Mientras Echeverría estuvo vivo, y durante gran parte del siglo XIX, "La cautiva" fue considerada la obra literaria más importante del autor. Entre las valoraciones más significativas de esta obra se cuenta la de Domingo Faustino Sarmiento en Facundo. Civilización y Barbarie. En esa obra fundante de la literatura argentina, el escritor argentino destaca que, con su poema, Echeverría “ha logrado llamar la atención del mundo literario español”, y afirma que esta notoriedad se debe, por un lado, a que Echeverría abandonó la poesía neoclásica de los poetas argentinos de la generación anterior, y por otro, a que el poeta eligió concentrarse en la representación del paisaje y los conflictos sociales americanos:
“[Echeverría] -escribe Sarmiento- volvió sus miradas al desierto, y allá en la inmensidad sin límites, en las soledades en que vaga el salvaje, en la lejana zona de fuego que el viajero ve acercarse cuando los campos se incendian, halló las inspiraciones que proporciona a la imaginación el espectáculo de una naturaleza solemne, grandiosa, inconmensurable, callada; y entonces el eco de sus versos pudo hacerse oír con aprobación, aun por la península española”.
Sarmiento también se refiere a la fama de Echeverría como poeta en Argentina: “El joven Echeverría residió algunos meses en la campaña, en 1840, y la fama de sus versos sobre la pampa le habían precedido ya: los gauchos lo rodeaban con respeto y afición, y cuando un recién venido mostraba señales de desdén (…) alguno le insinuaba al oído: 'es poeta', y toda prevención hostil cesaba al oír este título privilegiado”.
