Resumen
La escena se traslada a la casa de los Dedalus, donde Stephen ha regresado de Clongowes para pasar las vacaciones de Navidad con su familia. Es la primera cena de Navidad en la que el joven Stephen puede sentarse a la mesa de los adultos. La familia Dedalus, Dante, el tío Charles y un amigo del Sr. Dedalus llamado Sr. Casey, esperan a que la Sra. Dedalus traiga la comida. El Sr. Dedalus y el Sr. Casey charlan sobre un conocido que ha estado fabricando explosivos. Traen el pavo tradicional y Stephen es el encargado de dar las gracias antes de comer.
El Sr. Dedalus se refiere con aprobación a un amigo común que ha criticado la implicación de la Iglesia católica en la política irlandesa en un enfrentamiento con un sacerdote. Dante lo desaprueba enérgicamente, diciendo que no está bien que ningún católico critique a la Iglesia. El desacuerdo pronto se convierte en una disputa agresiva. Dante cita la Biblia y dice que siempre hay que respetar a los padres de la Iglesia. Piensa que, como católicos, es su deber acatar las órdenes de sus sacerdotes y obispos sin cuestionarlas, incluso cuando esas órdenes puedan oponerse a la causa de los patriotas irlandeses.
Stephen observa la disputa con perplejidad, sin entender por qué alguien estaría en contra de los sacerdotes. Cree que Dante tiene razón, pero recuerda a su padre criticando a Dante porque era una “monja fallida” (p.53) y también el hecho de que ella no le permite jugar con su vecina Eileen porque es hija de protestantes.
El Sr. Casey recuerda cuando fue abordado por una anciana católica que había degradado el nombre de Parnell y de la mujer con la que Parnell tuvo una aventura amorosa. En aquella ocasión, Casey, que masca tabaco, acabó escupiendo a la anciana en toda su cara. Esta anécdota divierte a los varones, pero enfurece a Dante, que clama que Dios y la religión deben estar por encima de todo lo demás. El Sr. Casey responde que si las palabras de Dante son ciertas, tal vez Irlanda no deba tener Dios. Dante se enfurece y abandona la mesa, y el Sr. Casey, algo borracho, llora a su líder político muerto, Parnell.
De vuelta a la escuela, después de las vacaciones de Navidad, Stephen escucha una conversación en voz baja entre su compañero Wells y otros estudiantes. Están hablando de un par de chicos que huyeron de la escuela por una travesura y fueron atrapados más tarde. Wells cree que los chicos robaron vino de la sacristía del colegio. Los otros alumnos, más jóvenes, hacen silencio ante el horror de esta ofensa contra Dios.
Athy da una versión diferente del crimen de los compañeros apresados y afirma que los encontraron “toqueteándose” (p.61). Stephen reflexiona sobre esta sugerencia, recuerda las finas manos blancas de uno de los estudiantes y piensa también en las suaves manos de marfil de su vecina Eileen Vance. Su compañero, Fleming, se queja de que todos los alumnos serán castigados por la travesura de tan solo dos de ellos. Sugiere que deberían organizar una rebelión contra semejante injusticia. Mientras conversan, Stephen ve a sus compañeros más lejanos y pequeños, debido a que un compañero de segundo lo había arrojado accidentalmente y sus anteojos se habían roto en tres pedazos.
Los alumnos son llamados de nuevo al aula. Tras la clase de escritura, el padre Arnall da inicio a la lección de latín. Fleming es incapaz de responder a una pregunta y el monitor, padre Dolan, le azota las manos con una paleta. Después, Dolan se da cuenta de que Stephen no está escribiendo tampoco y exige saber por qué. El padre Arnall le comenta que Stephen ha sido excusado del trabajo en clase porque se le rompieron los anteojos y no ve bien sin ellos. Stephen repite también esto, inclusive aclara que ya ha pedido anteojos nuevos por carta a sus padres. Sin embargo, el monitor lo intimida y le cuesta expresarse bien. Dolan le dice que es “un viejo truco de estudiantes” (p.70) el de los anteojos, le hace estirar las manos y le da un palmetazo muy doloroso en cada una.
Más tarde, los compañeros comentan el incidente e instan a Stephen a denunciar al monitor ante el rector. Stephen se muestra reacio, piensa que luego de eso el padre Dolan va a perseguirlo para siempre. Pero, finalmente, se arma de valor y camina por los largos pasillos llenos de cuadros de santos y mártires hacia el despacho del rector. Stephen le cuenta lo sucedido y el rector responde, con amabilidad, que hablará con el padre Dolan. Cuando Stephen cuenta a los otros chicos que denunció al monitor ante el rector, lo levantan en el aire como a un héroe.
Análisis
En esta sección se alude a la muerte de Parnell, un personaje real de la historia irlandesa. Cabe detenerse en esta referencia, hacer una mención al sujeto histórico y un breve recorrido por algunos eventos que determinan la situación política y social de Irlanda en aquel momento, siendo esta una referencia recurrente en la novela.
En el año 1846 hubo una plaga en Irlanda que afectó la cosecha de papas y dejó sin alimento a gran parte de la población rural. Los políticos británicos, incluyendo al primer ministro de aquel momento, Robert Peel, seguían en aquel entonces una política de no intervención del estado en la economía. Este tipo de políticas, lógicamente, empeoraron la situación. A pesar de que se recaudaron donaciones para ayudar a las víctimas de la hambruna, la Reina Victoria solo contribuyó con el equivalente a unos cien mil dólares actuales. Así, el hambre devino en la migración masiva de irlandeses a Estados Unidos, Inglaterra, Escocia, Canadá y Australia.
En 1858, se formó la Hermandad Republicana Irlandesa (IRB), también conocida como los “fenianos”, que se mencionan en más de una ocasión en la novela. Se trató de una organización secreta dedicada a la rebelión armada contra los británicos. Después de la hambruna, los campesinos irlandeses lucharon, dentro y fuera de esta organización, por la posesión y la distribución justa de la tierra. Reclamaban que la tierra había sido robada a sus ancestros en la colonización y entregada a los terratenientes de ascendencia protestante inglesa. En esos años, la Liga Irlandesa de la Tierra se formó para defender los intereses de los agricultores, con Michael Davitt y Charles Stewart Parnell como líderes destacados. Bajo el posterior gobierno de Benjamin Disraeli, Davitt y Parnell fueron temporalmente encarcelados y acusados de ser responsables de la violencia desatada a partir de los boicots que organizaban.
En el apartado anterior, el narrador nos dice que la tía Dante tiene dos cepillos, uno con el lomo de terciopelo marrón, por Davitt, y otro con el terciopelo verde, por Parnell. Sin embargo, en la cena familiar de Navidad que se narra en esta parte, la tía parece tener una postura moderada con respecto al nacionalismo irlandés. Más bien, su nacionalismo se encuentra supeditado a su fe y obediencia religiosas. Mientras tanto, en la vereda de enfrente se encuentra el Sr. Casey, que encarna las posturas de la época que proponían el enfrentamiento con la Iglesia por considerarla cómplice de la opresión británica en Irlanda. “Fuera con Dios” (p.58) dirá al final de la pelea navideña el Sr. Casey, rojo de ira, antes de que la tía Dante se vaya dando un portazo. Luego, llora a Parnell y dice: “¡Mi rey muerto!” (Ibid.). Ese día, Stephen ve sorprendido como su padre llora mientras abraza al Sr. Casey.
Esta es la primera vez que Stephen presencia la cena familiar y come con los adultos en lugar de hacerlo con sus hermanos pequeños. La mirada sobre el llanto de su padre, el terror que siente ante la discusión entre la tía Dante y el Sr. Casey, lo escandalizado que se encuentra su espíritu ante las blasfemias oídas, son todos parte de su iniciación en este tipo de eventos o situaciones. La cena familiar es un motivo recurrente en la narrativa occidental que permite, como en este caso, no solo exponer el entorno de un protagonista y las cualidades de sus lazos filiales, sino también mostrar, en una versión reducida, asuntos que atañen a la cultura y la sociedad del tiempo que se habita en la novela (para más información, ver sección: “Símbolos, alegorías y motivos”).
Por último, vemos, en esta segunda parte del primer capítulo, que Stephen es, por un lado, castigado injustamente por el padre Dolan, pero que, por otro, se convence de su lugar en la escuela y toma las riendas de su vida al denunciarlo ante el rector. Uno de los aspectos fundamentales de la novela de aprendizaje es el que echa luz sobre los eventos trascendentales de la vida de un niño, un adolescente o un joven que forjan su carácter y su identidad. Cabe atender a cada final de capítulo a partir de ahora, porque allí veremos condensadas las distintas revelaciones que tiene Stephen sobre su espacio en el mundo.