Poemas de Nicanor Parra

Poemas de Nicanor Parra Resumen y Análisis Poemas sobre la política

Resumen

En esta sección analizaremos, a partir de cinco poemas representativos, la producción poética de Nicanor Parra que tiene como tema central a la política.

Declaración de principios

El yo lírico, en primera persona del singular, declara que es comunista, capitalista, agente comunista soviético y discípulo de Hitler. Finalmente, se declara un fanático total.

Este poema se encuentra en el libro Discursos de sobremesa de 2006. Sus quince versos están distribuidos en seis estrofas de dos versos y una de tres. Su métrica y rima son libres.

Discurso del buen ladrón

El yo lírico, en segunda persona del singular, le pide a alguien, de quien no dice el nombre, que se acuerde de él cuando esté en su reino. Le pide que le dé algún cargo político, ya sea el de presidente o cónsul en Estocolmo.

Este poema se encuentra en el libro Obra gruesa de 1969. Sus veintiséis versos están distribuidos en varias estrofas irregulares. Su métrica y su rima son libres.

Regla de tres

El yo lírico, en segunda persona del plural, pregunta qué costo económico tuvo la enorme campaña propagandística realizada por Stalin. Eso sin contar el costo humano: veinte millones de desaparecidos.

Este poema también se encuentra en el libro Obra gruesa. Sus trece versos están distribuidos en tres estrofas irregulares. Su métrica y su rima son libres.

Inflación

El yo lírico afirma que la inflación es un círculo vicioso en el que giramos todos como si estuviéramos dentro de una jaula. Fuera de la jaula, hay enormes extensiones de libertad.

Este poema también se encuentra en el libro Obra gruesa. Sus diez versos están concentrados en una sola estrofa. Su métrica y su rima son libres.

Tiempos modernos

El yo lírico, en primera persona del plural, afirma que estamos atravesando tiempos calamitosos. Es imposible hablar sin caer en el delito de la contradicción, o callar sin ser cómplice del Pentágono. Luego, afirma que todos los caminos conducen a Cuba, pero el aire está sucio. Finalmente, declara que todo está contaminado de antemano.

Este poema se encuentra en Hojas de Parra de 1985. Sus catorce versos están distribuidos en dos estrofas. La primera de tres versos, la segunda de once. Su métrica y su rima son libres.

Análisis

Para analizar el modo en el que Nicanor Parra aborda la política en su poesía, es sumamente útil hacer un repaso sobre sus posicionamientos políticos.

Nicanor Parra se consideraba a sí mismo una persona de “izquierda independiente”. Adhería a ciertos principios fundamentales de la izquierda como la igualdad y la inclusión, pero desconfiaba de los partidos políticos. De hecho, nunca militó en ningún partido. Sin embargo, así como no se lo puede considerar agnóstico por no creer en la Iglesia católica, tampoco se lo puede considerar apolítico por no alinearse detrás de ninguna bandera. Por el contrario, Parra durante toda su vida mantuvo una militancia política activa.

Esta militancia independiente le permitió al poeta tener contacto e intercambios tanto con personas e instituciones de derecha como de izquierda. Le permitió, además, ser crítico con unos y con otros libremente. Parra fue opositor del gobierno derechista de Jorge Alessandri (1958-1964), opositor al gobierno demócrata cristiano de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), pero también fue sumamente crítico del gobierno izquierdista de Salvador Allende (1970-1973). La dictadura militar de Pinochet le ofreció ejercer algún cargo público y Parra se negó. Sin embargo, el poeta mantuvo algunas relaciones con el periódico de derecha El Mercurio.

Esta posición independiente, antiextremista, le generó varios conflictos. Cabe destacar dos de ellos que ilustran, no solo el posicionamiento político del autor, sino el contexto político de su época. Un contexto político que, por supuesto, marcó también su obra.

Por un lado, Pablo Neruda, el poeta más importante de Chile, enfrentó a Parra en reiteradas ocasiones. Neruda era uno de los líderes del Partido Comunista chileno. Desde ese lugar, exigía un compromiso político definido, en pos de la izquierda, por parte de todos los escritores. Nicanor Parra consideraba que dicha exigencia era una muestra de autoritarismo por parte de Neruda.

El otro conflicto que cabe destacar es el que se generó a partir de la foto de Parra con Pat Nixon. Pat Nixon era la mujer de Richard Nixon, presidente de derecha de Estados Unidos entre 1969 y 1974. En 1970, en plena Guerra Fría entre dicho país y la Unión Soviética (es decir, entre el comunismo y el capitalismo), Parra asistió a un festival internacional de poesía en Washington. Allí se tomó una fotografía con Pat Nixon. A causa de dicha fotografía, Parra fue expulsado del jurado Premio Casa de las Américas (organizado por Cuba, país comunista). Además, la prensa oficialista chilena, defensora de Allende, lo criticó duramente. Incluso, en la Universidad de Chile fueron boicoteadas sus clases de Mecánica Teórica. Aunque inicialmente Parra pidió disculpas, luego afirmó que él era un poeta libre, de pensamiento independiente, y, por lo tanto, no debía rendir cuentas a nadie.

Este repaso nos permite llegar a dos premisas: por un lado, Parra privilegia la libertad crítica por sobre cualquier partidismo; por otro lado, el contexto en el que se mueve le exige una filiación política determinada y firme. Así, cuando Parra es acusado de no tener convicciones, ¿qué hace el poeta ante esta acusación? Defiende su libertad elogiando sus contradicciones. He aquí una de las claves de la poesía política de Parra. Veamos un ejemplo:

Me declaro discípulo de Marx
Eso sí que me niego a arrodillarme
Capitalista soy de nacimiento
Loco por las perdices escabechadas (“Declaración de principios”, p. 414).

En la contradicción se encuentran los principios políticos de Parra y de su yo lírico. En la contradicción está la libertad. El yo lírico acepta su marxismo, pero se niega a considerar a Marx como una especie de dios. También acepta sin tapujos que es capitalista de nacimiento y que le gusta disfrutar de los placeres del capitalismo. Es decir, Parra se declara comunista y capitalista a la vez. En estos versos, además, hay una crítica al marxismo fundamentalista que carece, precisamente, de visión crítica y considera que todo lo que ha escrito el filósofo alemán es una verdad absoluta.

En el poema “Tiempos modernos”, el yo lírico vuelve a poner a la contradicción en el centro de su discurso:

Atravesamos unos tiempos calamitosos
Imposible hablar sin incurrir en delito de contradicción
Imposible callar sin hacerse cómplice del Pentágono
Se sabe perfectamente que no hay alternativa posible
Todos los caminos conducen a Cuba
Pero el aire está sucio
Y respirar es un acto fallido (p. 317).

En estos versos, el yo lírico postula que no hay modo de ser genuino y, a la vez, ser considerado un sujeto políticamente correcto por parte de la izquierda. Esto se debe a que no se puede realizar ningún tipo de crítica, pero tampoco se puede permanecer en silencio sin ser considerado como alguien funcional a los intereses de Estados Unidos. El yo lírico parece preguntarse entonces cómo se hace para ser de izquierda sin perder la facultad de ser crítico. Acepta que el comunismo cubano es el camino, pero a la vez lo percibe autoritario. No se puede ni siquiera respirar libremente.

El autoritarismo y la imposición ideológica es una de las características de la izquierda que Parra critica con mayor vehemencia. Como hemos dicho previamente, Parra consideraba que Neruda, desde su posición jerárquica en el Partido Comunista, era autoritario, y en este poema señala por lo mismo al régimen cubano de Fidel Castro, pese a compartir su ideología. Cabe destacar que una de las críticas más frecuentes y generalizadas al régimen de Castro fue la de su autoritarismo. Lo extraño aquí es que sea una persona que se considera de izquierda quien realiza este juicio, incurriendo en el “delito de la contradicción”: ser de izquierda, pero cuestionarla.

Esta crítica aparece aún con mayor vehemencia en el poema “Regla de tres”:

Independientemente
De los veinte millones de desaparecidos
Cuánto creen ustedes que costó
La campaña de endiosamiento de Stalin (p. 186).

En este caso, el yo lírico apunta contra Iósif Stalin, primer ministro de la Unión Soviética entre 1941 y 1953, año en el que muere. Durante décadas, Stalin fue visto por la izquierda internacional como un líder ejemplar, como un guía que conduciría a los trabajadores a su liberación. De hecho, Pablo Neruda dedica muchos de sus poemas a elogiar a Stalin en su Canto general, publicado en 1950.

Lo cierto es que hasta algunos años después de la muerte de Stalin se sabía poco y nada acerca de las atrocidades que este había cometido durante su gobierno. En el año 1969, en el que Parra publica el poema citado, la figura de Stalin aún era respetada por la izquierda. Parra, quien siempre privilegia el pensamiento crítico por sobre cualquier fanatismo, critica la enorme y costosa campaña llevada a cabo por Stalin para consolidarse en el poder, y por lo bajo desliza que durante su gobierno fueron desaparecidas veinte millones de personas.

El holomodor u holocausto ucraniano, en el que el gobierno de Stalin condenó a la muerte por hambre a millones de ucranianos, es hoy aceptado como hecho, y repudiado tanto por personas de izquierda como de derecha. Lo mismo sucede en lo que se refiere al genocidio armenio, otra matanza masiva llevada a cabo por el gobierno de Stalin. Sin embargo, en 1969, dar por hecho que el gobierno de Stalin había sido genocida era más complejo, era otro posible “delito de contradicción” que se le podía adjudicar a Parra.

Ahora bien, más allá de estas críticas ideológicas ligadas a la política internacional, Parra tiene una gran cantidad de poemas dedicados a cuestiones más puntuales de la política chilena. Por ejemplo, su poema “Discurso del buen ladrón”, también publicado en Obra gruesa, de 1969, dice:

Acuérdate de mí cuando estés en tu reino
Nómbrame Presidente del Senado
Nómbrame Director del Presupuesto
Nómbrame Contralor General de la República (p. 179).

En 1969, el presidente de Chile era el demócrata católico Eduardo Frei Montalva. El yo lírico de Parra se mofa de esta unión entre religión y política. Se dirige presumiblemente a un político a quien le pide que, cuando esté en su reino, le dé algún cargo. Aquí hay una alusión a Jesucristo, quien de acuerdo al catolicismo está en el denominado “reino de los cielos”. En este caso, el “reino” no es el cielo, sino un alto cargo político.

Ahora bien, pese a esta crítica y otras que Parra expresó en contra del gobierno de Eduardo Frei Montalva, cuando este murió (fue asesinado en 1982) le dedicó un poema en el que lo destaca como un amigo de los trabajadores. Nuevamente, vemos cómo Parra no tiene temor alguno en incurrir en el “delito de la contradicción”, y su libertad de pensamiento le permite criticar defectos de un gobernante y, a la vez, elogiar virtudes.

Veamos un poema en el que Parra, precisamente, se enfoca en un problema económico-político puntual que afectó duramente a la sociedad chilena durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva: la inflación. Dice:

Alza del pan origina nueva alza del pan
Alza de los arriendos
Provoca instantáneamente la duplicación de los cánones
(…)
Giramos en un círculo vicioso
Dentro de la jaula hay alimento.
Poco, pero hay.
Fuera de ella solo se ven enormes extensiones de libertad (“Inflación”, p. 187).

A diferencia de poetas como Neruda que abordan la política desde la crítica ideológica, Parra también se enfoca en la cotidianeidad, en las consecuencias directas que tienen las decisiones políticas en el día a día. El crítico chileno Camilo Marks dice que Neruda habla del pueblo, mientras que Parra habla como el pueblo. En el caso de la política, Neruda escribe una enorme cantidad de poemas acerca de cómo el capitalismo afecta a los trabajadores; Parra, por su parte, escribe poemas hablando de los temas que hablan los trabajadores, como la inflación. Parra no solo teoriza a niveles macropolíticos, sino que se involucra y se expresa como un trabajador más.