Siddhartha Elementos Literarios

Novela de aprendizaje.

India, 500 a.C. aproximadamente.

El narrador es omnisciente, en tercera persona.

El tono es dramático y reflexivo.

El protagonista es Siddhartha. El conflicto interno que enfrenta Siddhartha en la búsqueda del crecimiento espiritual funciona como antagonista en esta novela.

Siddhartha desea alcanzar el nirvana.

El clímax ocurre en el capítulo titulado "Om", en el momento en que Siddhartha alcanza el nirvana. Esto ocurre mientras escucha los sonidos del río junto a Vasudeva.

Siddhartha, antes de llegar a la gran ciudad, sueña con una mujer. Él bebe leche de su pecho y se siente embriagado. El efecto placentero de este acto presagia el giro que tomará su vida en la ciudad, donde empezará a experimentar los placeres sensoriales y sexuales.

En el momento en que Siddhartha le dice a su padre que abandonará su hogar para convertirse en samana, este responde: "No quisiera que tu boca formulase por segunda vez este deseo" (p.19). El padre siente mucho enojo y decepción por el deseo de su hijo de abandonar las costumbres de los brahmanes, pero formula su respuesta con estos términos atenuados, puesto que sostiene que no es bueno utilizar palabras violentas: "Es indigno de un brahmán expresarse en términos airados o violentos" (p.19).

En la novela se alude en varias ocasiones a los textos sagrados del hinduismo Rig Veda y Upanishads. El Rig Veda es el texto védico más antiguo. Es una colección de himnos sagrados escritos en sánscrito. Suele fecharse entre 1500 y 800 a.C. Pertenece a los textos llamados Vedas. Los Upanishads son textos religiosos posteriores a los Vedas. Los más antiguos de ellos datan aproximadamente de entre el 800 y el 400 a.C., están escritos también en sánscrito y pertenecen a la literatura religiosa del brahmanismo. Los Upanishads constituyen las primeras obras de la India en que se desarrolla ampliamente la especulación filosófica. Estos textos ponen en el centro de interés “el problema de lo Absoluto y el modo de llegar a él” (Tola, 2013, p.111).

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“Lo contrario de toda verdad es también verdadero” (p.198), afirma Siddhartha, y con esta aparente paradoja quiere decir que las palabras dividen la realidad, mientras que, en el mundo, los fenómenos se presentan de otra manera. Por ejemplo, señala: "Nunca un hombre o una acción cualquiera es del todo sansara o del todo nirvana" (p.198). El lenguaje obliga a mostrar solamente un aspecto de las cosas. Esa es la razón por la que Siddhartha desconfía de la posibilidad de transmitir la sabiduría mediante palabras, y también es el motivo por el que no sigue a Gotama, como sí lo hace su amigo Govinda, a quien le explica: “Cuando el sublime Gotama hablaba del mundo en sus prédicas, tenía que dividirlo en sansara y en nirvana, en ilusión y en verdad, en sufrimiento y en liberación. Imposible hacerlo de otro modo, no hay otro camino para quien quiera enseñar. Pero el mundo en sí mismo (…) nunca es unilateral” (p.198).

En esta novela hay un paralelismo entre el protagonista, Siddhartha, y el personaje histórico Buda (566-486 a.C. aprox.). Siddhartha es el nombre de Buda antes de su iluminación. El protagonista de esta novela posee algunos de sus rasgos, como la inteligencia precoz y el excelente aspecto físico. Además, ambos se dedican a la vida religiosa y los dos alcanzan la iluminación. Sin embargo, mientras que Buda nace como príncipe, Siddhartha lo hace como brahmán.

“El amor agitaba el joven corazón de las hijas de los brahmanes cuando Siddhartha (…) se paseaba por las callejas de la ciudad” (p.10). Con esta sinécdoque el narrador describe los sentimientos amorosos que despierta Siddhartha en las hijas jóvenes de los brahmanes. Al comienzo de la novela, este dato contribuye a la presentación del personaje, a quien se describe con rasgos sobresalientes: inteligente, hermoso, fuerte, con perfecta gracia en sus gestos, y con una gran predisposición en su espíritu.

"Con miles de ojos lo miraba a su vez el río" (p.143). El río aparece personificado en esta frase, ya que posee la capacidad de mirar. El uso de este recurso es significativo al inicio del capítulo "El barquero", porque acá el río toma un lugar relevante en la novela. Más aún, continuando con la personificación, el río se convierte en “amigo” de Siddhartha y le “enseña” muchas cosas, entre ellas, a escuchar. Vasudeva le dice a Siddhartha poco después: “El río te ha hablado. También es amigo tuyo y te habla” (p.148). Al final de la novela, precisamente al escuchar las voces del río, Siddhartha alcanza el nirvana.