La niña rica y mimada canta "Oh, qué cansada vida" (Ironía situacional)
En "Fiesta en el Jardín" tiene lugar un momento de extrema ironía, en el que Jose Sheridan, hermana de la protagonista, ensaya una canción. Jose es una adolescente sin preocupaciones, mimada por una familia acomodada, y la canción que elige se titula “Oh, qué cansada vida”. Los versos reflejan una vida agotadora, plena de esperanzas marchitas, que sin embargo no coincide con el matiz despreocupado con que la entona Jose, solo preocupada por su tono de voz.
El tema termina diciendo “Adiós, para siempre… ¡Adiós!”, y la voz narrativa enfatiza en la discordancia entre la canción y el estado de ánimo de la muchacha: “Pero a la palabra «¡Adiós!», aunque el piano sonó más desesperado que nunca, su rostro se iluminó con una sonrisa resplandeciente, que no tenía nada de desolada. -¿Verdad que no ando mal de la voz, mami?- dijo Jose, contenta” (p.377).
La situación, de matiz irónica, refleja la ignorancia de las niñas criadas en una clase acomodada acerca de los padecimientos propios de una vida agotadora, pero, sobre todo, da cuenta de la indiferencia respecto de la tristeza o el sufrimiento real, en el que no reparan, siquiera, cuando lo pronuncian en sus propias bocas. Además, exhibe una indiferencia acerca de la tristeza o la profundidad emocional inherente a lo artístico: en la canción que entona, Jose Sheridan no ve más que entretenimiento y una mera excusa para lucir su propia voz.
Los "bohemios" que viven a costa del trabajo de un abogado, se lamentan de que sea lunes (Ironía situacional)
Los amigos bohemios de Isabel viven en la casa de campo que William compró para su esposa y sus hijos. William solo pasa allí los fines de semana porque trabaja en Londres el resto de los días. El lunes, cuando William ya abandonó la casa, el narrador describe las actividades de los que quedaron allí: todos duermen la siesta o conversan, recostados en el césped. “-¿Crees que en el cielo existirán los lunes? -preguntó Bobby de un modo infantil” (p.454). El comentario de Bobby acentúa la ironía de la situación: los amigos de Isabel viven su vida bohemia y despreocupada mientras son financiados por William, es decir, a costa del trabajo de este. Teniendo en cuenta que William es el único que trabaja, la conversación que Bobby mantiene con Dennis, echado sobre el césped y lamentando los días lunes (queja propia de aquellos que trabajan y, por lo tanto, comienzan ese día su semana laboral), constituye una situación irónica.
La niña rica se siente "como una obrera más" por masticar su tostada frente a los trabajadores en su jardín (Ironía situacional)
Laura Sheridan, al encontrar simpáticos a los hombres que trabajan en su jardín, considera ridículas las distinciones de clase. Ella encuentra repentinamente absurda esa distinción, y se convence de que ella misma tiene mucho más en común con los obreros (porque uno de ellos se ha detenido a admirar una flor) que con los muchachos de buena familia con quienes suele compartir las fiestas: "Simplemente para demostrar lo contenta que estaba, para probar al obrero más alto que se sentía totalmente a sus anchas y que despreciaba todos aquellos estúpidos convencionalismos, Laura dio un mordisco al trocito de pan con mantequilla mientras los contemplaba. Se sentía exactamente como una obrera más" (p.374).
Por supuesto, la inmediatez con la que se siente perteneciente a una clase social más baja por el hecho de masticar una tostada en presencia de hombres trabajadores constituyen una forma de ironía que da cuenta de la inocencia infantil de Laura. Con las mejores intenciones, ella quiere sentirse parte de algo que, sin embargo, es muy ajeno a ella. De hecho, la situación se da en su mismo jardín, y los hombres están ahí porque han sido contratados por su madre. Es justamente un cambio total de escenario, hacia el final del cuento, el que logra en Laura una verdadera transformación, en la medida en que ingresa del todo a aquel otro mundo, sumido en la pobreza, en el cual no le resulta tan fácil encontrarse cómoda.
La mujer a quien Harry simula despreciar resulta ser su amante ("Felicidad") (Ironía situacional)
En la narración se trata un tópico común en la literatura de Mansfield, que es el de la comunicación, particularmente al interior del vínculo amoroso. El vínculo, en este cuento, aparece problematizado, así como la comunicación entre marido y mujer. Dicha problematización se manifiesta gracias a la técnica narrativa. La narración en tercera persona focaliza únicamente en la protagonista y, por lo tanto, la relación de pareja nos es descrita de un modo unilateral, ya que solo accedemos a ella del modo en que Berta lo ve y experimenta. Berta no ve un problema en su relación con su marido, que considera franca y honesta. Pero el desenlace del cuento nos ofrece otra realidad: Harry esconde secretos, pero sabe actuar con extraordinaria naturalidad, de modo que su mujer no sospecha nada. La revelación hacia el final adquiere un tinte irónico, en tanto la mujer por la que Harry simula desprecio e indiferencia es en verdad su amante.