Yo lírico
El yo lírico de los poemas de Parra es irónico, sarcástico y burlón. No tiene un verdadero interés en nada, ni siquiera en sus propios versos. Descree de la política, la religión y cualquier tipo de verdad que se plantee con solemnidad.
Es difícil separar al yo lírico de Parra con el autor de carne y hueso, ya que una gran cantidad de sus poemas son autobiográficos. Sin embargo, no se debe perder de vista que el yo lírico es una construcción ficticia. Es decir, los poemas autobiográficos no responden necesariamente a una verdad fáctica, extraliteraria.
Angelorum
En “Sinfonía de cuna”, el yo lírico se cruza en un parque con un ángel al que denomina “Angelorum”. Este, según el yo lírico, se caracteriza por ser gordo, feo, tener mal humor e impulsos violentos.
Cristo de Elqui
Este personaje, protagonista del libro Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, está basado en la figura de Domingo Zárate Vega, personaje popular de la historia chilena. Domingo Zárate Vega fue un campesino nacido en 1898 que, a sus veintisiete años y tras afirmar que diversas figuras religiosas se le aparecían regularmente, decidió cambiar su vida y autodenominarse “Cristo de Elqui”. A partir de entonces, comenzó a recorrer Chile haciendo profecías y bautizando a personas en la fe católica. Murió en 1971.
El Cristo de Elqui construido por Parra se caracteriza por ser un fundamentalista religioso contradictorio. Es enérgico y narcisista, y tiene diversas obsesiones sexuales.
Los jubilados chilenos
En el poema “Jubilación”, el yo lírico describe a los jubilados chilenos como personas que no tienen nada que hacer, excepto alimentar a las palomas en la Plaza de Armas de Santiago de Chile.