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¿Qué importancia tienen el estatus social y la cuestión económica en la novela?
La preocupación por el estatus social y la posición económica son temas transversales en la novela, que condicionan y moldean los vínculos entre los personajes.
En efecto, la cuestión económica es la que motiva la unión entre Carlos y Eloísa Dubuc, su primera esposa. La familia de Carlos, en particular su madre, obliga a Carlos a casarse con una mujer viuda y mucho mayor que él porque es heredera de una importante fortuna. No es el amor ni los valores humanos los que impulsan esa unión sino la conveniencia económica y la esperanza de una mejora en el estatus social de los Bovary. También para Rouault, el padre de Emma, el casamiento de su hija y Carlos es favorable pues supone un respiro económico.
Asimismo, para Emma Bovary, el estatus social se convierte en una de sus mayores preocupaciones. Emma es miembro de la clase media, pero, incentivada por las lecturas, intenta imitar un estilo de vida refinado y lujoso, más propio de la alta sociedad que de la burguesía a la que pertenece. Ella está insatisfecha con su vida y critica la falta de ambición de Carlos, que le impide justamente el ascenso social necesario para acceder a esa vida de riqueza y excesos. Convencida de que ella merece ese estilo de vida, se entregará al consumo indiscriminado de objetos lujosos que en realidad no es capaz de pagar, lo cual la llevará a ella y a su familia a la ruina económica.
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¿Qué rol desempeña la lectura en la vida de Emma?
Desde su infancia, Emma desarrolla una importante pasión por la lectura. Desde su encierro en el convento, se nutre de lecturas religiosas, históricas y, sobre todo, novelas románticas, que le enseñan de pasiones, sentimentalismos e historias de vida de mujeres heroicas. Emma encontrará en la lectura modelos de conducta y un modo de interpretar la realidad que la rodea. Incapaz de diferenciar entre lo que es fantasía de realidad, Emma intentará imitar en su vida aquello que aprendió en los universos imaginarios leídos.
Así, buscará un vínculo amoroso como el que figura en las novelas románticas; al no encontrarlo en Carlos, seguirá buscándolo en sus amantes. Del mismo modo, tentada por el estilo de vida refinado de esas novelas, buscará imitar a la alta sociedad comprando objetos lujosos que, en realidad, es incapaz de costear. En este sentido, se fascina por los universos retratados en las lecturas e intenta plasmarlos en su vida real. Pero la realidad que la rodea no logra nunca ajustarse a esos ideales, lo cual la condena a una constante insatisfacción, a la espera siempre de algo mejor.
Varios personajes de la novela, como la madre de Carlos y Homais, identifican esa raíz imaginativa en la insatisfacción y posterior enfermedad nerviosa de Emma, razón por la cual sugieren a Carlos que le impida, justamente, leer novelas que nutran esas ensoñaciones.
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¿Por qué Emma prefería tener un hijo varón?
Emma se decepciona mucho cuando nace Berta, pues ella deseaba dar a luz a un varón. Emma sabe que los hombres, en la sociedad en que ella vive, son más libres que las mujeres. Mientras ellos pueden elegir su estilo de vida libremente, las mujeres están obstaculizadas y condicionadas a la hora de decidir cómo quieren vivir. Emma da cuenta así de muchos de los mandatos que oprimen a las mujeres y de los prejuicios que hay sobre ellas: según esa sociedad, las mujeres son débiles y caen más fácilmente en la tentación de la carne.
Emma piensa así en su propia condición de mujer y la impotencia en que la sume esa condición. A lo largo de toda la novela, ella hará esfuerzos por librarse de esos condicionamientos y de elegir un estilo de vida acorde a sus deseos, aun cuando estos impliquen romper reglas. Su decisión final, de hecho, constituye un último acto de libertad: al suicidarse, Emma. Consciente de esa falta de libertad que la oprime, Emma comprende que para ella tener un varón sería un "desquite de todas sus pasadas impotencias" (119).
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¿En qué medida Emma lucha por ganar libertad y poder en la novela?
Emma lucha en la novela por desprenderse de los mandatos que la sociedad le impone y por el destino al que esa sociedad la condena: el de ser una esposa fiel y una madre devota. En contra de esas expectativas, Emma Bovary hace esfuerzos por elegir libremente su destino, aunque los métodos a los que recurre no son dignos de emulación. Emma defiende su deseo de llevar una vida sofisticada y llena de pasiones, pero se siente obstaculizada, primero por el inútil de su marido y luego por los amantes, que le fallan. Pero ella nunca renuncia ni se conforma con la realidad que desprecia, y ensaya distintas estrategias para encontrar la felicidad.
Si bien el camino que ella elige para acceder a esa libertad es moralmente reprochable y termina por herir a su familia, Emma se subleva valientemente contra los mandatos que la sociedad les impone a las mujeres, en busca de la propia felicidad. Sin embargo, esa búsqueda está muy distorsionada por las fantasías que le proveen sus lecturas, y termina fracasando. Emma es en gran parte culpable de la tragedia que le acontece, pues se desespera cada vez más en sus intentos fallidos por hacer algo más de sí misma. Pero, al menos, una vez que fracasa, ella elige una vez más su destino: se suicida como último acto de liberación.
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¿Qué mirada sobre la burguesía exhibe Flaubert en su novela?
En Madame Bovary, Flaubert construye la vida de una mujer burguesa que está insatisfecha con su vida y con las mediocres aspiraciones de su clase, razón por la cual busca una vida más refinada y sofisticada. Emma ha aprendido en sus lecturas el estilo de vida de la clase alta, que se le presenta con más nitidez en el baile al que asiste en Vaubyessard. El baile marca para ella un antes y un después en su vida, porque le reconfirma que es ese universo grandioso el que quiere para su vida. Desde entonces, Emma se obsesiona con la posibilidad de adoptar ese estilo de vida, aún cuando no hay condiciones materiales reales para que eso suceda. Convencida de que ella está a la altura de esa vida refinada, da inicio a un camino de excesos y consumos caros que no será capaz de costear, y la llevarán a la quiebra económica.
Por su parte, Homais personifica la mirada de Flaubert sobre la mediocridad burguesa. El farmacéutico se expresa de manera soberbia sobre diversos temas en los que se cree un experto pero sin serlo. Por ejemplo, es él quien lee el artículo sobre la cirugía del pie equino y convence a Carlos de la facilidad de esa tarea. Más tarde, junto al lecho de muerte de Emma, Homais habla con el médico de Ruán y le explica, con altanería, que intentó examinar a Emma introduciendo un tubo, pero el médico Larivière le dice que mejor hubiera sido usar las manos, dando a entender que la sofisticación en los métodos no implican, necesariamente, mayor capacidad.
Aunque despliega esta mirada negativa sobre la clase burguesa, Flaubert parece ironizar con el hecho de que los burgueses suelen tener éxito, a pesar de su mediocridad. Por eso, al final de la novela, a pesar del desenlace trágico de la familia Bovary, Homais triunfa, pues recibe la medalla de la legión de honor.