Ernesto se refiere a él y a Alberto como a un "par de vivos", cuando en realidad los jóvenes son engañados fácilmente (Ironía verbal)
En “Esperanza fallida”, Ernesto cuenta cómo él y Alberto son engañados por un compatriota argentino: este les asegura un transporte a Lima para sacarlos de su casa y luego los abandona a mitad de camino. Guevara relata el instante en que los jóvenes, sin darse cuenta aún, son librados a su suerte en medio de la intemperie: "nos dejó a las dos de la mañana en San Ramón, mucho menos de la mitad del camino; nos dijo que esperáramos, que iba a cambiar de vehículo y para que no sospecháramos mucho nos dejó a su acompañante. Este a los diez minutos fue a comprar cigarrillos" (p.126). Evidentemente, dicho "acompañante" no va a comprar cigarrillos sino que vuelve a su casa abandonando a los jóvenes, que se quedan esperándolo con inocencia largas horas, hasta darse cuenta de lo que sucede. "Este par de vivos argentinos", dice con ironía Guevara acerca de él y Alberto, al parecer tan fáciles de engañar, "a las cinco de la mañana se desayunó con la amarga realidad de que nos habían tomado para el churrete" (p.127).
Así Ernesto se expresa irónicamente, queriendo aludir a la falta de "viveza" de él y su amigo, que cayeron tan inocentemente en una trampa que ellos mismos podrían haber tendido a otros.