Lo grotesco del monstruo
El objetivo de Frankenstein era crear una criatura hermosa, pero la realidad de su creación resultó muy alejada de este objetivo. Finalmente, creó algo grotesco. Él mismo describe esto cuando relata el evento de creación a Walton: "¡Cómo expresar mis emociones ante aquella catástrofe, ni describir al desdichado que con tan infinitos trabajos y cuidados me había esforzado en formar! Sus miembros eran proporcionados; y había seleccionado unos rasgos hermosos para él.
¡Hermosos! ¡Dios mío! Su piel amarillenta apenas cubría la obra de sus músculos y arterias que quedaban debajo; el cabello era negro, suelto y abundante; los dientes tenían la blancura de la perla; pero estos detalles no hacían sino contrastar espantosamente con unos ojos aguanosos que parecían casi del mismo color blancuzco que las cuencas que los alojaban, una piel apergaminada, y unos labios estirados y negros".
(Capítulo V).
La elocución del monstruo
Gracias en gran medida a su aprendizaje mediante El Paraíso perdido, el monstruo habla un elocuente inglés, demostrando una maestría del lenguaje que uno no esperaría considerando su monstruosa apariencia.
La responsabilidad de Frankenstein por la muerte de William
Frankenstein buscaba usar la ciencia para crear vida. Sin embargo, es su creación la que lleva a la muerte a uno de los miembros de su propia familia.
El progreso como una fuerza destructiva
Uno esperaría que el progreso científico fuera socialmente productivo. Sin embargo, el logro de Frankenstein de crear vida solo lleva a la muerte y el sufrimiento, tanto para su creación como para el mundo que lo rodea.