Resumen
Un hombre que vive en Buenos Aires se enferma y los médicos le recomiendan mudarse al campo. Entonces el hombre se muda solo a Misiones y comienza a vender los cueros de los animales que caza en el monte a un amigo suyo, director del zoológico. El calor le hace bien a su salud y comienza a recuperar su fuerza y su apetito.
Un día descubre un tigre que quiere comerse a una tortuga. Mata al tigre y le saca la piel para vendérsela a su amigo. Luego, cuando se dispone a comer a la tortuga, ve que se encuentra herida y siente lástima. Entonces le venda la cabeza con su camisa y la arrastra hasta su ramada “a pesar del hambre que sentía” (12). La tortuga pasa varios días inmóvil y muy enferma, y el hombre la cura.
Desafortunadamente, cuando la tortuga se recupera, el hombre se enferma. Tiene fiebre y le duele todo el cuerpo. No puede levantarse siquiera y piensa que va a morir. Al rato la fiebre sube más y pierde el conocimiento.
La tortuga entiende la situación, recuerda que él la ha salvado y quiere ayudarlo. Dice: “Yo lo voy a curar a él ahora” (12). Le da comida y agua, pero el hombre tiene delirios por la fiebre y no la reconoce. Pasan varios días hasta que el hombre recupera el conocimiento. Mira a la tortuga y dice que va a morir solo porque nadie puede llevarlo a Buenos Aires, donde hay remedios para curarse. Esa tarde la fiebre vuelve y el hombre pierde el conocimiento nuevamente.
La tortuga decide llevarlo a Buenos Aires. Acuesta al hombre en su lomo y lo sujeta con enredaderas. Lleva también la escopeta y los cueros. Atraviesa montes, campos, ríos y pantanos por días y semanas.
Mientras pasan los días y se acercan a Buenos Aires, la tortuga se debilita. Por su parte, el hombre sigue inmerso en su delirio y no se da cuenta de que está viajando rumbo a la ciudad.
Un día la tortuga no tiene más fuerzas para seguir. Esa noche ve una luz lejana en el horizonte, un resplandor. Se siente muy débil y cierra los ojos apenada pensando que va a morir sin haber salvado al hombre. Sin embargo, un ratón de la ciudad encuentra a los dos viajeros moribundos y le cuenta a la tortuga que esa luz es Buenos Aires. Al oír eso, a la tortuga le sobreviene una fuerza repentina y continúa la marcha.
A la madrugada, la tortuga sumamente débil llega al jardín zoológico donde el director le da remedios al hombre y lo cura.
Cuando el hombre entiende que la tortuga ha viajado 300 leguas para salvarlo, quiere vivir cerca de ella. El director del zoológico accede a dejar a la tortuga viviendo en el zoológico. El cazador va a visitarla todas las tardes.
Análisis
“La tortuga gigante” es un cuento infantil incluido en el libro Cuentos de la selva que se publica en 1918. En él, aparecen varios de los temas característicos de la obra cuentística de Quiroga como la naturaleza, la soledad, la muerte, la huida al mundo natural y la guerra entre los hombres y los animales.
El cuento presenta una conciliación entre dos espacios que en la producción cuentística de Quiroga suelen aparecer como excluyentes: la selva y la ciudad. El protagonista de “La tortuga gigante” necesita en distintos momentos de ambas cosas: la soledad de la vida en la naturaleza y los medicamentos de la vida urbana. Es decir que ambos lugares se plantean como complementarios.
El cuento comienza con la recomendación del médico del protagonista, que le aconseja que se mude al campo para curarse. La huida de la ciudad y la aproximación a una vida en el monte aparecen como la salvación para el protagonista. Los médicos de la ciudad no pueden curarlo porque necesita algo que no existe en ese lugar. Entonces, el hombre se asienta solo en Misiones y come frutas y bichos. Como sucede con el protagonista de “La miel silvestre”, el viaje a la naturaleza se relaciona también con la búsqueda de la soledad. Como hemos explicado, en la obra de Quiroga, el proceso de acercamiento a la naturaleza sucede de manera paralela al alejamiento de lo social. Sin embargo, con el correr de la historia, el hombre enferma nuevamente y necesita de los medicamentos que se encuentran en Buenos Aires.
Posteriormente se relata el viaje de retorno a Buenos Aires que realiza el hombre con la ayuda de la tortuga. El cuento muestra a un hombre y a una tortuga ayudándose mutuamente. Esta es una situación inédita en la obra de Quiroga, que suele presentar una guerra implícita o explícita entre los hombres y los animales (como en “Anaconda” o en “La guerra de los yacarés”). En contraposición, este cuento presenta a un hombre sintiendo piedad por una tortuga. La salva de la muerte cuando un tigre la hiere y, además, elige no comerla a pesar de encontrarse hambriento. Luego, cuando el hombre enferma, la tortuga le devuelve el favor. Esta asistencia mutua entre los personajes es llamativa dentro de la obra de Quiroga.
Por otro lado, es interesante analizar el factor fantástico del cuento. Lo que se distancia de las normas lógicas y resulta sobrenatural es que una tortuga pueda caminar 300 leguas con un hombre en su lomo. Además, la tortuga entiende el castellano y analiza la situación racionalmente como un humano. Es significativo que los lectores conocen esa información gracias a un narrador omnisciente, que sabe todo lo que piensan y sienten los personajes. En sintonía, el hombre protagonista no sabe que la tortuga entiende lo que él dice y tampoco considera que ella puede ayudarlo. Por ejemplo, cuando enferma, piensa que va a morir porque está solo. El narrador dice sobre el protagonista: “Miró a todos lados y vio que estaba solo pues allí no había más que él y la tortuga, que era un animal” (13). En este sentido, está claro que el hecho de que la tortuga sea un animal implica que no puede ayudarlo ni entenderlo. Sin embargo, la tortuga se presenta como un personaje fantástico, que entiende el castellano y razona como un humano. El narrador incluye lo que la tortuga piensa: “El hombre no me comió la otra vez, aunque tenía mucha hambre, y me curó. Yo lo voy a curar a él ahora” (12).
