La Revolución mexicana fue un prolífico generador de mitos. Una de las funciones más importantes del mito para una comunidad es su capacidad de articular una serie de hechos, a veces azarosos y hasta caóticos, en un relato coherente sobre cómo un grupo de personas pasó a ser nación. Los mitos y las leyendas no siempre siguen el mismo derrotero que la Historia. A veces la cultura popular eleva y entrona a una figura que la Historia no.
Esto es, en cierta medida, el caso de Pancho Villa. La novela de Azuela que se publica en 1915, solo cinco años después del inicio de la revolución muestran la rapidez con la que Villa se instaló en el imaginario como un héroe popular. La versión que se creó de este líder revolucionario no siempre coincide con lo que se puede reconstruir fácticamente sobre su actuación en la Revolución mexicana. Hay dos cualidades atribuidas a Pancho Villa y que han quedado en el imaginario popular, aunque no resisten el análisis.
El primer aspecto de mito es la representación de Villa como enemigo de los Estados Unidos. Villa colaboró de cerca con el presidente Woodrow Wilson, que quiso dirigir la revolución a su antojo. La presidencia de Wilson marca un cambio con respecto a la revolución, ya que le retira su apoyo a Huerta y se acerca a los revolucionarios, pero también es un periodo de mayor injerencia norteamericana en el conflicto nacional. Villa no parece sentir que la participación del país vecino es una verdadera amenaza a la soberanía, mientras que otros líderes, como Carranza, se indignan y tratan de evitar otras intrusiones. Villa incluso se muestra dispuesto a aceptar a Estado Unidos como árbitro para negociar entre las facciones. Carranza, se niega. A pesar de tratarse de un líder reacio a las intervenciones, a Estados Unidos no le queda otra alternativa que aceptar el gobierno de Carranza. Solo ahí, Villa se convierte en enemigo de los norteamericanos.
El segundo aspecto del mito que rodea su figura aparece retratado en la novela. Se trata de la idea de que Villa es un "Robin Hood" mexicano que intenta restituir a sus “hermanos de raza” sus derechos. Una de las reformas más deseadas por el pueblo mexicano era la reforma agraria. Sin embargo, Villa llegó a un acuerdo para deponer las armas y dejar de luchar, incluso a favor de esa reforma. De hecho, se quedó con una hacienda en Chihuahua y así pasó de peón a patrón. Parecería que la mirada de Anastasio en la novela Los de abajo es más realista que la de los intelectuales y los soldados revolucionarios.