Lo demoníaco (Motivo)
La asociación de algunos personajes con lo demoníaco es un motivo recurrente en la obra. Es don Juan, principalmente, quien aparece relacionado con Satanás. Su padre, al enterarse de su conducta, dice que las personas como él "son hijos de Satanás" (v. 783). También don Luis Mejía afirma, a propósito del personaje: "Mas lleva ese hombre consigo / algún diablo familiar" (vv. 906-907). Por otro lado, doña Inés establece un vínculo entre el poder seductor don Juan y lo demoníaco: "Me habéis dado a beber/ un filtro infernal sin duda (...)" (vv. 2232-2233) o "Tal vez Satán puso en vos su vista fascinadora, su palabra seductora, y el amor que negó a Dios" (vv. 2240-2243). El motivo demoniaco puede verse asociado a la maldad del protagonista y también al carácter proteico, es decir, su capacidad de cambiar de apariencia. Esto sucede cuando engaña a doña Ana, fingiendo ser don Luis. Por último, Brígida, que engaña a doña Inés y colabora con don Juan para que acceda al convento, también aparece asociada con el diablo. Así lo vemos cuando el mismo don Juan la llama "diablo" (v. 1231).
Plato de ceniza (Símbolo)
La ceniza simboliza la muerte. Está asociada a las reliquias de un cadáver. En el último acto, la mesa que aparece en el lugar del sepulcro del comendador, y que emula la mesa servida en el acto anterior, contiene un plato de cenizas. El comendador se lo ofrece a don Juan para anunciarle la proximidad de su muerte: "Te doy lo que tú serás" (v. 3675).
Copa de fuego (Símbolo)
En relación con el símbolo anterior, otro elemento que se ofrece en la mesa macabra del comendador es una copa de fuego. Por un lado, el fuego simboliza la muerte. Se lo asocia a los rituales funerarios por su función de elemento destructor de los cadáveres. Por otro lado, también simboliza la condena eterna o el Infierno. El comendador cree que don Juan recibirá este castigo por los crímenes que cometió, por eso le dice, a propósito del fuego, que es "El de la ira omnipotente, / do arderás eternamente / por tu desenfreno ciego" (vv. 3681-3683).
Reloj de arena (Símbolo)
El reloj de arena simboliza el paso del tiempo en la vida. El reloj que se presenta en la mesa macabra, junto con la copa de fuego y el plato de ceniza, le indica a don Juan que su tiempo se acaba y lo urge a arrepentirse de su maldad antes de que caiga el último grano de arena.
JUAN. ¿Y ese reló?
ESTATUA. Es la medida
de tu tiempo.
JUAN. ¡Expira ya!
ESTATUA. Sí; en cada grano se va
un instante de tu vida(vv. 3692-3695)
Luz de la aurora (Símbolo)
Esta luz marca el inicio del día y en esta obra simboliza el principio de una nueva vida que nace tras la muerte carnal de don Juan. La luz de la aurora que describe la acotación en el momento triunfal y culminante de la obra augura su salvación: "Las flores se abren y dan paso a varios angelitos que rodean a DOÑA INÉS y a DON JUAN, derramando sobre ellos flores y perfumes, y al son de una música dulce y lejana, se ilumina el teatro con luz de aurora" (p. 218).