La flor azul (Símbolo)
"La presencia de la realidad en tanto que libre respecto del aparato se ha vuelto aquí su presencia más artificial, y la visión de la realidad inmediata una flor azul cultivada en el país de la técnica" (pp. 79-80), afirma Benjamin. Con este símbolo, hace referencia a la increíble aparición de la humanidad (la del intérprete) en el estudio cinematográfico, en medio del sistema de aparatos. La flor azul es un símbolo que había sido utilizado frecuentemente por los románticos para referirse, justamente, a la aparición de lo imposible, de lo increíble.
El cine como una dinamita (Alegoría)
Benjamin compara alegóricamente al cine con la dinamita que destroza los muros de una cárcel: "(...) pero llegó el cine con su dinamita de las décimas de segundo e hizo saltar por los aires este mundo carcelario" (p. 86). Esta alegoría se compone por una primera metáfora que compara la potencia que tiene el cine gracias a su capacidad de proyectar escenas a toda velocidad con la que tiene una dinamita. La segunda metáfora asocia el encierro en el que vive el hombre por su enajenamiento con el de las cárceles. En definitiva, el cine, según Benjamin, tiene la capacidad de liberar al hombre que vive encerrado en su enajenamiento.