“La menor indisposición de su hija echaba ahora afuera, con el terror de perderla, los rencores de su descendencia podrida”.
Esta cita resume sintéticamente los temas importantes del cuento "La gallina degollada". Alude al temor que tiene el matrimonio Mazzini-Ferraz de que su quinta hija, Bertita, tenga problemas de salud y termine discapacitada como sus cuatro hermanos mayores. El narrador se refiere a los cuatro hijos varones como “descendencia podrida” (17). Esta descripción refleja la idea del matrimonio respecto de sus hijos: una vez que revelan dificultades mentales o de desarrollo, los padres los consideran "podridos" y dejan de prestarles atención.
A la vez, la cita da cuenta de la fragilidad e irritabilidad en el matrimonio. Ante el menor síntoma de Bertita, la pareja reaviva una vieja pelea sobre el factor hereditario de la enfermedad de sus hijos.
“La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban”.
Esta cita se corresponde con la escena final del cuento “El almohadón de plumas”. La sirvienta descifra finalmente el motivo de la enfermedad y la muerte de Alicia: encuetra un parásito en la almohada de la protagonista. Llamativamente, la sirvienta contempla al parásito y no puede hablar, se queda pálida contemplando a Jordán. Este tipo de reacciones por parte de los personajes es bastante frecuente en la literatura de terror, sobre todo en los momentos cruciales de la historia, cuando la sorpresa y el espanto son tan grandes que los protagonistas no pueden ni siquiera atinar a nombrarlos.
“Benincasa quiso honrar su vida aceitada con dos o tres choques de vida intensa”.
En “La miel silvestre” se establece una confrontación entre la vida cotidiana del protagonista, en la que estudia para ser contador público y está a punto de casarse, y la huida al monte para vivir una aventura. Se caracteriza su vida corriente como “aceitada” (112) porque implica que el protagonista sigue ciertos mandatos sociales con fluidez, sin cuestionárselos. Sin embargo, el tedio de esa vida cómoda le genera el impulso de ir al monte y vivir algunas aventuras. Benincasa viaja solo al monte para acercarse al peligro.
“El paisaje es agresivo y reina en él un silencio de muerte”.
En “A la deriva”, el narrador utiliza un campo semántico en torno a la muerte para describir el río Paraná. El contexto natural en este cuento -y en la obra cuentística de Quiroga en general- se presenta como avasallante, inabarcable y violento con los hombres. Significativamente, hay una relación directa entre el silencio de muerte que reina en el río y la situación del protagonista, que está a punto de morir por la mordida de una serpiente yararacusú.
“Miró a todos lados y vio que estaba solo pues allí no había más que él y la tortuga, que era un animal”.
Esta cita de “La tortuga gigante” es interesante para pensar la pertenencia del cuento al género fantástico. El protagonista se enferma en el monte y necesita ayuda y medicamentos, pero se encuentra solo con una tortuga y piensa que va a morir. Es decir, el protagonista asume que la tortuga, por ser un animal, no puede ayudarlo. Esta idea del protagonista se basa en las reglas lógicas y cotidianas con las que funciona el mundo. Sin embargo, el cuento es fantástico porque la tortuga gigante entiende el castellano, puede hablar, razona como un ser humano y es capaz de cargar en su lomo al hombre por 300 leguas.
“Esta es la historia de los flamencos, que antes tenían las patas blancas y ahora las tienen coloradas”.
Esta cita se ubica en el párrafo final del cuento y da cuenta de que el relato de Quiroga tiene, en cierta medida, espíritu de leyenda. En ese sentido, vale la pena mencionar que las leyendas muchas veces son narraciones que buscan explicar de forma didáctica y ficcional ciertos fenómenos de la naturaleza. A propósito de esto, el relato de Quiroga explica que las patas de los flamencos se volvieron rojas porque fueron mordidas por serpientes, y esto no solo generó un cambio de color, sino también un ardor constante, lo que, a su vez, explica por qué las tienen siempre sumergidas en el agua.
“El viejo yacaré les explicó entonces que era un vapor, lleno de fuego, y que los yacarés se iban a morir todos si el buque seguía pasando”.
Los yacarés viven en un hábitat alejado de los hombres. Por eso, cuando ven un barco a lo lejos no entienden qué es. El viejo yacaré, que ha presenciado batallas entre buques de guerra, les explica qué es ese barco y cómo la llegada de los hombres generaría su muerte. Como el barco pasa por el río, los peces se asustan y se van y los yacarés se quedan sin su fuente principal de alimentación.
El enunciado del viejo yacaré es relevante porque evidencia la ingenuidad de los yacarés: como han vivido toda su vida lejos de los hombres, no saben lo que es un buque de guerra ni conocen la violencia con la que irrumpen los humanos en el ecosistema.
Sin embargo, guiados por el viejo yacaré, la llegada de los hombres es percibida por como un declaración de guerra. La perturbación del ecosistema de la selva es considerada una agresión y un motivo para impedir el paso del buque. Por su parte, los hombres destruyen los diques de los yacarés sin vacilar, demostrando que no existe una reflexión sobre la preservación de la naturaleza o sobre su derecho a invadir la selva.
“Es éste el consuelo, el placer y la razón de nuestras divagaciones mortuorias: ¡Tan lejos está la muerte, y tan imprevisto lo que debemos vivir aún!”.
El cuento “El hombre muerto” incluye varias reflexiones sobre la muerte. Se sugiere que el consuelo de los hombres frente a la angustia existencial que genera la aproximación inevitable de la muerte es la idea de que todavía queda tiempo, de que la muerte se encuentra en un futuro lejano. Sin embargo, el cuento presenta a un hombre que pierde ese consuelo en tanto es consciente de que se encuentra en los últimos minutos de su vida.
“Nada, nada ha cambiado. Sólo él es distinto”.
Esta cita, perteneciente al cuento “El hombre muerto”, marca una diferencia entre el estado del protagonista y el estado de la naturaleza. Se sugiere que aunque el protagonista se encuentra agonizando en sus últimos minutos de vida, el mundo a su alrededor continúa indiferente. El cuento expone cómo la naturaleza se mantiene desafectada del sufrimiento de los hombres.
“Hombre y Devastación son sinónimos desde tiempo inmemorial en el Pueblo entero de los Animales”.
Esta cita del cuento “Anaconda” se ubica en el comienzo de la historia, cuando la víbora venenosa Lanceolada descubre que la casa en el bosque está habitada por hombres y convoca a un Congreso de las víboras para luchar contra ellos. Los hombres en esa casa representan, desde la primera vez que los ven, una amenaza para el ecosistema de la selva. Hay una relación estrecha entre la presencia de los hombres y el peligro. Dicho de otra forma, ya desde el comienzo del relato, el hombre se presenta como una amenaza a ese equilibrio que existe entre los animales y la Naturaleza.