Don Juan se refiere a Brígida llamándola "beata", a pesar de que sabe que sus cualidades son, justamente, las contrarias. (Ironía verbal)
En su encuentro con Brígida, don Juan se refiere a ella llamándola irónicamente "beata" (v. 1228). Él conoce la astucia, la avaricia y la capacidad de engañar que posee la mujer, por lo que esta denominación resulta contraria a sus cualidades. En efecto, poco después, el protagonista se refiere a ella con el término "diablo" (v. 1231).
Don Juan insulta y amenaza a don Gonzalo sin saberlo. (Ironía dramática)
Don Juan insulta y amenaza a don Gonzalo, ignorando a quién se dirige, puesto que el comendador oculta su rostro tras un antifaz (vv. 724-727). Se produce así una ironía dramática. Más tarde tiene lugar otra semejante, cuando don Juan se dirige a don Diego en malos términos, sin saber que es su padre, porque también este personaje está enmascarado.
El escultor habla sobre don Juan sin saber que su interlocutor es justamente él. (Ironía dramática)
En el panteón en el que yacen las víctimas de don Juan, el escultor se refiere a don Juan sin saber que se trata de su interlocutor:
Tuvo un hijo este don Diego
peor mil veces que el fuego,
un aborto del abismo.
Un mozo sangriento y cruel,
que con tierra y cielo en guerra,
dicen que nada en la tierra
fue respetado por él.
Quimerista, seductor
y jugador con ventura,
no hubo para él segura
vida, ni hacienda, ni honor.(vv. 2709-272719)
De esta manera, se produce una ironía dramática, dado que el lector sabe lo que el personaje ignora. Acá podemos ver, además, que mediante el diálogo con el escultor, don Juan se percata de la fama que continúa teniendo en Sevilla. Por otro lado, esta escena recuerda al diálogo entre Hamlet y el sepulturero, en la escena I del Acto V de Hamlet. Allí también observamos una ironía dramática, puesto que el segundo le habla a Hamlet, sobre él mismo, desconociendo que es su interlocutor: "Gracioso primero: ¿No lo sabéis vos mismo? Hasta el más tonto lo sabe: fue exactamente el día en que nació el joven Hamlet... ese que estaba loco, y que enviaron a Inglaterra" (1995, p. 623).
El burlador se siente burlado. (Ironía situacional)
Tras la desaparición de la sombra de doña Inés, se produce una ironía situacional: el burlador se siente burlado. A propósito, don Juan manifiesta su ira en estos términos: “Mas ya me irrita, por Dios, / el verme siempre burlado, / corriendo desatentado / de varias sombras en pos” (vv. 3512-3515).