Cuentos de la Alhambra

Cuentos de la Alhambra Resumen y Análisis Poetas y poesía del Andalus musulmán, Una expedición en busca de un diploma, Leyenda del soldado encantado, Adiós del autor a Granada

Resumen

"Poetas y poesía del Andalus musulmán"

En este capítulo Irving menciona como en los reinos musulmanes la cultura, la ciencia y la poesía es central, aun cuando puertas afuera debe mostrarse como un pueblo guerrero. Cuando el califato de Córdoba se fragmenta en pequeños reinos, Granada se vuelve el centro de la cultura. Uno de los aspectos que los musulmanes en España más desarrollan es su poesía y cuentan con poetas, hombres y mujeres, cuyos versos son celebrados por todos. Tanta importancia se le da a la poesía que la historia registra una serie de visires cuya actividad principal es la poesía.

A continuación, Irving narra la historia de amor entre dos poetas. Hafsah, una de las poetas más famosas de Granada, es hermosa, noble, rica y talentosa. De ella solo quedan unos pocos versos que le había dedicado a su enamorado Ahmed, hijo del alcalde de Alcalá y aficionado a la poesía.

Ahmed y Hafsah se enamoran profundamente y todo parece indicar que es una relación ideal. Ambos son poetas y vienen de familias nobles y refinadas. En esa misma época Granada cambia su gobierno y la tribu de los almohades traslada la sede de gobierno a Marruecos. El sultán Abdelmuman, que es quien reina sobre la España musulmana en el momento, envía a su hijo Sidi Abu Said a gobernar Granada. Sidi Abu Said decide rodearse de personas que ya gozaran de popularidad y cariño de todos para afianzar su propia legitimidad como líder que viene de Marruecos a gobernar. Toma la decisión de nombrar visir al poeta Ahmed.

Ahmed dura poco en el puesto, en parte porque no le interesan sus tareas como visir. El motivo principal, sin embargo, es que Sidi Abu Said se enamora de Hafsah y sabe que Ahmed es su rival. En un primer momento, Ahmed no se siente tan amenazado porque se cree superior al ser él árabe y tener la piel más clara: "¿Cómo puedes soportar a ese negro?" (p.502) le dice Ahmed a Hafsah que parece halagada con la atención de Sidi Abu Said.

A causa de los celos, Ahmed conspira contra su rival en el amor. El plan de sedición es descubierto y Ahmed huye a Málaga, pero allí es detenido y lo envían a las mazmorras. Luego, es decapitado. Cuando Hafsah se entera de la suerte que corrió su ex enamorado, se siente culpable y decide llevar luto por él. Sidi Abu Said muere en Marruecos.

"Una expedición en busca de un diploma"

Manuel, el sobrino de Tía Antonia, viaja a Málaga para rendir los exámenes de medicina. Dolores espera impaciente su regreso porque, luego de recibirse como médico, Manuel planea casarse con Dolores. El encargado de preparar la mula para Manuel es Tío Polo, un viejo soldado inválido, que disfruta mucho de historias de magia y fantasía.

Cuando Manuel finalmente regresa con título en mano, se reúnen a celebrar y Dolores le pide a Tío Polo que le cuente algunas de las historias de la Alhambra a Irving. Al principio, al soldado veterano le parecen muy poca cosa como para hacerle perder tiempo a Irving con sus historias, pero después de escuchar al propio Irving contar alguna leyenda, decide compartir lo que sabe con él. El relato que sigue es una de las historias de Tío Polo.

"Leyenda del soldado encantado"

Un estudiante de la Universidad de Salamanca se dedica los veranos a viajar por las ciudades de España como mendigo. Al tratarse de alguien de buen aspecto, con facilidad para tocar la guitarra y buena compañía, el estudiante disfruta del verano sin pasar necesidades.

En una ocasión llega a Granada. En la noche de la fiesta de San Juan encuentra a un soldado vestido a la vieja usanza que asegura que fue parte de la guardia de Fernando e Isabel hace trescientos años. El soldado le explica al estudiante que cuando llegaron a Granada con los Reyes Católicos, él fue capturado por un sabio moro que lo forzó a custodiar un tesoro del rey Boabdil hasta que alguien pudiera romper el hechizo. Una vez cada cien años, durante la fiesta de San Juan en junio, al soldado le es permitido recorrer la ciudad libremente a la espera de que alguien con un anillo con una marca especial pueda verlo y ayudar a romper el hechizo. El estudiante había encontrado un anillo con la marca del rey Salomón justo antes de partir desde Salamanca a Granada.

El soldado le propone al estudiante que lo ayude a liberarse de su condena como custodio del tesoro con la promesa de repartirse lo que haya de oro y joyas. Para romper el hechizo, no hace falta solamente el anillo, sino también un cura en ayuno y una doncella honrada. Para la suerte del soldado, el estudiante había conocido hace poco a un cura a quien le atiende una doncella que se muestra tímida y discreta. Acuden a pedirles ayuda al cura y a la muchacha; el único reparo que tiene el cura es que hacer ayuno le resulta difícil, por lo que deciden llevar una canasta con comida para comer tan pronto como liberen al soldado y abran el cofre que cuida.

Lo primero que sucede es que el cura en ayuno realiza el ritual de exorcismo para liberar al soldado. Después, la doncella se calza el anillo de Salomón y abre el cofre. El estudiante empieza a sacar las joyas, pero el soldado sugiere que sería mejor sacar el cofre de la pared en la que está incrustado para repartir los tesoros más cómodamente. Mientras se disponen a hacer esto, el cura no espera más y saca la comida de la canasta y rompe el ayuno. Además de comerse toda la comida, le da un beso a la doncella. De repente, el cofre se cierra, vuelve a la pared y cierra sus candados. La doncella, el cura y el estudiante quedan del otro lado del muro. Cuando quieren volver a entrar en la habitación se dan cuenta de que no había manera y que el anillo de Salomón había quedado dentro. Se dice que el soldado sigue custodiando el tesoro y solo sale cada cien años en la fiesta de San Juan.

El estudiante se casa con la doncella con la bendición del cura.

"Adiós del autor a Granada"

Irving cierra el libro con su partida. Recibe unas cartas que lo obligan a dejar España. Antes de su viaje, recorre todos los lugares favoritos. Se despide tímidamente de Dolores y Tía Antonia. Lo acompañan las primeras millas de su viaje Manuel, Mateo y algunos de los veteranos del cuerpo de los inválidos. La despedida más triste es con Mateo Ximenes, su escolta durante toda su estadía en la Alhambra. Irving se alegra de que, mucho tiempo después, se entera de que Mateo se convirtió en el guía oficial de todo extranjero que visita la fortaleza y que gracias a eso no pasa más necesidades.

Análisis

En sus paseos por la Alhambra, Irving a veces va acompañado de un moro que le traduce las inscripciones en árabe. Para los románticos, el idioma hace a la esencia de un pueblo, e Irving acá reconoce que su conocimiento de la cultura es imperfecta a causa de la traducción: "Intentó hacerlo [traducir] con toda fidelidad, pero aunque conseguía transmitirme las ideas se sentía incapaz de poder hacerme partícipe de la gracia y belleza del lenguaje. El aroma de la poesía, decía, se pierde completamente al traducirla" (p.497). En la explicación que le da el moro sobre lo imperfecto de la traducción, utiliza una sinestesia al hablar del "aroma", algo que se percibe con el sentido del olfato, para referirse a la belleza de la poesía, algo que se aprecia con el sentido auditivo. La sinestesia sirve para remarcar que hay una parte de la cultura ajena a la que Irving no accede.

Luego, Irving reflexiona sobre la arquitectura como una metáfora de la cultura musulmana en España: "Quizá nunca hubo un monumento más característico de una época y de un pueblo que la Alhambra; una fortaleza austera por fuera, un palacio voluptuoso en el interior; la guerra amenazando desde sus almenas; la poesía palpitando a través de la hermosa arquitectura de sus salones" (p.497). Uno de los aspectos que más fascinan a Irving sobre los moros es la síntesis de esos dos opuestos: un pueblo refinado y sensible al tiempo que guerrero y rudo. La síntesis la observa Irving en este capítulo en la conjugación de la tarea de visir con la de poeta. A Irving le llama la atención que la dedicación principal de muchos de los visires haya sido la poesía. Los asuntos de estado casi siempre implicaban defender el reino de los enemigos, pero, aun así, había tiempo para priorizar la palabra.

En la siguiente cita remarca la dicotomía antes mencionada: "la España musulmana era una región de luz en una Europa en tinieblas, aunque cristiana; al exterior, un poder militar luchando por su subsistencia; en su interior, un reino dedicado a la literatura, la ciencia, las artes, en el que se cultivaba la filosofía aunque trabajada con sutileza y refinamiento" (p.497).

En "Una expedición en busca de un diploma", aparece un detalle que hasta ahora ha sido en gran parte ignorado: Irving no está en una posición de igualdad con el resto de habitantes de la Alhambra. Si bien hemos visto que lo tratan con deferencia y tiene algunos beneficios, Irving no se detiene a reflexionar sobre lo que lo separa de sus convivientes durante su estadía en la Alhambra. Sin embargo, al final de este capítulo, tío Polo, un viejo soldado inválido, se niega en un principio a contar las historias que sabe sobre la Alhambra. Cuando Dolores le pide que cuente las historias fantásticas que conoce, tío Polo reacciona así: "Sacudía la cabeza; eran todas estúpidas consejas que no merecía la pena contar a un cavallero como yo. Solo después de que to contase algunas historias parecidas conseguí que el abriese el filón... Trataré de ofrecer al lector lo más sustancial de todo ello, pero no puedo prometer hacerlo con las mismas palabras de tío Polo" (p.508). Tío Polo solo está dispuesto a contar las historias que conoce cuando Irving, el caballero extranjero, les da su avala contando él mismo historias fantásticas. Por el contrario, para Irving son esos relatos los que busca y suponen un tesoro para él.

"Leyenda del soldado encantado" es otro cuento tradicional maravilloso que incluye elementos mágicos como un soldado que hace siglos cuida un tesoro escondido, un anillo con poderes, un hechizo centenario y una noche de San Juan en la que el conjuro se interrumpe por unas horas. Los personajes son tipos sociales que cumplen con el estereotipo: el estudiante, el cura y la doncella. Irving introduce un elemento de humor cuando pone en duda la razón por la que se rompe el hechizo: ¿es que el cura rompió el ayuno por comer lo que había en la canasta o rompió el ayuno porque le dio un beso lascivo a la joven doncella? El estudiante le dice al cura: "mucho me temo que en ese beso pusisteis menos de santo que de pecador" (p.520).

Finalmente, la despedida de Irving es fiel al espíritu romántico que domina en la colección. Al final reconoce que el libro que ha escrito como resultado de su visita ha sido más producto de su propia imaginación y subjetividad: "así terminó uno de los sueños más agradables de mi vida que quizá el lector pueda pensar que ha estado demasiado basada en los sueños" (p.528).

Esta última sección es una muestra de los tipos de textos que componen la colección: el ensayo, que en esta sección trata sobre la poesía y el refinamiento musulmán; el relato histórico, que acá narra la historia del visir Ahmed y la poeta Hafsah; el relato tradicional, que acá narra la historia del soldado encantado y los relatos de viaje, que en este caso supone la despedida y cierre.