Genero
Novela.
Configuración y Contexto
La historia está situada en un pueblo mítico español llamado Valverde de Lucerna. No se menciona ninguna fecha en particular, pero por distintos factores puede ubicarse la historia en la segunda década del siglo XX.
Narrador y Punto de Vista
La mayor parte de la novela es narrada por Ángela Carballino, quien desde el presente narra sus memorias poniendo el foco en Don Manuel y su hermano Lázaro.
Sobre el final de la novela, aparece un nuevo narrador que, aunque no dice su nombre, se identifica con Miguel Unamuno (dice ser el autor de la novela 'Niebla'). Este narrador afirma haber encontrado las memorias de Ángela y estar brindándoselas al lector tal como las encontró. No se debe confundir la figura de este narrador ficcional con el autor, pese a tener el mismo nombre. Es decir, quien encontró las memorias de Ángela también es un personaje creado por Miguel Unamuno, el autor.
Tono y Estado de Ánimo
Reflexivo, filosófico.
Protagonista y Antagonista
El protagonista es Don Manuel. Apenas llega Lázaro de América aparece como su antagonista, pero rápidamente la oposición desaparece y ambos se convierten en grandes amigos.
Conflicto Principal
Don Manuel es profundamente infeliz por no ser creyente. Sin embargo, es el párroco del pueblo, y vive promulgando la fe y la esperanza. Es decir, miente en relación con sus creencias para que el pueblo sea feliz. Toda la novela gira aldededor de ese conflicto.
Climax
El clímax de la novela sucede cuando Ángela descubre, en la mitad de la novela, que Don Manuel no es creyente y que le miente al pueblo.
Presagio
En uno de los primeros encuentros de Ángela con Don Manuel, luego de que él afirmara que había que creer en todo lo que la Santa Iglesia Romana Apostólica dijera que había que creer, Ángela afirma haber visto una profunda tristeza en sus ojos. Esa escena funciona como un presagio de la verdad oculta de Don Manuel que luego saldrá a la luz: el párroco no era creyente.
Atenuación
N/A
Alusiones
La novela está llena de alusiones bíblicas. Las más importantes son aquellas que remiten a Jesucristo y generan un paralelo entre este y Don Manuel, por ejemplo, la crucifixión, la frase en que se pregunta por qué Dios lo ha abandonado, la cura de los poseídos en el lago. Además, Lázaro, el hermano de Ángela, alude a Lázaro, el personaje bíblico. Además, se cuenta la historia bíblica de Moisés y Josué, y la de San Miguel Arcángel con el demonio.
Por otro lado, hay una alusión a Karl Marx cuando Don Manuel habla acerca del líder de la revolución social que afirma que "la religión es el opio de los pueblos".
Imágenes
Ver sección "Imágenes" en esta guía.
Paradoja
El conflicto de la novela nace de una paradoja: Don Manuel, el párroco en el que todos creían ciegamente, aquel que impartía la palabra de Dios, en realidad no era creyente.
Paralelismo
El paralelismo fundamental de la novela se establece entre Don Manuel y la figura de Jesucristo, construido a partir de diferentes alusiones que atraviesan toda la novela (ver "Alusiones" en esta misma sección de la guía).
Por otro lado, también hay un paralelismo entre Lázaro, el hermano de Ángela, y Lázaro, el personaje bíblico. En este caso, el paralelismo se construye a partir de la idea de la resurrección. Así como en la Biblia se cuenta que Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos, Lázaro (el hermano de Ángela) afirma que Don Manuel lo resucitó de entre los muertos al hacerle comprender la importancia de la religión. En este ejemplo también se ve el paralelismo entre Don Manuel y Jesucristo.
Metonimia y Sinecdoque
El "pueblo" es una metonimia constante que aparece en la narración de Ángela. Esta metonimia funciona para generar la sensación de que todos los habitantes de Valverde de Lucerna forman una sola unidad armónica. El paisaje (el lago y la montaña, sobre todo) forman parte de dicha unidad. Esto está reforzado por el hecho de que, excepto los tres protagonistas y Blasillo, el resto de personajes del pueblo no son individualizados; son, precisamente, "el pueblo".
Por otro lado, tanto Ángela como Don Manuel se refieren varias veces a la gente del pueblo como "las almas". He aquí una sinécdoque constante: se nombra la totalidad de las personas por una sola parte, la parte espiritual, la parte de las personas que más le importa a Don Manuel, Lázaro y Ángela.
Personificación
"¡Y cómo me llama esa agua que con su aparente quietud -la corriente va por dentro- espeja al cielo! (p. 33).
Esta cita pertenece a Don Manuel, al momento en el que le cuenta a Lázaro que siempre ha tenido deseo de suicidarse. Se trata de un deseo tan grande que parece que el agua lo llama. La personificación del agua sirve para que el lector comprenda con mayor profundidad el padecimiento de Don Manuel.