Madame Bovary

Madame Bovary Elementos Literarios

Genero

Novela

Configuración y Contexto

La novela está ambientada a mediados del siglo XIX en las ciudades francesas de Tostes, Yonville y Ruán.

Narrador y Punto de Vista

La novela está narrada por un narrador omnisciente en tercera persona, que va alternando su focalización a lo largo del relato y, también, el grado de conocimiento que tiene de los sentimientos y pensamientos de los personajes.

Tono y Estado de Ánimo

En aquellos momentos en que la narración se arrima mucho al punto de vista de Emma, el tono de la novela oscila entre el romanticismo y el dramatismo. Sin embargo, son recurrentes los momentos en que el narrador se distancia de ella y echa mano del sarcasmo para esbozar críticas a la moral, la forma de vida y las pretensiones burguesas.

Protagonista y Antagonista

La protagonista de la novela es Emma Bovary. El antagonista de Emma es Carlos, en la medida en que es quien representa todos los rasgos de los que Emma se quiere distanciar y es quien obtura, para ella, la posibilidad de acceder a la felicidad que añora.

Conflicto Principal

Emma Bovary se casa con Carlos Bovary, en un intento por salir de su estilo de vida aburrido en el campo. Pero la mujer está atravesada por ideales románticos, originadas en gran parte en las lecturas románticas que marcaron su infancia, y aspira a una vida de grandeza y excesos que se contradice en gran medida con su realidad concreta y material. Atrapada en la insatisfacción que le genera la no correspondencia entre su fantasía y su realidad, Emma se entregará irracionalmente a una vida de excesos y relaciones adúlteras, que la llevarán a la quiebra económica de ella y de su familia y, finalmente, a una muerte trágica.

Climax

El clímax de la novela se alcanza cuando las deudas que Emma contrajo con Lheureux para poder costear el estilo de vida excesivo que añora escalan irreversiblemente, dando como resultado el embargo de todas las propiedades de los Bovary. Consciente de que no podrá eludir la bancarrota, Emma decide suicidarse.

Presagio

La presencia del mendigo ciego que Emma se encuentra en cada uno de sus viajes de Ruán a Yonville genera en ella un miedo irracional, que ella es incapaz de explicar pero que anticipa su final trágico. El ciego representa, por un lado, la actitud cada vez más vil y miserable de Emma; los viajes a Ruán, para ver a León, son parte de ese comportamiento. Pero también el ciego es el anticipo de la caída trágica de la mujer. En efecto, en su lecho de muerte, lo último que escuchará Emma antes de morir será el canto del ciego.

Atenuación

N/A.

Alusiones

En el capítulo XI de la segunda parte, cuando Carlos está a punto de operar la malformación del pie de Hipólito, el narrador compara al médico con Ambrosio Paré, Celso, Dupuytren, Gensoul, históricos y famosos cirujanos. Aulo Cornelio Celso fue un enciclopedista romano y médico de la Edad Antigua, que escribió importantes tratados sobre medicina. Ambrosio Paré fue un cirujano del siglo XV y es considerado el padre de la cirugía. Por su parte, Gillaume Dupuytren fue un cirujano famoso del siglo XIX, que perfeccionó muchas de las operaciones quirúrgicas que existían hasta entonces, y Joseph Gensoul, un cirujano francés que en el siglo XIX fue pionero de la cirugía oftalmológica y otorrinolaringológica.
Evidentemente, estas comparaciones tienen un tono burlesco e irónico, en la medida en que Carlos no se destaca de ninguna manera en su profesión. De hecho, la operación de Hipólito saldrá mal y tendrá que acudir en su ayuda un médico renombrado de la ciudad.

Imágenes

Ver sección "Imágenes".

Paradoja

N/A.

Paralelismo

En la novela, se da un paralelismo entre las dos relaciones adúlteras que tiene Emma, una con Rodolfo, la otra con León. En ambos casos, Emma conoce a su amante en un encuentro casual del que participa también Carlos. Asimismo, en ambos casos es Carlos quien insta a Emma, irónicamente, a estrechar sus vínculos con esos hombres, sin darse cuenta del verdadero trasfondo. En el caso de Rodolfo, Carlos cae inocentemente en el engaño e incentiva a su mujer a ir a cabalgar con él, argumentando que será bueno para su salud. En el caso de León, insiste para que Emma se quede sola en Ruán para asistir a la ópera, sin saber que es una excusa para que León despliegue su seducción sobre Emma.
Hay una diferencia, sin embargo, en ambos amoríos. Mientras que el primero se sostiene en las mentiras y el deseo superficial de Rodolfo por Emma, en el segundo romance, León siente un amor más verdadero por Emma. No obstante, en los dos casos, es el exceso de romanticismo de Emma, que roza la obsesión, lo que desencadena el final del romance. Se evidencia así que Emma no logra satisfacer en ningún caso su deseo romántico y es incapaz de disfrutar la realidad que se le presenta: obsesionada por sus fantasías, destruye todo lo que está a su alrededor.

Metonimia y Sinecdoque

N/A.

Personificación

N/A.

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