Axolotl

Axolotl Metáforas y Símiles

"París abría su cola de pavorreal después de la lenta invernada" (p.517) (Metáfora)

Esta metáfora refiere al inicio de la primavera en París; la esplendorosa y colorida cola del pavo real que se abre representa el florecer de la vegetación y la actividad que se retoma en la ciudad después del oscuro invierno.

"Había nueve ejemplares (...) mirando con sus ojos de oro a los que se acercaban" (p.518) (Metáfora)

En este pasaje, los ojos de los axolotes son referidos por el narrador como si fuesen de oro. La metáfora destaca el extraño color dorado de los ojos de los axolotes, un rasgo que llama la atención del narrador de forma reiterada.

"Descubrí sus ojos, (...) dos orificios como cabezas de alfiler" (p.518) (Símil)

En esta comparación, el narrador recupera la imagen de la cabeza del alfiler para dar una idea del tamaño y la forma de los ojos de los axolotes.

"Darme cuenta de eso fue en el primer momento como el horror del enterrado vivo que despierta a su destino" (p.521) (Símil)

En este pasaje, el narrador compara el horror producido al descubrir que habita el cuerpo de un axolote encerrado en una pecera con el horror de una persona que fue enterrada prematuramente y se descubre condenada a muerte dentro de un ataúd. Además, este símil funciona como una alusión a una de las grandes influencias de Cortázar, Edgar Allan Poe, siendo el entierro prematuro uno de los motivos más recurrentes del escritor estadounidense.

"Cada fibra de mi cuerpo alcanzaba ese sufrimiento amordazado, esa tortura rígida en el fondo del agua" (p.521) (Metáfora)

En esta metáfora, el narrador explica su identificación con el sufrimiento de los axolotes calificándolo de "amordazado" para hacer referencia a su incapacidad de comunicarse. Luego, se refiere a la inmovilidad de los axolotes como una "tortura rígida", figuración en la que carga a los animales con sus propios sentimientos.

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