La ladrona de libros

La ladrona de libros Elementos Literarios

Genero

Novela histórica.

Configuración y Contexto

La novela transcurre en la ciudad ficcional de Molching, en las afueras de Múnich, Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1939 y 1943.

Narrador y Punto de Vista

La narradora de la novela es la Muerte, que cuenta la historia de Liesel Meminger a partir de lo que ella escribió en sus memorias, tituladas "La ladrona de libros". Se trata de un narrador omnisciente y poco convencional: al tratarse de una representación de la figura de la Muerte, la narración que ella despliega mezcla hechos históricos con elementos fantásticos.

Contradiciendo el estereotipo lúgubre y siniestro, la Muerte se muestra en la novela como sensible y compasiva, y enmarca todo el relato de la vida de Liesel con una reflexión respecto de la humanidad y el bien y el mal.

Tono y Estado de Ánimo

La Muerte introduce en el relato de Liesel Meminger críticas, juicios y comentarios respecto de los acontecimientos narrados. Particularmente, ahonda en denuncias a las atrocidades emitidas por los hombres durante el nazismo. Además, suele hacer uso de un tono irónico, incluso sarcástico, que matiza el dramatismo que conllevan los hechos del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial.

Protagonista y Antagonista

La protagonista de la novela es Liesel Meminger y su antagonista es Hitler. Si bien este último no es estrictamente un personaje dentro de la novela, es una omnipresencia, cuyas decisiones y acciones determinan todos los sucesos de los que Liesel y sus seres queridos son víctimas.

Conflicto Principal

Los habitantes de una pequeña ciudad alemana intentan sobrevivir, en el contexto de la violencia nazi, durante la Segunda Guerra Mundial.

Climax

El clímax de la novela se alcanza durante el bombardeo en Molching que mata a casi todos los vecinos de la calle Himmel, salvo a Liesel, que sobrevive por estar escribiendo sus memorias en el sótano.

Presagio

El presagio es uno de los recursos más explotados por la Muerte en su relato. Constantemente anticipa lo que ocurrirá. Ya desde el prólogo insinúa que Liesel es una "perpetua sobreviviente", adelantando así que la niña sobrevivirá a casi todos sus seres queridos de Molching. Asimismo, tempranamente, la Muerte insiste en el final trágico que correrán Hans y Rosa Hubermann, así como también Rudy Steiner. De esta manera, el relato no se centra en generar una intriga respecto del desenlace, sino en retratar los medios que llevaron a esos finales trágicos. Esos medios tienen mucho que ver con el proceso atroz que desencadenó Hitler en Alemania, y la Muerte centra su relato en revelar y denunciar esas atrocidades.

Atenuación

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Alusiones

En la medida en que se trata de una novela histórica, es decir, que combina ficción con sucesos históricos, la novela abunda en referencias y alusiones a procesos históricos verídicos. La narradora menciona 'Mein Kampf', el Holocausto, las cámaras de gas nazis, el famoso campo de concentración de Dachau, así como hitos históricos como el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el Frente Oriental o la Noche de los Cristales Rotos. Todas estas referencias, que en gran medida el lector puede reconocer, contribuyen a construir el universo que habita Liesel Meminger.

Imágenes

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Paradoja

La Muerte, gracias a su trabajo y al relato de Liesel Meminger, aprende que la humanidad es paradójicamente buena y mala, está atravesada a la vez por la bondad y la crueldad, por la solidaridad y la mezquindad, por la belleza y la fealdad. La persistencia de ambas caras en los hombres despierta curiosidad y desconcierta a la Muerte.

Paralelismo

Hay un paralelismo entre la escena en que Hans entrega un trozo de pan a un judío y la escena en que Liesel se acerca a Max mientras este desfila por Molching rumbo a un campo de concentración. Ambas escenas suceden en Molching, en las dos hay un contingente de judíos sufrientes que son conducidos como un rebaño rumbo al campo de concentración en Dachau, y en ambas, tanto Hans como Liesel ponen su vida en peligro con tal de solidarizarse con los judíos. En el caso de Hans, él es el único en Molching que se atreve a romper el cerco de miedo que imponen los nazis. Impulsivamente, le acerca un pedazo de pan a un anciano famélico. Hans es azotado por un soldado nazi por rebelarse contra el régimen. Años después, luego de que Max Vendenburg debiera escapar de la casa de Liesel por miedo a ser descubierto, Liesel ve a su amigo desfilando por Molching, en una escena muy similar a la que vivió Hans. Replicando el gesto valiente -e imprudente- aprendido de su padre, Liesel se anima también a romper las filas y se acerca a Max, lo abraza, lo contiene y le dice palabras que alivian su sufrimiento. Liesel también es azotada por un soldado nazi. El paralelismo entre ambas escenas da cuenta del aprendizaje de Liesel, que incorpora de Hans los valores y su autonomía a la hora de pensar y actuar; al igual que Hans, Liesel no se deja convencer ciegamente por la doctrina nazi, sino que la cuestiona y la combate.

Metonimia y Sinecdoque

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Personificación

La personificación más evidente de la novela es la que se opera sobre la Muerte. Si bien es evidente que no se trata de una persona, es una figura misteriosa que asume muchos rasgos propios de una persona. Entre ellas, las más destacadas son la capacidad de narrar, de observar, de pensar, de opinar y de sentir.

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