inconmensurable, abierto
y misterioso a sus pies
se extiende, triste el semblante,
solitario y taciturno
como el mar..."
(Parte primera: "El desierto") (Símil)
Echeverría describe por primera vez en la literatura culta el paisaje nacional. Para eso, necesita explicar cómo es la llanura en función de otro elemento conocido de la naturaleza. La compara con el mar, porque como el mar, la llanura es chata y se extiende hasta el horizonte.
"Pero un ángel, su querida,
siempre a su lado velaba"
(Parte quinta: "El pajonal") (Metáfora)
Se identifica a María con un ángel, para destacar la manera en la que María protege a su marido, como un ángel de la guarda, y su devoción absoluta por él. La elección del ángel como término de comparación también coincide con la descripción de María como un ser inocente y virginal, imagen presente a lo largo del poema.
"como el huracán pasó,
desolación vomitando,
su vigilante perfidia"
(Parte octava: "Brián") (Símil)
El objetivo del símil es comparar el malón de indios con un huracán, que destruye todo a su paso. La comparación tiene la intención de presentar a los indios como un elemento del paisaje, de la naturaleza, y despojarlos de rasgos que los humanicen.
Aliteración y Asonancia
N/A
Irony
N/A
Genero
Poema épico
Ajuste
Comienzos del siglo XIX, llanura pampeana al sur de Buenos Aires (Argentina)
Tone
El tono es heroico y solemne, sobre todo en los fragmentos en los que se exaltan las virtudes de María (por ejemplo: el epílogo), y en los que se describe el paisaje.
Protagonista y Antagonista
La protagonista es María, y en menor medida, Brián. Los antagonistas son los indios y, de manera simbólica, el desierto.
Conflicto Principal
El principal conflicto es la lucha por la supervivencia de María y Brián en el desierto.
Climax
El clímax del poema es la muerte de Brián, en la octava parte.
Presagio
A partir de la mitad del poema, hay varios indicios que anticipan el final trágico de la pareja. Uno de los signos es la desaparición de la estrella que están usando como guía, a causa de que se nubla el cielo. Otro mal augurio es el oscurecimiento del cielo en plano día, por el humo del incendio, en un signo apocalíptico que indica el día del Juicio Final en la tradición cristiana. También, las aves carroñeras que se les acercan en el pajonal presagian que la muerte de los personajes está cerca.
Atenuación
N/A
Alusiones
El festín de los indios en la segunda parte es una alegoría del infierno. De hecho, el epígrafe es una frase tomada de la Divina Comedia. Las hogueras y los indios tomando sangre de yegua remiten a un rito satánico o un culto al Diablo.
Metonimia y Sinecdoque
"La noche cubierta, en tanto,
camina en densa tiniebla,
y en el abismo de espanto,
que aquellos páramos puebla
ambos perdidos se ven"
(Metonimia)
En esta cita, realmente son los personajes los que caminan por la densa tiniebla y están perdidos, pero el poeta desdobla a la noche en dos frases (la noche / densa tiniebla) y la establece como sujeto de la acción y como lugar en el que esta sucede, desplazando a los personajes como sujetos.
Personificación
Las fuerzas de la naturaleza están personificadas y en algunos pasajes se convierten en verdaderos antagonistas de María y Brián. Uno de los fragmentos donde la personificación es más clara es en la descripción de la quemazón o incendio, en la séptima parte:
"Ardiendo, sus ojos
relucen, chispean;
en rubios manojos
sus crines ondean".
El incendio tiene ojos y cabello, como si fuera un humano o animal. Luego, Echeverría describe el avance del fuego como si fuera una persona caminando:
"Sutil se difunde
camina, se mueve (...) cuanto toca, en breve,
reduce a tizón".
Por último, elige el pronombre personal femenino para completar la personificación del fuego:
"Ella era; y pastales
densos pajonales (...)
ceniza, humo son".
Hyperbole
Las cualidades de los protagonistas y de los antagonistas están hiperbolizadas. Si bien no son personajes encumbrados (reyes, príncipes), sino un soldado corriente y su mujer, sus virtudes están agigantadas: ella es sumamente valiente, devota de su marido, angelical y fuerte física y mentalmente. Brián es un guerrero majestuoso, valiente y noble. Por su parte, la maldad y crueldad de los indios también está exagerada, con el fin de crear personajes arquetípicos que entren en conflicto.
Onomatopoeia
El nombre del pájaro "yajá", es una onomatopeya del sonido que produce.