Don Juan Tenorio

Don Juan Tenorio Metáforas y Símiles

“Buen agosto para rellenar la arquilla” (vv. 5-6). (Metáfora)

Ciutti le responde con esta metáfora a la afirmación de Buttarelli: "Buen carnaval" (v. 5). El carnaval no es en agosto, sino entre febrero y marzo, según el año, por lo que podemos ver que el uso de esta expresión es metafórico. Agosto es un mes de cosechas en el hemisferio norte, y Ciutti se refiere con estas palabras a que es un buen momento para obtener ganancias, ya que la hostería de Buttarelli está colmada de personas que festejan el carnaval.

"Las fiestas de carnaval, al hombre más principal permiten, sin deshonor de su linaje, servirse de un antifaz, y bajo él, ¿quién sabe, hasta descubrirse, de qué carne es el pastel?" (vv. 164-170). (Metáfora)

Don Gonzalo desea presenciar el encuentro entre don Juan y don Luis, en la hostería de Buttarelli, sin que nadie lo reconozca. Para esto, el dueño del lugar le ofrece un antifaz e intenta convencerlo, mediante esta metáfora, de que tras la máscara nadie sabrá quién es. Por otro lado, el carnaval es el único momento propicio para que una persona de condición noble como el comendador pueda servirse de este elemento, puesto que durante este periodo muchas normas se transgreden.

"Me hacéis reír, don Gonzalo, pues venirme a provocar, es como ir a amenazar a un león con un mal palo" (vv. 740-743). (Símil)

Don Juan considera que don Gonzalo no tiene la fuerza ni la valentía necesaria para enfrentarlo. Con este símil le advierte al comendador que su provocación no lo atemoriza. Él se compara con un león, dado que este es un animal fuerte, aguerrido y temerario. Estas palabras, al comienzo de la obra, muestran además la soberbia del protagonista, quien cambiará notablemente su actitud posteriormente: al final de la primera parte, se arrodilla humildemente frente al comendador y le ofrece ponerse bajo sus órdenes. Por último, en el Acto II de la primera parte, también don Luis compara al protagonista con un "león audaz, y cauteloso y prudente" (vv. 1072-1073), cuando intenta persuadir a doña Ana del peligro al que podría enfrentarse.

"¡Bah! Pobre garza enjaulada, dentro de la jaula nacida, ¿qué sabe ella si hay más vida ni más aire en que volar?" (vv. 1250-1253). (Metáfora)

Brígida compara al convento con una jaula y a doña Inés, con un ave enjaulada que ignora la vida en el exterior. La novicia desconoce la vida fuera del convento y su dueña, aprovechando dicha ignorancia, la induce a enamorarse de don Juan sin conocerlo. Con la frase citada, la dueña explica lo sencillo que resultó su tarea.

"Mas, ¡qué diablos!, si a su lado la fortuna siempre va, y encadenado a sus pies duerme sumiso el azar" (vv. 1950-1953). (Metáfora)

Ciutti, conversando con Brígida, se refiere a don Juan con estas palabras. La metáfora "encadenado a sus pies duerme sumiso el azar" significa que en ninguna circunstancia Don Juan sale desfavorecido: no hay situaciones azarosas que lo afecten. El libertino tiene una fortuna extraordinaria y por eso siempre alcanza sus objetivos, aunque parezcan imposibles.

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