Alegoría: Prometeo
Como se analiza en la sección de Temas Principales, Víctor Frankenstein es una alegoría de la figura mítica de Prometeo. Así como este último le roba el fuego a los dioses y es castigado por eso, Frankenstein descubre el secreto para crear vida, y sufre luego a raíz de ese descubrimiento.
Motivo: la poesía
Shelley intercala citas y referencias a la poesía a lo largo de la novela, agregando un nivel de conciencia artística a una novela que pretende ser esencialmente testimonial.
Motivo: el Génesis
La creación del monstruo en manos de Frankenstein puede ser leída como una alegoría de la historia de la creación del Génesis, en la que Dios crea a Adán. Como sucede en esa historia, Frankenstein crea a su criatura en base a su propia imagen (o sea, aquella de un humano, por más grotesco que resulte), y le da vida a su creación.
Motivo: las cartas
La novela está profundamente preocupada por la evidencia y el testimonio directo en relación con los eventos. Como tal, la prueba de comunicación entre personas a menudo se transmite en forma de cartas, tanto dentro de la historia (por ejemplo, el monstruo que muestra cartas de su educación a Frankenstein) como en el marco (es decir, la interfaz más directa entre el lector y la historia es la colección de cartas de Walton a su hermana).
Motivo: la retrospección
La novela es explícitamente retrospectiva en todos sus niveles: Walton está relatando eventos que ya han sucedido en sus cartas a su hermana; Frankenstein le está contando su historia a Walton; el monstruo está contando su pasado a Frankenstein. Como tal, el tono de la narración es generalmente muy consciente de sí mismo y autoreferencial: expresa arrepentimiento por lo sucedido, imagina cómo los acontecimientos podrían haber sido diferentes, etc.