El aspecto físico de Don Manuel
En la introducción, Ángela recuerda cómo veía a Don Manuel cuando era niña. A través de la siguiente imagen lo presenta como parte de la naturaleza del pueblo: "Era alto, delgado, erguido, llevaba la cabeza como nuestra Peña del Buitre lleva su cresta y había en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago" (p. 8).
La nieve sobre Valverde de Lucerna
Ya sobre el final de la novela, Ángela describe, a través de la siguiente imagen, cómo la nieve va cubriendo el pueblo y, metafóricamente, sus recuerdos: "... está nevando, nevando sobre el lago, nevando sobre la montaña, nevando sobre las memorias de mi padre, el forastero; de mi madre, de mi hermano Lázaro, de mi pueblo, de mi San Manuel...".
El río y el lago de Valverde de Lucerna
A través de la siguiente imagen visual, Don Manuel le describe las aguas del pueblo a Lázaro, y las compara con el modo de vivir de Valverde de Lucerna: "Aquí se remansa el río en el lago, para luego, bajando a la meseta, precipitarse en cascadas, saltos y torrenteras por las hoces y encañadas, junto a la ciudad, y así se remansa la vida, aquí, en la aldea" (p. 33).
La zagala sobre la montaña
En uno de sus paseos con Lázaro, Don Manuel percibe una zagala en una falda de la montaña y, al describir su presencia a través de la siguiente imagen, demuestra su amor por la naturaleza: "Mira, parece como si se hubiera acabado el tiempo, como si esa zagala hubiese estado ahí siempre, y como está, y cantando como está, y como si hubiera de seguir estando así siempre, como estuvo cuando empezó mi conciencia, como estará cuando se me acabe. Esa zagala forma parte, con la rocas, las nubes, los árboles, las aguas, de la naturaleza y no de la historia" (p. 34).